Pide Ofelia del Castillo, a las autoridades, que el feminicidio de María del Carmen Camacho, de 23 años de edad, no quede impune, luego de que el pasado 23 de marzo se encontró el cuerpo de la chica que vivía en su casa, en Concá, Arroyo Seco, mientras su bebé de 10 meses permaneció con el cadáver en descomposición.
Destacó que el domingo pasado protestó en Palacio de Gobierno para exigir justicia y el concertador del gobierno, Alejandro Pacheco Manríquez, le ofreció una solución esta semana.
Contó que el pasado 23 de marzo, encontraron a Carmen, quien vivía con ella tras separarse de su pareja y no tenía para alimentar a su bebé.
“La mejor amiga de mi hija, le abrí las puertas de mi casa porque ella no tenía dónde vivir. Se había dejado de su pareja, me decía, o pago renta o compro la leche, entonces le abrí las puertas de mi casa, la chica estuvo viviendo ahí algunos meses, siempre le di la indicación de que mantuviera todo cerrado, esos días estuve viviendo en San Luis Potosí”.
Sin embargo, el 23 de marzo recibió la llamada de su padre para avisarle que su casa estaba abierta e investigó la razón, pues al no recibir respuesta de la joven, decidió entrar al hogar, hasta que vio un color rojizo en el piso de la sala.
“Mi padre le habla, no contesta, siempre estuve en contacto telefónico con mi papá, yo en San Luis Potosí y él en Concá, entra, me dice, hija, deja le toco en la otra puerta porque no contesta, él toca con su bastón y la puerta no servía el picaporte, atoraba únicamente con llave, cuando mi padre abre la puerta me dice, hija la muchacha tiene un cochinero, hay un basurero de yodo, color café, rojizo”.
Su padre de 82 años de edad, le dijo que había una muerta pero no se percibía bien porque una mesa tapaba el cuerpo, hasta que se asustó más cuando vio algo similar a un demonio arrastrándose y después que notó a un bebé lleno de sangre.
“Fue aproximadamente a la 1:40 de la tarde del 23 de marzo y me dice hija hay algo que viene arrastrándose, hay un niña que se viene arrastrando pero parece como un diablo porque está toda de roja, l entrar de afuera se siente oscuro, hay una niña que se viene arrastrando. Le digo es su niño de Carmen, me dice hija, está completamente lleno de sangre, toda su ropa está llena de sangre”.
Ofelia mencionó que pidió a su madre se retirara en lo que llamaba a la policía, la cual inició una investigación.
“Después se da la investigación, todo muy bien, todo perfectamente, conmigo se presentaron el comandante de Jalpan, una persona muy preparada, mis respetos y dos policías ministeriales a cargo de la investigación. Estuve ayudando mucho. Todo iba perfectamente bien hasta finales de julio, les pasaba datos a ellos por teléfono, porque en ese momento estaba viviendo en San Luis, iba a Concá y regresaba, les decía, sabe qué, hay rumores de que vieron salir a x persona o de que x persona rondaba la casa. Ellos me decían sí maestra o no anduvo aquí”.
Desde el mes de julio pasado, Ofelia dio el nombre de una persona del sexo masculino y en ese instante, la apartaron de la investigación y le dijeron que sólo la familia de Carmen, puede exigir justicia.
“Estaban conmigo porque la familia de esta chica no quería saber nada de la investigación, era huérfana y no me atrevo a decir quién fue, en Concá es un secreto a voces quién fue. Hay testigos que vieron a una señora, eso ocurre el domingo (22 de marzo) y hay testigos, no sé los nombres de testigos, hay testigos que vieron salir de ahí, unos dicen que a un chico, otros que a dos, pero lo que sí sé es de dos personas, testigos que vieron que la mamá de uno de estos chicos estaba lavando la reja con una franela y cloro en su mano a las tres de la mañana, eso ocurre entre ocho, ocho y media de la noche y a las tres de la mañana ven a esa señora lavando la reja”.
Añadió: “Las personas se van y la señora se mete para no ser vista porque la casa estaba totalmente oscura, solo había luz en ese pedazo de la entrada, entonces la distinguen perfectamente, las personas les da la duda y la ven limpiando con un trapeador el piso. Hay testigos que la identifican plenamente”.
Consideró terrible este hecho porque el bebé permaneció con su madre en descomposición.
“Fue algo horrible, que el niño haya tenido que estar al lado de su madre, estaba en total descomposición en un calor extremo en Concá, la casa toda cerrada, toda ventana cerrada. Tuve que entrar para sacar las llaves y no fue fácil entrar en el olor, soportar y tener que salir, abrir, imagínese la criatura ahí arrastrándose, toda la casa la manchó de sangre, de 10 meses, afortunadamente no podía subir escaleras, porque hay dos escaleras, pero toda la casa estaba llena de sangre porque anduvo gateando”.
En Concá, se conoce a voces al culpable, y actualmente, el pequeño vive con su abuela materna, sin tener un futuro asegurado, comenta.
“El niño está con la abuela materna, todo mundo tenemos la preocupación del niño porque si nunca vieron por la mamá, la preocupación es cómo está el niño”.