“Consumismo innecesario frente al Cambio Climático”. Jesús Roldán Acosta.

“FRECUENCIAS”
 
(“No perder jamás la bendita curiosidad”. Albert Einstein).
Excesivos e innecesarios patrones de consumo hace que nuestro nivel actual de vida sea insustentable para el planeta que habitamos. Eso es la causa del 60% de todas las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Echemos un vistazo en nuestro entorno familiar, al elegir cualquier producto aleatoriamente preguntémonos. ¿De qué está hecho, si tiene más empaques de los que necesita?
¿Dónde se adquirió y en qué país fue elaborado?
¿Cuántos recursos y qué tipo de materiales requirieron para su producción, transporte y venta?
¿Quién lo fabricó  y en dónde?
 
Después de observar el mismo producto hagamos las siguientes preguntas: ¿Realmente lo necesitas?¿Qué usos le darías en tu vida diaria? ¿Cuánto tiempo lo usarías?
 
Al percatarnos las maneras de producción, el tiempo de vida y el destino final de las cosas que adquirimos conseguimos entender mejor porqué y de qué forma nuestros hábitos de consumo dañan y consumen innecesariamente al planeta, que genera el 60% de todas las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI).
Consumo plástico.
 
La mayor parte del consumo contienen platicos. Estos contribuyen a la emisiones de GEI, desde la extracción de recursos con los que se producen (combustibles fósiles, como el petróleo), su fabricación, embalaje, transporte, hasta su disposición final.
Al desperdiciarse envases y productos plásticos se convierten en residuos, que emiten metano y etileno, por exponerse a radiaciones solares en el agua o aire.
Anualmente se producen 380 millones de toneladas plásticas para diversos usos; de esa cifra, 12.7 millones son arrojados a océanos, ríos y lagos, dañando la flora y fauna acuática, que afecta a más de 700 especies.
Por si no fuese menos importante, también el consumo excesivo de productos lácteos y cárnicos contribuyen con el 60% de las emisiones globales de GEI y propician la catastrófica pérdida de la mayor diversidad del mundo.
Adicionalmente, el mismo sistema alimentario es responsable del 80% de la actual deforestación de bosques, ya que la expansión de la ganadería y producción de productos animales son la principal causa de dicha destrucción.
Océanos
 
Los océanos siguen camino similar, donde el consumo crece inexorablemente a mayor ritmo acelerado que el aumento demográfico mundial, al estar explotándose la pesca.
Recordemos que si no cuidamos y protegemos nuestros mares y océanos difícilmente lograremos conservar el equilibrio de nuestro planeta.
“Chatarra electrónica”.
 
Desafortunadamente México, junto con Estados Unidos de América, encabeza la lista de mayores naciones generadoras de “chatarra o basura electrónica”.
De los más de 1,032 toneladas de dicha basura se desecha cada año; poco menos del 17% se recicla.
Ropa y calzado.
 
La producción mundial de ropa y calzado, de manera anual genera el 8% de las emisiones de GEI.
 
Cada año en el mundo se fabrican 100 mil millones de toneladas de prendas de vestir .
En México necesitamos adoptar medidas serias, responsables, para prevenir y cuidar del equilibrio ecológico, donde la creación de empleos y el desarrollo económico deben estar a favor de todo lo que se relacione con la sustentabilidad, acompañados de nuevos modelos de negocio, sustentados en la “cultura de cero residuos”, incorporando productos libres de plásticos, favoreciendo los productos locales, responsables con el medio ambiente y la salud.
En síntesis, habremos de cambiar nuestros hábitos de consumo, con la premisa de consumir menor y de mejor calidad, más durables, optando por el consumo local, comprometido con la causa noble de cuidar al medio ambiente.
Al evitar el uso frecuente de nuevos y contaminantes productos podremos sustituirlos mediante la reutilización, reparación, renovación e  intercambio de lo que contemos en nuestros propios hogares.

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