TRAS LA VERDAD
El reciente incendio del “corralón” en el que se almacenan los vehículos que son infraccionados o relacionados con algún delito, debe servir de ejemplo para que no suceda lo mismo en otros casos en que haya subrogación de servicios por medio de contratos ¿Quién pagará ahora los daños a los vehículos de particulares incendiados? ¿Hay responsabilidad solidaria del municipio?
¿Cómo que el dueño del predio en el que se incendiaron varios automóviles no tenía seguro alguno para cubrir cualquier daño a los vehículos que ahí se guardan? Pareciera un simple estacionamiento particular por el que el usuario solo paga por el espacio y el dueño no se responsabiliza absolutamente de nada, de nada. Y el usuario se da cuenta de ello hasta que le sucede algo a su vehículo y nadie responde por el daño causado; incluso si se trata de robo. Y todo porque no se contemplo en el contrato en perjuicio de terceros.
Viene a colación por la política empresarial de algunos gobiernos de concesionar todo lo que sea posible a particulares; en los contratos se evaden responsabilidades ya sea de manera intencional o por ignorancia; en ambos caso es lo mismo; o bien, no señalan sanciones para los supuestos de incumplimiento de cualquiera de las cláusulas del contrato por medio del cual se concesiona algún servicio.
En el Municipio de Querétaro se ha dado en concesión la recolección de la basura. En sí mismo no tiene nada de malo. Pero ¿Acaso se habrán previsto todos los supuestos jurídicos y de hecho que pueden darse en el ejercicio de la recolección de la basura? Ya el Municipio de El Marqués están planeando lo mismo y para ellos va la misma pregunta.
Las autoridades deben prever que tampoco se cometan injusticia en agravio de los servidores públicos que en lo sucesivo ya no realizarán la función que antes la ejecutaba el municipio. Vamos que no se les despida sin justificación, aunque la autoridad podría ilegalmente argumentar que al no realizarse esa actividad, luego entonces ya no es necesario el servicio de ese servidor público, consecuentemente viene el despido del trabajador. Los sindicatos deberán tener mucho cuidado al respecto.
Pero, decíamos, el meollo del asunto es el servicio público que no venga en detrimento. Y es que, a fuerza de reconocer la verdad, desde hace muchos años en la ciudad Capital, el servicio de recolección de basura es medianamente bueno; no se diga el de limpia en el Centro Histórico, ese es excelente, a pesar de la enorme cantidad de basura que tira la población en esa zona, siempre mantienen limpia esa área de la Capital.
¿Habrá supervisión de la recolección de basura? ¿Si los concesionarios no hacen bien su trabajo, habrá que acusarlos o denunciarlos, con quién? ¿Si no recogen la basura el día o en el horario de costumbre o establecido por la autoridad, habrá que denunciarlos también? Ahora que si hacen mejor el trabajo que los empleados municipales que lo hacían anteriormente, también habría que reconocerlo. Estas son un par de preguntas que saltan a la vista.
¿El monto del contrato será el justo para la población que al fin y al cabo es quien paga el servicio concesionado? No se sabe ¿Cuáles son las causas que pueden dar pauta a la rescisión del contrato por incumplimiento de alguna de las partes? Tampoco se sabe. Y así surgen muchas más preguntas.
De tal manera que no se puede estar en contra de la subrogación de servicios sin justificación alguna, tal como se hace en los casos del transporte público, a pesar de ser pésimo el servicio, se acepta desde siempre. Lo ideal, el objetivo es mejorar el servicio público a pesar de que quien lo preste sea un particular y no el gobierno.