“Medio ambiente, cambio climático y Covid-19”. Jesús Roldán Acosta

Frecuencias”
Desafortunadamente, los problemas globales que le aquejan a la humanidad, como son: el medio ambiente, cambio climático, el angustioso drama de migrantes, el hambre, carencia de medicamentos, generación de empleos, así como del combate a las enfermedades infecciosas, como es el caso del coronavirus (Covid-19) y sus peligrosas mutaciones posteriores no han sido considerados en las agendas nacionales.
 
La crisis de la pandemia del Covid-19 evidencia claros desajustes de la realidad jurídica y política del mundo y de los países en particular, cuyos dirigentes tratan o intentan gobernar.
De la solución de ese tipo de temas, entre otros más, dependerá la supervivencia humana. En ese mismo sentido, se hace necesario insistir, reforzar la esfera pública internacional para que estén a la altura de los grandes desafíos globales y en particular, para que funcionen las instituciones supranacionales y que garanticen los Derechos Humanos.
Habremos de preguntarnos acerca del porqué existe la crisis de la representación y el marcado desinterés por parte de muchas de las autoridades de gobierno por no saber representar, ni tampoco acatar los principios constitucionales del ámbito de la política, haciendo de esta última la razón de ser y “deshacer” de manera inmisericorde, en su mayoría, de parte de gobiernos autócratas y etnocentristas.
Es el caso del gobierno actual de México, cuyo presidente Andrés Manuel López Obrador se ha encargado de erradicar y haber mandado “al diablo a las instituciones públicas” que fueron creadas muchos años atrás para beneficio de todos los mexicanos y que mediante simples Memoranda, o por medio de los Decretos publicados en el Diario Oficial de la Federación hace y deshace a su libre albedrío lo que a él más le conviene, sin importarle nada de lo que le vaya a deparar a la nación entera.
Ejemplos han habido muchos: desapareció el Seguro Popular, metió la mano para infiltrar a sus incondicionales en varios Organismos autónomos, como la Comisión Reguladora de Energía (CRE), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), entre otros más.
Todo eso ocurre en un país cuyo gobierno se destaca por ser ineficiente, con un mercado petrolero en severo declive, con más de 780 mil desempleados, muy probablemente terminaremos este 2020 con poco más de 1 millón y medio de personas que habían perdido sus empleos, que de manera desafortunada, se sumarán a los cerca de 5 millones de nuevos pobres.
La desconfianza de los empresarios e inversionistas está a la orden del día, con elevados niveles en el aumento de homicidios, de violencia de género en medio de la pandemia -entre enero y marzo del 2020-, en plena emergencia sanitaria de la presente Covid-19, a escala nacional fueron asesinadas 964 mujeres, 720 de los casos están clasificados como homicidios dolosos y 240 como feminicidio. Además de que se recibieron poco mas de 26 mil llamadas de mujeres violentadas por sus parejas.
Como efecto directo del cierre de fuentes de empleos, ligados a la pandemia del Covid-19, el pasado mes de abril, en México, 555, 247 mil personas perdieron sus trabajos y dejará a muchísimos mexicanos en situación de pobreza, seguramente, se incrementará el mercado de la informalidad. Como si fuera menos importante, la inflación anual al reciente mes de abril llegó al 2.5%, que junto con la severa recesión y contracción de la economía mexicana, agudizarán aún más las problemáticas sociales.
Ejemplos existen varios, la estrepitosa caída del 98.8% en la producción de autos y las exportaciones de ese concepto hicieron se redujera un 90.2% a tasa anual. Es evidente que están cayendo los niveles de inversión extranjera directa, al igual la economía y el empleo.
Es probable que el próximo año y medio no será halagüeño para México, en tanto que varios sectores productivos saldrían adelante, otros más retrocederán; en el peor de los casos muchos cerrarán sus operaciones.
Para este 2020, el Producto Interno Bruto (PIB) se contraerá un 9% por choques asociados al Covid-19. El gobierno federal se verá obligado a otorgar apoyos fiscales equivalentes al 1.5% del PIB, de no hacerlo habría fuerte caída del -0.5% de la actividad económica; las expectativas del crecimiento económico del PIB mundial, en este año, se reducirán al -2.3%, aún y cuando los bancos centrales prácticamente en muchas naciones han instrumentado medidas agresivas para suavizar” el golpe de sus economías.
Para el segundo trimestre del 2020, la pobreza laboral pasará de un 37.3% actual al 45.8%, en su mayoría, los grupos de población vulnerables serán los más afectados: adultos mayores que son pensionados, tercera edad que no reciben pensión o que no supieron o no pudieron ahorrar desde jóvenes, o aún de aquellos que aún y cuando laboran en las grandes ciudades, sus ingresos son raquíticos y viven al día.
Nuevo coronavirus marcó la diferencia en la humanidad.
 
La emergencia  del nuevo coronavirus generó el despertar de la razón, de plena consciencia que refleja la fragilidad humana y de nuestra descuidada y subestimada interdependencia global.
Lo antes mencionado se acrecienta con la gente que no pudo resguardarse e tiempo en casa, que padecen en su sistema inmunológico, mermados por sus condiciones de salud de enfermedades crónico-degenerativas, por la pobreza.
Es muy probablemente que el grave desajuste de las economías nacionales traiga en consecuencia que más gente se encuentre en situación de padecer hambre, podrían generarse revueltas sociales de importante consideración. !Espero equivocarme!
Hay que reconocer que muchas veces en las crisis de carácter mundial, no han sido ni los organismos multilaterales internacionales los actores más creíbles en el caso del Covid-19 (la OMS, ONU),  tampoco han dado muestra de ser eficaces.
Sin embargo, han destacado los gobiernos competentes, que han actuado de manera eficiente y oportuna, como son: Islandia, Alemania, Austria y Dinamarca, Nueva Zelanda, Australia, Vietnam, Singapur, Corea del Sur, Ruanda, Taiwan.
Por el contrario, nos encontramos con el Reino Unido, Italia, España, Francia, Estados Unidos de América (nación que al 10 de mayo encabezaba la mayor cantidad de contagios con poco más de 1.3 millones y de 79 mil personas fallecidas), Brasil, México, Argentina, entre otros más, cuyos gobernados sufren innecesariamente, derivado de los múltiples problemas en la manera en que sus gobernantes les han fallado, por sus omisiones, inacciones y por su misma ineptitud e ineficiencia.
Lo que se antoja claro es que el estado nacional es la fuente básica y primordial de la seguridad vital para la ciudadanía,que se encuentra aterrorizada por la pandemia, el cambio climático, junto con el calentamiento global y sus correspondientes males, como la migración internacional masiva y que en años recientes se ha criminalizado, debilitando la manera de gobernar.
Ahora bien, no debe viciarse el hecho de que un estado actúe de manera “nacionalista”, abogando y defendiendo a sus ciudadanos con la forma del separatismo, que divide y enfrenta a unos contra otros.
Cambio del clima, medio ambiente, sus efectos en la presencia de  pandemias.
 
El hecho de que cada año se sienta más calor en las ciudades significa que en otras áreas geográficas del mundo miles o millones de personas estén sufriendo penosas sequías, con presencia de incendios, inundaciones y de enfermedades como el dengue en zonas que antes no se presentaban.
La OMS coordina una importante agenda de investigación para probar con evidencia científica el daño que ocasiona el cambio climático y sus probables efectos ante el brote de epidemias.
Así, por ejemplo, se ha descubierto la capacidad de adaptación de algunos hongos (Cándida auris) a temperaturas más elevadas, lo que podría vulnerar a los mamíferos, incluidos los seres humanos.
Hay muchas más enfermedades provocadas por ese fenómeno: infecciones en la piel, de cambios en el comportamiento del sistema digestivo, entre algunos más.
Es alarmante la incapacidad de los gobiernos del planeta para enfrentar efectiva la crisis climática. No dudo que el Covid-19 tiene como ensayo general para los accidentes climáticos que están por hacerse presentes.
No hay que sentirse “Nostradamus”para hacer tal afirmación, es por simple lógica deductiva, ya que la cobertura, alcance, intensidad y recurrencia de los desastres naturales indican eso, en lo que por varios años los expertos y científicos nos han alertado y no se ha caído en la cuenta de remediarlo con acciones positivas.
Lo antes citado se debe a la tendencia de las grandes potencias que han estado compitiendo ferozmente por el control de los océanos, de los mercados, de las tecnologías que requieren de la explotación desproporcionada de la extracción de minerales y metales localizados en el subsuelo del planeta para la manufactura de innumerables dispositivos electrónicos, destinado para la manufactura de teléfonos celulares, computadoras, explotación de yacimientos petrolíferos, mediante la técnica extractiva del “fracking”, entre otros más. Contaminando en gran proporción a la misma naturaleza: flora y fauna animal), además de dañar irremediablemente los escasos mantos acuíferos donde se extrae el agua para consumo humano.
Hay que incluir también en la problemática del cambio climático el exponencial crecimiento demográfico. Para el año 2050 -faltan 30 años-, la India tendrá más habitantes que China; Nigeria estaría en tercer lugar; Rusia y México ya no formarían parte de la la lista actual de las naciones más pobladas.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el continente africano podrían morir entre 83 mil y 190 mil
personas a causa del patógeno. La OMS advierte también sobre a posibilidad de que existan entre 29 y 44 millones de contagios durante el primer año de la propagación de la pandemia (Covid-19) en África, donde se han registrado 53, 334 casos de personas  infectadas y 2, 065 muertes; la desnutrición, deficiencias del sistema inmunológico, la pobreza extrema, así como la carencia de recursos para enfrentar exitosamente el Covid-19 le hace a la gente de ese continente ser más susceptible para adquirir dicha enfermedad.
América Latina y el Covid-19.
En otra latitud geográfica, según pronósticos de la CEPAL, en los países de América Latina y El Caribe, este año la economía regional se contraerá un 5.3%, con caída de más del 10% del PIB, la peor en varias décadas.
En cuanto al Covid-19, destaca Perú con 54, 187 contagios y 1, 533 muertos, esa cifra estaría muy elevada, de no haber sido porque esa nación aplicó 429, 458 pruebas realizadas en toda la América Latina, cuando en México y según datos estadísticos de la OCDE sólo ha podido hacer un 0.4 pruebas por cada 100 mil habitantes (de un total de 120 millones de personas); no es significativo este dato, por ello es que la gran cantidad de muertos a causa del patógeno se ha disparado, aunque las autoridades de salud federal han estado maquillado las cifras verdaderas.
Pandemia y Cambio Climático.
Muy seguramente se presentará otra pandemia, a más tardar en 10 años, ya que se han mantenido los factores que la posibilitan: destrucción de los ecosistemas lo cual provoca que proliferen los patógenos y se expandan,encontrándose con nuevas formas de transmisión directa, incluyendo al ser humano.
Aparte del calentamiento global que ha cambiado de forma drástica el patrón geográfico de las enfermedades infecto-contagiosas acelerada por la fluida y mayor movilidad del mundo actual que facilita el que centenares de miles de personas se trasladen de un país a otro, de continente a continente, eso favorece la fácil y rápida transmisión nuevas infecciones.
Como bien afirma el científico mexicano Juan Pedro Laclette, -investigador Emérito de la UNAM-, se requiere un ejercicio serio de planeación para estructurar una organizada y efectiva respuesta, de cara a una próxima emergencia epidemiológica. Para lo cual, asegura, se tendrá que hacer un recuento de las instituciones que estarían involucradas: Sector Salud (federal y estatales), Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, e involucrar, de  igual manera, a importantes grupos de científicos adscritos a los Institutos de Educación Superior, Centros Públicos de Investigación.
Asimismo, se habrá de incorporar a los Sectores privados, como la industria farmacéutica nacional, a fabricantes de insumos y equipos médicos, empresas socialmente solidarias, organizaciones de la sociedad civil, ONG’s,
Desde luego que también se necesita contar a la brevedad con cuadros de médicos especialistas en infectología, virólogos, en cuidados intensivos, biomédicos, biotecnólogos, entre otros. A fin de estar en condiciones de encarar exitosa y oportunamente en varios frentes y de manera multidisciplinaria las futuras pandemias; desde luego, que se habrán de considerar los aciertos y serios errores cometidos por las autoridades federales de la salud, para no incidir en similares yerros.
También se tendrá que considerar el elemento fundamental, el sustento financiero, a través de crear un “Fondo para Emergencias Epidemiológicas” que facilite prioritariamente atender ese tipo de tragedias humanas.
Para mediados del presente siglo, 10 naciones contarán con más habitantes, 5 serán naciones asiáticas, 3 de África, Estados Unidos de América y Brasil. De esa manera, los cambios en la estructura demográfica mundial generarán mayor inestabilidad internacional y se intensificarán los conflictos debido a la mayor cantidad de migraciones.
Hago eco de lo que destacados científicos en el campo de la medicina y del medio ambiente aseveran acerca de que mucho de los desastres naturales son propiciados por la propagación y descontrol de los virus, traducidos después en epidemias, pandemias, debido al desgaste causado por haberle dado la espalda a la sana relación simbiótica que originó el desequilibrio biológico propiciado por el ser humano en su relación con la propia naturaleza.
Seguramente, las epidemias y posteriores pandemias le alejará a la ciudadanía en su mayor distancamiento y desconfianza hacia sus gobiernos que tropezaron brutalmente -cuando era necesario que reaccionaran- y actuaran eficazmente, provocando angustiado confinamiento en el mundo sin poderle hacer frente de inmediato a la enfermedad, mucho menos al crecimiento del cambio climático y a la pobreza.
Impacto de la pandemia en la Unión Europea (UE).
La Unión Europea (UE) desde el inicio de la crisis epidémica y posterior pandemia falló, ya que no hubo reacción de parte de sus gobernantes, que se comportaron muy flexibles  en cuanto al comportamiento social y no hicieron escuchar sus voces a tiempo y de manera decidida a sus ciudadanos (léanse Italia, España, Alemania, Francia, Reino Unido), ahí están las funestas consecuencias que esos países son los que más decesos e infectados han registrado.
Además de que no hubo oportuna reacción de parte de la mayoría de los gobernantes europeos, en cuanto a que tampoco no cumplieron en tiempo ni en forma lo asentado en el artículo 168 consignado en el “Tratado sobre el Funcionamiento de la Unión” que afirma: …”la Unión garantizará un alto nivel de salud humana”, y  también establece que “los Estados miembros, en colaboración con la Comisión, coordinará entre sí sus políticas” de fomento destinadas a proteger y mejorar la salud humana y, en particular, que “el Parlamento Europeo y el Consejo podrán adoptar medidas para luchar contra de las pandemias trans-fronterizas”; nada de eso sucedió, cada país se lió de manera independiente, propalando su falsa”soberanía”; las infecciones de los letales patógenos no respetan fronteras, ni tampoco los niveles socio-económicos de la ciudadanía.
Ahí están los visibles resultados de gran letalidad entre su población.
Por otra parte, observamos que en el artículo 222, del “Tratado” mencionado, titulado “Cláusula de Solidaridad”, establece que “la Unión y los Estados miembros actuarán conjuntamente y con espíritu de Solidaridad, cuando un Estado miembro sea víctima de una catástrofe natural”. Todo lo anterior encaja muy bien en cuanto al desarrollo y rápido avance actual de la pandemia del Covid-19.
Sin embargo, en la realidad, cada uno de los 27 estados que conforman a la Unión Europea no se sincronizaron para enfrentar ese patógeno, por ello, después de los Estados Unidos de América (EUA), -donde según información suministrada por la Casa Blanca-, se estima que para agosto próximo habrían poco más de 175 mil decesos por el Covid-19.
Hasta hace unos cuantos días, las naciones europeas eran las más dañadas, debido al elevado número de personas infectadas y que por lentitud de las autoridades de salud no aplicaron de manera masiva las respectivas pruebas para detectar el Covid-19. En ese caso, sobresale la pequeña nación de Islandia, con la realización de 134.9 pruebas por cada 100 mil habitantes.
Para el día 8 de mayo pasado, a nivel mundial se habían registrado 270 mil nuevas personas fallecidas por Covid-19; en la unión americana se concentraba la tercera parte de personas contagiadas, con 90 mil decesos. A nivel global, el número de contagiados ascendía a los 3 millones 845 mil 607 personas.
Hasta hace unos cuantos días y a escala global, habían poco más de 250 mil  muertos; lo que sucede en Europa es norma fiel y claro reflejo de lo que acontece en otras regiones del mundo; tan sólo en el Reino Unido habían registros de 30, 689 decesos, le seguían Italia con 29, 958 personas fallecidas  y España con 26, 070 muertes, originados por el Covid-19.
Cada nación del continente europeo actuó por su cuenta, utilizaron diferentes e inadecuadas, por demás de inoportunas estrategias; por ello se generó el descomunal contagio en los siguientes países: Italia, España, Alemania, Holanda, Suecia, Noruega, entre otros más.
En síntesis, en la Unión Europea no hubo la debida intervención de parte de los Comisionados para la Salud, junto con el de “Cohesión” y de “Gestión de las Crisis”. Se presentó ausencia de la solidaridad en la salud humana, lo que provocó la vertiginosa muerte de varios miles de vidas.
 
Con ello se ha demostrado en la práctica, que la Unión Europea funciona mejor en cuanto a la estabilidad presupuestaria, más no en campos de la salud humana, como la actual epidemia, ni mostraron gran interés por la vida de sus ciudadanos.
 
La UE no ha sabido desempeñar bien su papel de conducción de acciones de solidaridad social, adoptando medidas comunes en relación con la gestión de manera racional para enfrentar a tiempo la pandemia, estableciendo precios inaccesibles a todos, no lograron evitar centenares de miles de muertes innecesarias.
 
Mientras tanto, Europa ya alista la apertura gradual de sus fronteras para impulsar el turismo y economía ante el Covid-19. En un continente donde el sector turismo representa el 10% de su PIB y done el verano ya está próximo, con la consiguiente temporada alta de ese importante sector. 
 
Hay que mencionar que dicha apertura se haría en tres etapas: la fase Cero actual, con restricciones de movimiento generalizadas entre naciones. En la fase 1 iniciarán con quitar obstáculos y se garantizaría el desplazamiento entre países que cuenten con similares condiciones de sanidad; para la fase 2, se levantarán todos los controles para recuperar “la normalidad”, siempre y cuando se cuente con la situación epidemiólogica “controlada”, y lo que ésto último implica.
La mayoría de las naciones europeas empezarán a desarrollarse así a partir del 16 de junio, salvo país como Italia y España tendrán que esperar la fase 2, a la espera de saber cómo evoluciona su situación con el Covid-19; por lo que los controles aeroportuarios se mantendrán.
@JROLDANA

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