“Frecuencias”
En su acostumbrado afán de protagonista, desde que fue director de la Facultad de Ingeniería, posteriormente, como rector de la UAQ, Gilberto Herrera Ruiz se destacó y ahora como Senador de la República replica sus mismas tácticas de beligerancia verbal y manipulación política.
En días recientes, con mayor énfasis lo ha estado haciendo en contra del gobernador del Estado de Querétaro, Mauricio Kuri.
Pongo varios elementos en contexto, como director de Ingeniería fue acérrimo detractor y rebelde hacia la postura institucional del entonces rector Raúl Iturralde.
Cuando Herrera Ruiz quedó de rector, gracias a la impasividad y o permisividad del entonces gobernador priista José Eduardo Calzada Rovirosa, junto con su secretario de Gobierno, Roberto Loyola Vera, se les salió del control el proceso para el rectorado; de esa manera Gilberto Herrera Ruiz, con sus múltiples artimañas, grillas y alianzas con miembros estatales de Morena, logró consolidarse y hacerse cargo de esa Alta Encomienda.
Como parte del apoyo recibido, Herrera Ruiz, de manera indiscriminada y displicente abrigó y colmó de plazas académicas y administrativas a quienes le apoyaron, además de obsequiarles jugosas prebendas significativas.
Ese tipo de reiteradas conductas forman parte de anquilosadas prácticas anti democráticas; e impiden llegar por méritos genuinos y propios, a quienes merecen ostentar cargos laborales, vía esfuerzos y desempeños probados.
En el camino se quedaron chiflando en la loma, el alfil político y cercano colaborador de Raúl Iturralde, Marco Carrillo -éste no pudo o no supo negociar o cabildear- bien posiciones con los principales “líderes” universitarios. También en la terna final de candidatos estaba el afable e institucional, Fernando Valencia Pérez, entonces director de la Facultad de Contaduría y Administración (FCA).
Gilberto Herrera Ruiz, generador de caos institucional.
Ya de rector, como parte de su conducción populista, Gilberto Herrera prometió la “revocación del cargo en su gestión”; esto por supuesto, que no lo llevó a efecto; su línea personal siempre ha sido la de “prometer no empobrece”; hace bastante ruido, con escasa efectividad en su accionar diario. Despidió a muchos académicos que no eran de su agrado. Es idéntico ese proceder al de su Jefe Andrés Manuel López Obrador. Sobre todo, en cuanto a que le agrada generar caos al interior de las instituciones, crea ambiente sórdido, de terror y miedo: es un Nicolás Maquiavélico en escala menor, sus neuronas no le dan mayor impulso inteligente.
Diletante “revocación del cargo”.
En su empecinada y populachera misión de pretender “revocar el cargo de rector”, el personaje en cuestión y mediante un Proceso serio con voz, libre y del secreto voto no le preguntó a la comunidad universitaria si querían que continuara de rector de la UAQ. En cambio, efectuó eventos públicos en cada una de las Facultades y Escuelas de Bachilleres, se dirigió a los respectivos Consejos Académicos y preguntaba directamente si deseaban que él siguiera o no en su cargo.
Lógicamente, las respuestas fueron obvias, en tanto que les veía y con sus preguntas les encaró, por temor a sufrir represalias y de no perder sus empleos y derechos adquiridos por Ley, sentían ser amedrentados.
Su ejercicio de “revocación” no fue honesto, ni de manera pacífico, no conservó la base fundamental, la secrecía, dañando el serio Proceso de Consulta libre, con voz y voto secreto. Asumió la postura típica de un dictadorzuelo, parecido a la de su alter ego, AMLO, ambos están desquiciados por el poder y “son cortados por las mismas tijeras”.
También, como rector, otorgó de manera indiscriminadamente grandes cantidades de Becas estudiantiles, eso lo veía como su futura base de apoyo electoral, pareciese que lo ha estado logrando.
Herrera Ruiz utiliza el mismo lenguaje político de AMLO, se nutren de pensamientos beligerantes y divisionistas. ¿Será acaso y que por eso mismo se ha encargado de difundir y apoyar a Claudia Sheinbaum, desde antes que ésta fuera ungida como candidata formal de Morena hacia el 2024?
Por otra parte, uno de los temas recientes en los que ha estado participando en cuestión, es el papel de “redentor social”, al encauzar inconformidades de algunos ciudadanos que habitan en dos, de los 18 municipios de los que se conforma la entidad queretana, por el asunto de no tener suficiente suministro de agua.
Esa jugada no le funcionó, ya que el gobernador Mauricio Kuri dio cauce para su pronta solución a dicho problema.
No hay que olvidar que -desde antaño-, el Estado de Querétaro no cuenta con “agua dulce” (potable); ésta es importada, principalmente del Estado de Hidalgo y de la región del río Cutzamala (Estado de México, Jalisco).
El Senador Herrera, además de que mostrado ser inepto e incompetente legislador por Querétaro, le encara y acusa , mediante “juicio apriori” y sin sustento legal al gobernador Kuri, de lo mismo que aquél no ha logrado, en tanto que no registra resultados tangibles, de beneficio para la población de Querétaro en su conjunto.