21 de marzo, Día Internacional del Síndrome de Down

La Secretaría de Salud del estado de Querétaro se une a la conmemoración del Día Internacional del Síndrome de Down (21 de marzo), cuyo objetivo es crear conciencia en la población sobre las personas con este trastorno y sus importantes contribuciones.

El síndrome de Down es una alteración genética que se produce por la presencia de un cromosoma extra (el cromosoma es la estructura que contiene el ADN) o una parte de él.

El efecto que esta alteración produce en cada persona es muy variable, sin embargo, todas las personas con este síndrome tienen algún grado de discapacidad intelectual y muestran algunas características físicas típicas como: la disminución del tono muscular, el rostro plano, los ojos inclinados hacia arriba, las orejas mal formadas, la capacidad de extender las articulaciones más de lo habitual, el gran espacio entre el dedo gordo del pie y los demás dedos, la lengua de gran tamaño respecto a la boca, etc.

Según la Organización de Naciones Unidas, las personas con este síndrome suelen presentar más problemas oculares que quienes no tienen esta alteración genética. Además, del 60 al 80 por ciento tienen un déficit auditivo y del 40 al 45 por ciento padecen alguna enfermedad cardíaca congénita.

Otras características se relacionan con factores nutricionales. Los niños con síndrome de Down presentan generalmente anomalías intestinales con mayor frecuencia que el resto. La obesidad, a menudo detectada durante la adolescencia y la edad adulta temprana, se puede prevenir con consejos nutricionales apropiados y la anticipación de directrices dietéticas.

Las disfunciones de la tiroides y los problemas óseos son más comunes de lo normal en niños con síndrome de Down.

Otros aspectos médicos importantes en este trastorno, como factores inmunológicos, leucemia, Alzheimer, trastornos convulsivos y cutáneos, además de apnea del sueño, podrían requerir la atención de especialistas en los respectivos campos.

El pronóstico del síndrome de Down varía dependiendo de las posibles complicaciones del paciente. A principios del siglo XX, se esperaba que los afectados por este síndrome vivieran menos de 10 años. Ahora, cerca del 80 por ciento de los adultos que lo padecen superan la edad de los 50 años.

Se puede mejorar la calidad de vida y la salud de quienes sufren este trastorno genético con chequeos regulares por profesionales de la salud para vigilar su desarrollo físico y mental, además de una intervención integral oportuna; pudiendo alcanzar un nivel de vida óptimo con el apoyo familiar, comunitario y educación inclusiva en todos los niveles.

En el estado de Querétaro, la Secretaría de Salud, a través del Hospital de Especialidades del Niño y la Mujer, lleva a cabo un programa de atención integral para estos pacientes, en donde se valora a cada uno, y el manejo se enfoca de acuerdo con las necesidades individuales. Actualmente se atienden a aproximadamente 124 pacientes, con un promedio de 25 consultas mensuales.

Entradas relacionadas

Dejar un Comentario

+ 74 = 77