A pesar de la tradición religiosa que dicta abstenerse de consumir carne roja durante la Cuaresma, la venta de carne de res y cerdo apenas disminuye entre un 20 y 30% en esta temporada, según José Antonio Arreola Yáñez, carnicero con 58 años de experiencia en Querétaro.
Con el paso de los años, Arreola ha observado que la reducción en las ventas es cada vez menor. “Ahora con eso de que el marisco sube más caro, el padre dice que hagan un acto de convicción y lo que tengan a la mano, lo que puedan, ya no es una obligación en sí”, comentó.
Actualmente, el kilo de carne de res se vende en 270 pesos, mientras que el de cerdo ha bajado 10 pesos, quedando en 150 pesos. Sin embargo, el comerciante señaló que los precios varían constantemente: “Cada ocho días nos están subiendo, los engordadores le echan la culpa al gobierno del estado”, expresó.
La inflación también afecta la compra de los clientes, quienes ahora adquieren porciones menores o buscan opciones más económicas. “Piden menos del kilo porque no les alcanza, o piden surtido, pero igual son 160 pesos por kilo”, explicó Arreola, quien se abastece en el mercado de La Cruz.
Durante la Cuaresma, la carne de cerdo es la más solicitada por su precio más accesible. “La piden más porque son 100 pesos menos por kilo, y estando fresca la quieren para los nopalitos, las verdolagas, chile pasilla o chile cascabel”, agregó.
