El sábado por la noche, mientras algunos se preparaban para disfrutar la vida nocturna en Querétaro en un operativo sorpresa, la autoridad municipal clausuró cuatro establecimientos nocturnos que decidieron ignorar las reglas el reglamento municipal.
Entre los negocios que “se quedaron sin after” están la famosa Cervecería Peñaflor, el alegre Cotorritos, el vibrante Konor y el siempre concurrido Public House. Además, dos fiestas clandestinas se fueron apagando poco a poco: una en la zona de Felipe Carrillo y otra en Lindavista, donde el cobro en la entrada y la venta de alcohol encendieron las alertas. ¡Como si eso no fuera suficiente, las fiestas estaban a reventar, con más gente de la permitida!
El operativo, que dejó a más de uno buscando plan B, estuvo a cargo de la Dirección de Inspección, la Coordinación Municipal de Protección Civil y la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, todos con un objetivo claro: asegurarse de que los bares y antros cumplan con las licencias y medidas de seguridad para que la fiesta no se convierta en caos.
La Secretaría de Gobierno advirtió que estos operativos seguirán siendo permanentes y aleatorios.
