TRAS LA VERDAD
Este martes sorprendió el Presidente de la República, con dos ajustes en su gabinete; además de la coloquial frase que seguramente se acuñará: “Ningún presidente de la República se levanta pensando en cómo joder a México”.
El Presidente decidió remover a la Procuradora General de la República, Arely Gómez González, para promoverla como titular de Secretaria que se hará cargo de instrumentar el sistema nacional anticorrupción, por lo tanto su nombramiento deberá ser ratificado por el Senado de la República, quien a su vez hizo su ratificación como titular de la Procuraduría General de la República, después de haber sido removido Jesús Murillo Karam. En esta nueva área falta el nombramiento de quien será el o la nueva Fiscal anticorrupción, acorde con la nueva legislación; quien deberá ser ratificado o ratificada por el mismo Senado.
La Dama, que no fue precisamente de hierro, si bien hizo un trabajo nada sobresaliente en el ámbito de la procuración de justicia, sí bajó la presión a grupos como el de los 43, que se volcaron sobre el gobierno federal, para regresar con vida –el pretexto de sus movimientos subversivos- a los 43 normalistas asesinados por el crimen organizado.
Este grupo de presión política, en el que se incrustaron toda clase de grupúsculos anarquistas y belicosos, adelantó que exigirán al nuevo Procurador que avancen en las investigaciones de la “desaparición” de los 43 y no permitirán que se olvide el asunto. Por supuesto que el gobierno federal ha hecho hasta lo imposible por complacer a estos grupúsculos, pero nada ha valido, ellos hacen su labor de “zapa” para desprestigiar al gobierno, con visitas, incluso, a nivel internacional, en donde han encontrado eco con grupos afines.
Arely Gómez, al final de su mandato al frente de la PGR, pareciera que fue castigada por no haber previsto la huida de los dos exgobernandores; tanto el de Sonora como el de Veracruz, huyeron “frente a sus narices” y ahora vergonzosamente los buscan por medio de la Interpol y ni así dan con el paradero de los presuntos delincuentes. Aquella no previó el escape, error imperdonable en el ámbito de la procuración de justicia. Esa tibia actitud ha molestado a los mexicanos, a grado tal que parecieron “fugas pactadas”.
Otro de las ineficiencia fue la tardía detención de Felipe Flores, dos años después de su fuga y no fue precisamente por los trabajos de la Procuraduría, fueron elementos de inteligencia de la Policía Federal, las fuerzas que lograron la detención de quien era el jefe policiaco en Iguala, Guerrero; aquel que se presume ordenó entregar a los 43 normalistas “desaparecidos” para su ejecución.
Eso sí, Arely Gómez, fue excelente conductora para crear buenas relaciones públicas y mejorar la imagen institucional de la Procuraduría que había sido diezmada por la falta de tacto de Jesús Murillo, quien con sus desatinados comentarios causó descrédito, máxime en tratándose del involucramiento de la procuración de la justicia, con grupos políticos dedicados al deterioro de la imagen del gobierno federal.
A escasos dos años de concluir el mandato presidencial, era necesario el cambio de la Dama, por una persona “dura” en la procuración de justicia. Es necesario fortalecer a la PGR, sin que se exceda y se convierta en un “monstruo de mil cabezas sin control”, y se utilice como brazo ejecutor en asuntos políticos. Eso no. Debe ser una PGR respetuosa de los derechos humanos, acatar la presunción de inocencia; pero inflexible en contra de los delincuentes, trátese de quien se trate.
Ya despacha en la PGR, Raúl Cervantes Andrade, senador con licencia. Ahora es el Subrocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales, en tanto el Senado de la República confirma el nombramiento de Procurador. Es licenciado en Derecho por la Universidad Iberoamericana y doctor en Derecho por la Universidad Panamericana, con Mención Honorífica y en grado Cum Laude por esa misma casa de estudios; ha obtenido cuatro especialidades en Derecho Económico Corporativo; Derecho Financiero y Comercio Internacional; Derecho Penal, y en Amparo, así con un Posgrado en Derecho Bancario; es egresado de la Especialización en Amparo correspondiente a la Carrera Judicial Federal que imparte el Instituto de Especialización Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y egresado del Programa de Alta Dirección de Empresa en el Instituto Panamericano de Alta Dirección.
Para el caso de ser ratificado por el Senado de la República, Raúl Cervantes deberá trabajar de la mano con el Congreso de la Unión, la sociedad civil y la academia para desarrollar el mejor modelo de Fiscalía General de la República, para que la justicia penal en nuestro país esté a la altura de las exigencias sociales y las necesidades de nuestro país. Además debe ganarse la confianza de todos los sectores de la sociedad; deberá utilizar mano suave con los buenos y mano dura con los malos; intransigente con los delincuentes.
El gobierno federal no podía permitir la llegada del final de su mandato con una PGR vapuleada, desacreditada, endeble. Es necesario que endurezca las acciones de la procuración de la justicia, la delincuencia ha avanzado a pasos agigantados en agravio de la sociedad; eso no se puede ni debe permitir.
Por lo que ve a la señora Arely Gómez, será la cara amable pero rígida para combatir la delincuencia enquistada en los gobiernos que abusan de los presupuestos públicos escandalosamente como son los casos de Andrade y Padrés. Tendrá que poner ejemplos de castigo a funcionarios corruptos, para hacer creíble que va en serio eso del combate a la corrupción, convertida hasta hoy solo una frase hueca.
Dos retos importantísimos que debe enfrentar el gobierno federal en el nacimiento del ocaso del sexenio peñista. Y por supuesto, creo que ningún Presidente de la República, se levanta pensando “cómo joder a México”. Aunque la oposición y críticos atiborrados de fobia, piensen y digan lo contrario.