“ELECCIONES DEL 2018”
Estropicios y fracturas generados por la férrea y anti democrática postura asumida por Ricardo Anaya Cortés, -es lo que hemos presenciado- y que tomara su apogeo desde que éste desplazó a Gustavo Madero Muñoz; eso y más es lo que el queretano ha dejado en su camino como a muchos cadáveres políticos a lo largo y ancho del país; empezando por el mismo estado de Querétaro.
Todo ello por la ambición desmedida del poder político y financiero.
Sus imposiciones han marcado su indeclinable huella personal.
Lo más bochornoso del caso, sin lugar a dudas, ha sido el caudal de graves acusaciones en contra de Madero y de Anaya Cortés, por haber fomentado en su momento, los denominados fuertes “moches”, de los correspondientes contubernios y el lodazal (fango mal oliente) cuyo hedor a caño ha dejado una gran estela fétida fomentada por Ricardo Anaya Cortés, derivado de la serie de negocios -inexplicablemente mal habidos- y que a la par de su meteórica carrera política han florecido vertiginosamente.
De los cuáles, han surgido probables indicios y acusaciones de lavado de dinero. Muy delicadas éstas, que de haberse presentado en cualquier parte del mundo, el candidato del Frente por México ya estaría recluido en la cárcel, tal y como le ocurrió en Brasil a Luis Inazio “Lula” da Silva, quien buscaba la reelección al cargo de presidente del país amazónico, que por supuestos supuestos nexos -de haber recibido un departamento d lujo, como gratificación por parte de la empresa brasileña petrolera Odebrecht; la misma que ha estado en el ojo del huracán en otras naciones, una de ellas México.
Pues bien, es de esperarse y así lo han de percibir los gobernadores panistas de los estados de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza; Javier Corral, de Chihuaha; Francisco Domínguez Servién, de Querétaro; MIguel Márquez, de Guanajuato; José Rosas Aispuro, de Coahuila; y, del propio ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle. Quiénes ya estarán buscando poder hacerse del control nacional del PAN, sepultando el anayismo, o lo que llegue a quedar de él.
No descartemos a los mismos calderonistas: Roberto Gil Zuarth y Ernesto Cordero Arroyo, el primero fue jefe inmediato de Ricardo Anaya en el proceso electoral del año 2012. Recordemos que el primero coordinaba la campaña de la entonces candidata a la presidencia de la República, Josefina Vázquez Mota, la misma que hasta hace un par de años recibiera apoyo económico por la cantidad de 900 millones de pesos de parte de la administración federal de Enrique Peña Nieto, para ayuda a la Fundación a favor de los migrantes mexicanos encabezada por la señora Vázquez Mota cuyos destinos son inciertos. No se sabe a dónde realmente fueron a parar esos considerables apoyos federales.
De vuelta al tema que nos ocupa, una vez más considero que la recomposición de fuerzas internas de Acción Nacional o mal llamadas “refundaciones”, traería consigo “vendettas”, reagrupamiento de intereses personales, grupales que pasan por encima y desbordan los principios doctrinarios, democráticos que dieran forma al PAN.
!Al tiempo!