La rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro, Teresa García Gasca, hizo un llamado a las autoridades a reconocer que puede haber efectos adversos en personas derivado de la aplicación de la vacuna contra la COVID-19.
Les invitó a identificar cuáles son las personas susceptibles a estos efectos por las vacunas y a recomendarles cuáles si y cuáles no administrarse.
La rectora recordó que todas las vacunas que se están aplicando en México están en su fase 4 y que para medir sus efectos generales será necesario esperar al tiempo, aunque es importante empezar a documentar los efectos adversos que se detecten para tomar acciones preventivas.
Mencionó que en el caso de la vacuna de Pfizer se detectaron reacciones alérgicas; para el caso de la vacuna de Astra Zeneca se ha comenzado a investigar que podría estar generando algunos trombos, en algunas personas hipersensibles a algunos elementos que la componen, lo cual consideró se debe tomar en cuenta para prevenir.
En tal sentido, la rectora mencionó que las vacuna contra la COVID-19 no son 100 por cientos seguras, pero esto tampoco significa que no sean eficaces, ya que se sabrá con el tiempo y estudio.
“Un llamado a las autoridades a que no nieguen de primer impulso que la vacuna no tiene efectos secundarios, pues se debe actuar en consecuencia, identificar si tienen efectos adversos y prevenir”, afirmó.
En ese sentido, reiteró la rectora que se debe documentar los primeros casos que se presentan acerca de efectos adversos, detectar la causa y evitar que personas hipersensibles a ciertos componentes de las vacunas se les apliquen; además de que invitó a las y los ciudadanos a informarse si alguna de las vacunas podría afectarles, dependiendo de las patologías que puedan tener.
