¡TERMINAN LAS CAMPAÑAS!

TRAS LA VERDAD

Este día, por disposición de la Ley Electoral Nacional, así como las leyes de todos los Estados en las que habrá elecciones simultáneas, concluyen las campañas, desde la presidencial hasta las de regidores y síndicos municipales. Más de 3 mil elecciones se desarrollarán el próximo domingo, en las que podrán participar cerca de 90 millones de electores, inscritos en la Lista nominal de Electores. A partir de mañana ningún candidato podrá hacer campaña, corre el riesgo de ser anulada su candidatura. En teoría, estos próximos 3 días, son para que el electorado entre en un “periodo de meditación” y el domingo siguiente, después de haber analizado y reflexionado decida por quién emitir el sufragio.

Por fin concluye la “encuestitis”, por medio de las cuales sin lugar a dudas algunos juegan a la política de la inducción para adormecer al electorado y empujarlo hacia los candidatos que apoyan esas tendencias electorales. La mayoría de las encuestas fueron “patito”, sin embargo, sirvieron de entretención para la mayoría de los apostadores a grado tal que muchos ya se sienten ganadores de las elecciones sin haber recibido un solo voto, simplemente porque así lo indican las encuestas. Eso sí, las encuestadoras hicieron su gran negocio, sin que los resultados de las mismas sean confiables, pero cumplieron con su objetivo: inducir. Muchos medios de comunicación también juegan a la política y le apostaron a sus candidatos, al igual que columnistas y “opinólogos”; juegos de las modernas democracias, en donde todos pueden opinar libremente, así encontramos miles de opiniones en las que se apoya a tal o cual candidato, vamos con la pretensión de influir, a grado tal que los simpatizantes o militantes de los partidos las usas como referencias de triunfo o derrota anticipada.

Empresarios que también y con justa razón, de última hora emiten opiniones para que sus obreros y empleados “analicen” por quién deben votar el día de la jornada electoral, por supuesto también con la sana intención de influir y cómo no hacerlo si de por medio están sus empresas o inversiones y no es lo mismo que gane uno u otro candidato; ellos le apuestan a la certeza de que no les serán cambiadas las reglas del juego en sentido negativo, mucho menos se juegue con sus capitales con la posible expropiación de su patrimonio como ha sucedido en Venezuela; por eso se permite la participación más se les prohíbe inducir abiertamente por quién deben votar, corren en riesgo de cometer un delito electoral y ser sancionados. Por eso deben ser sumamente cuidadosos, sutiles y tersos para no verse involucrados con las autoridades judiciales.

Cuestiones inéditas hemos vivido en este proceso electoral, como la participación de la iglesia promoviendo el voto “responsable”, o sacerdotes como Alejandro Solalinde, ya sin pena alguna, en actividad política partidista; así como la de los candidatos independientes, quienes después de un largo peregrinar para cumplir con las condiciones impuestas por la ley, la mayoría quedó en el camino, tiraron por distintas causas la “toalla” y se sumaron a otros candidatos. Si bien son muy duros los requisitos para los independientes, también es cierto que, de abrir la caja de pandora, miles de aventureros se inscribirían para participar y ensuciar una elección. Sería un verdadero caos tener cientos de candidatos en una boleta electoral, de ahí la necesidad de endurecer los requisitos para participar. Al final solo un candidato independiente llegó a la meta sin la menor posibilidad de triunfo, dadas las desventajas entre estos y los partidos políticos, instituciones profesionalmente dedicadas a la política, con un soporte estructural, económico y político fortísimo que resulta casi imposible vencerlos en una contienda electoral. Qué decir del bloque de 7 gobernadores panistas quienes anuncian que trabajarán con el candidato que llegue a la Presidencia de la República, haciendo a un lado al candidato de su partido. Así arribamos al “compás de espera”, con un solo aspirante independiente, el resto se fue desvencijando en el camino.

Si usted no ha decidido aún por quién votar, bueno, aproveche estos días que la ley le otorga para que razone, medite, madure, analice, reflexiones y decida por la mejor opción, abandone las filias o las fobias, piense en su Estado, en su municipio y en su país, antes de reglar su voto a cualquier aventurero y ponga en riesgo la viabilidad de su propio beneficio. Diga no al populismo, no a los obsequios sin justificación que no son más que un chantaje disfrazados de apoyos sociales. Día sí al crecimiento económico real y no ficticio, al trabajo como única fuente de riqueza, al cremento salarial por medio del esfuerzo, a la seguridad social y pública, a una mejor educación, a la erradicación de la corrupción ¡Piense en México! No piense en los milagros que en campaña se ofrecen como solución a los grandes problemas locales o nacionales. Sobre todo, no se deje engañar con la difusión de mentiras que pululan por todas partes, esas solo son para empujarlo a votar con odio, con resentimiento y no con el razonamiento.

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