TRAS LA VERDAD
Las primeras designaciones han generado divisiones entre militantes de los partidos políticos más fuertes. Grupos de panistas y priistas están inconformes con el rol que les pretenden asignar: la espera y el trabajo. Candidatura, ni de suplentes.
Unos alzan la voz y convocan a conferencias de prensa para expresar su desavenencia; otros, en voz baja manifiestan su inconformidad ¡Hemos trabajado mucho y son otros los premiados! La molestia va de extremo a extremo en todo el territorio del Estado.
Los del PAN, ni teniendo a su precandidato logran calmar los ánimos de los inconformes; algunos amenazaron con abandonar ese partido y apoyar al candidato del PRI. Así de claros, sin ambages. Y entre ellos –los panistas- no han resuelto el problema de fondo; en El Marqués no quieren al “cuatro lonas” por sus antecedentes y falta de carisma para lograr el triunfo.
En el PRI, la inconformidad se ha hecho patente y es que, contrario a la costumbre priista las cosas no se han resuelto “verticalmente”; vamos por medio del candidato al gobierno del Estado; ahora han surgido aspirantes a diputados y presidentes municipales sin que el Comité Ejecutivo Nacional haya resuelto la candidatura principal y no fue sino hasta hoy que permitió la salida de “humo blanco”. El precandidato que se registra hoy –de acuerdo a la Convocatoria- tendrá que intervenir directamente para calmar los ánimos y armar el “rompecabezas” de sus dos grandes equipos; el de los candidatos y la estructura que lo acompañará en la campaña.
Debe poner orden y establecer compromisos, toda vez que ni todas ni todos los que aspiran pueden ser candidatos, no alcanzan los cargos; la responsabilidad de decidir los perfiles más competitivos para abonar votos en las urnas, en aquellos casos en que no están decididas las candidaturas; incluso cambiar aquellas que no garanticen competencia y hay varias de ellas que se comentan con molestia; en donde fueron decididas, armonizar ideas y proyectos de trabajo para sumar a todos sin que se rompa la unidad hasta ahora lograda por el gobernador del Estado.
Resuelta la pre-candidatura del PRI la maquinaria político electoral deberá ajustarse adecuadamente a fin de estar lista para la competencia en unos cuantos días. El pre-candidato que se registrará en unas horas, es ya el candidato, aunque procesalmente debe esperar el tiempo reglamentario, al igual que el del PAN.
Lo evidente no se inventa ni especula. La división está presente en ambos casos, aunque en el PAN el problema es mayor e irreversible. Los priistas no deberán descuidarse. En ambos casos hay políticos profesionales, aunque la ambición por los cargos de elección popular dobla a los más “duros” y prefieren irse con la oposición antes que aceptar la derrota y humillación interna. El caso más patente en el Municipio de Corregidora, que habiendo varios aspirantes panistas, el dedazo favoreció a un externo y eso no lo perdonan.
