TRAS LA VERDAD
El pasado mes de noviembre, el Presidente Municipal anunciaba que podría en orden a los “franeleros” que pululan por doquier en la capital del estado. Después de cinco meses, tanto el Director de Inspección como el Secretario de Gobierno, afirman que no es posible regularlos.
Ante este escenario de diferencia de criterios entre las mismas autoridades del ramo municipal, concluyen en trasladar a la ciudadanía la responsabilidad, sugiriendo no darles dinero o que los denuncien para que intervenga la policía municipal. Ninguna de las dos sugerencias resuelve el problema de los “franeleros” que trabajan en las calles conocidos también como los “viene, viene”.
De adoptar este criterio de denunciar por pedir dinero en las calles, sería lo mismo con tanto “pordiosero” que ha hecho de las esquinas su lugar de trabajo; o que decir de los limpia parabrisas, quienes también en “bola” se atropellan por limpiar el parabrisas de los automóviles, de los que le venden “plumas o limpiaparabrisas”; y si seguirnos en las lista de desempleados, entre otros están las “marías” vendiendo yerbas y dulces, o aquellos que venden los periódicos, etcétera.
Gobiernos municipales han ido y venido y el problema se ha acrecentado, nadie ha puesto orden, no han querido regular legalmente estas actividades, vamos ni un padrón se ha levantado para saber cuántos se dedican a estas actividades; por cierto, muchos de los cuales vienen de otros estados y se han asentado en Querétaro ante la permisibilidad de las autoridades.
La autoridad municipal está para eso, para regular todas estas actividades que se practican en las calles, el uso del suelo, el comercio ambulante, semifijo o fijo, entre otros, son competencia del municipio. Y las “nuevas” actividades no reguladas por reglamentación alguna, debieran normarse para, al menos, tener un padrón de personas que trabajan en la vía pública.
Como justificación del incumplimiento a lo ofrecido por el presidente municipal, dicen dos de sus subordinados que no pueden regular a los “franeleros” por falta de normatividad. Después de seis meses se dan cuenta de la falta de normas municipales. Muy sencillo, en el DF ya están “regulados” en la legislación que emitiera la Asamblea de diputados, de ahí bien pueden obtener rápidamente la legislación, –copiarla y adecuarla- aprobarla para aplicarla a fin de evitar pretextos e incumplir en lo que su jefe, el presidente municipal prometió.
Mientras tanto, los “franeleros”, “pordioseros” y demás comerciantes ambulantes que trabajan en las calles, seguirán disfrutando de las lagunas legales. La sugerencia está al alcance de la mano del director y secretario del ramo municipal para generar la norma que permita regular estas actividades mercantiles y terminen con las excusas, como sucediera en otras administraciones municipales.