“Frecuencias”
“Antes que cambiar el mundo hay que entenderlo”
De no corregir el rumbo global, algunos de los probables escenarios en cuanto al tema de la permanente presencia del cambio climático y sus efectos negativos en el medio ambiente, probablemente para el 2020, así como para posteriores años, se escenificarían -de acuerdo con recientes datos del Foro Económico Mundial-, podrían aumentar las enfermedades infecciosas, desastres ambientales producidos por el ser humano, pérdida de la bio-diversidad (ligado con el medio ambiente y del cambio climático), desastres naturales, clima extremo, crisis hídrica y de alimentos -; según la ONU, en los próximos años 265 millones de personas sufrirán hambruna en poco más de 30 naciones.
Los expertos en ese tipo de problemáticas advierten que los desastres naturales y el clima extremo irán creciendo y serán más frecuentes, entre otras cosas, por el rápido aumento de la intensidad y frecuencia del calor, que han alcanzado temperaturas elevadas, mismas que podrían incrementarse las ondas de calor en un 7.7% ; se estima que para finales del presente siglo aumentará 3 grados centígrados.
Las consecuencias ambientales impactarán en condiciones socio-económicas y políticas. Desde luego que ello obedece también al crecimiento exponencial de la población, a la constante migración rural-urbana, aunado a los patrones tecnológicos que amenazan la prosperidad y el bienestar de la gente.
Para lo que resta de este año, se espera que en el globo terráqueo ocurran 78.5% de confrontaciones económicas, 78.4% de polarización política en las naciones, 77.1% presencia de ondas extremas de calor, un aumento del 78.8% de recesiones económicas, un 70.7% de fuegos incontrolables, muchos de ellos propiciados intencionalmente por las personas.
Será mediante la alineación y unión de esfuerzos conjuntos de gobiernos, empresas y de la sociedad civil organizada, las que tendrán que encarar las actuales y futuras amenazas del calentamiento global, a fin de mitigar y adaptarse al cambio climático en el horizonte de los 10 años próximos.
En los últimos 5 años, en todo el mundo se han registrado temperaturas muy elevadas.
Los medios de transporte público y privados han desbordado el excesivo uso de la quema de combustibles fósiles, la tendencia en naciones europeas se alinea para que, a más tardar en los próximos tres años se prohibirán circular a vehículos de motor a gasolina, pasarán al uso homologado y obligatorio de la energía eléctrica, del hidrógeno y de celdas solares.
En este sentido, en México, con el gobierno actual de la Cuarta Transformación nos estamos dirigiendo hacia atrás, como los cangrejos, en tanto que pone serios obstáculos al uso de las energías limpias (“verdes”), como la eólica, solar, entre otros, prevaleciendo el consumo del combustible fósil (gasolina y carbón), que genera mucha mayor contaminación de la atmósfera, ya que utiliza el carbón para el consumo de las plantas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
De esa manera mercantilista y oprobiosa subyacen las componendas y corrupciones que articula AMLO junto con sus cercanos colaboradores, como son los titulares de la Secretaría de Energía, Economía y de la propia CFE, que sobre todo les beneficia a los empresarios de la minería en México, uno de los cuáles es el actual senador de la República y representante del estado de Chihuahua y miembro de la bancada por MORENA, Armando Guadiana, éste, desde hace muchos años se dedica a la explotación y es propietario de varias minas de carbón; o sea, es el Negocio redondo de la Corrupción e Impunidad que prevalece en el gobierno de la 4-T.
En este mismo sentido, cabe mencionar que la Secretaría de Energía encabezada por la veracruzana Rocío Nahle y con el aval del presidente Andrés Manuel López Obrador canceló el considerable interés de inversionistas nacionales y extranjeros para incursionar en la comercialización del uso de energías limpias que ascenderían a poco más de treinta mil millones de dólares, la gran mayoría de las empresas inversionistas extranjeras era de las naciones europeas y de Canadá.
De esa manera, la incertidumbre y desconfianza empresarial se irá minando rápidamente. Tal imprudente y vesánica actitud de parte del gobierno mexicano por suspender el inicio de asentamientos y consecuentes operaciones de plantas de energías renovables, limpias, lo único que traerá consigo es que los inversionistas se enfoquen en acudir a otros países. De esa manera, se esfumarían la creación de muchas fuentes de empleo, que más que nunca se requieren en México.
La medida de gobierno federal anteriormente señalada es clara muestra de que la actual administración de AMLO le interesa más seguir contaminando la atmósfera, que conlleva sus elevadas concentraciones de azufre por el uso indiscriminado de combustibles fósiles, como el carbón y la gasolina, envenenando a millones de mexicanos, a consecuencia de la quema de la naturaleza misma; aparte de que está contraviniendo con lo dispuesto en el inquebrantable compromiso formal y oficial suscrito por México en el “Convenio de París” del año 2015, por medio del cual todos los países firmantes de dicho Convenio Internacional se comprometen a reducir, para más tardar el año 2030 hasta 3 grados de calor.
Por otro lado, las especies amenazadas por la explotación y pérdida de su respectivo hábitat natural tienen el doble de probabilidades de ser fuentes de enfermedades infecciosas. Por si fuese poco, la interferencia humana con los bosques es factor clave en la propagación de enfermedades de los animales a las personas. En ese sentido, la urgente restauración de los ecosistemas es vital para prevenir futuras pandemias.
Aunque las emisiones globales de Co2 cayeron un 17% a principios de abril del 2020. Los expertos en la materia advierten que, dentro de poco, para el 2030, en todo el mundo se necesitaría bajar un 80% de la emisión del Co2 (dióxido de carbono), a efecto de que la emisión de gases de efecto invernadero no provoque un aumento de calor en la tierra más allá de 3%. En verdad que tal medida será muy difícil de lograr, sobre todo con la reticencia de naciones como Rusia, Estados Unidos de América, India y China, México, entre otras más, que son las naciones más contaminantes del planeta.
Mientras tanto, en plena pandemia del Covid-19, la naturaleza está amenazada en tanto que países como Brasil, Camboya, varias naciones de América del Sur, continúen con la deforestación. Los bosques ocupan la tercera parte del planeta y absorben la misma proporción de Co2 en el ambiente.
Ante los efectos del cambio climático y una cada vez amas marcada escasez del agua, se han observado mayores eventos de mortalidad forestal.
Los bosques son muy susceptibles al cambio de la temperatura, entre otras repercusiones, se registran intensas y frecuentes sequías.
En síntesis, áreas que antes eran consideradas pulmones de la tierra, como la del Río Amazonas, pasaron a ser fuentes directas de emisión de carbono.
En décadas recientes se ha observado que muchos bosques, en lugar de retirar el Co2 pasan a ser fuentes de dañinos gases de efecto invernadero. En vez de mitigar el cambio climático, éste aumenta su magnitud. También es menester señalar que el Parlamento Europeo aprobó el pasado 28 de noviembre (2019), mediante 429 votos a favor 225 en contra y 19 abstenciones para reconocer y “aprobar la emergencia climática y del ambiente”, en la cual las naciones europeas deben alinear sus propuestas basadas en limitar el calentamiento global a menos de 1.5 grados centígrados y reducir -a más tardar para el 2030- el 55% del CO2, incluyendo las emisiones del Co2 en el transporte marítimo y en la aviación.
Importantes estudios realizados por el World Economic Forum advierten que cada dos segundos transcurridos, el cambio climático fuerza a las personas para salir huyendo de sus hogares. Además de que cada año, aproximadamente 20 millones de personas se quedan sin hogar donde vivir, contribuyendo al desplazamiento acelerado de la gente para encontrar donde guarecerse; suman más de 150 % de los desplazados en los últimos meses. El 80% de esas personas son de origen asiático, enclave donde se ubican las poblaciones más pobres de la región. En mayor medida, por las sequías, inundaciones y ciclones.
Se sabe bien que el excesivo uso de automóviles y del transporte público generan millones de toneladas de dióxido de carbono que directamente se van a la atmósfera; la temperatura aumenta y se provocan incendios, sequías, carencia del agua, inundaciones y lluvias severas y atípicas; se genera un total desequilibrio ecológico-ambiental.
¿De qué manera la ciudadanía mundial puede contribuir a ponerle un alto a la severa degradación territorial?
Algunos aspectos importantes en los que podremos mitigar el calentamiento global que afecta a más de 3.2 billones de personas son la regeneración de bosques y de áreas verdes, plantar millones de árboles nativos (o endémicos), propios de cada región en que uno viva, de preferencia de los que no consuman mucha agua, reducir en la mayor medida el uso de vehículos automotores, hacer uso de vehículos eléctricos, de bicicletas, utilizar focos ahorradores de energía eléctrica, reducir el consumo de calentadores eléctricos y del aire acondicionado (en la mayor medida posible), de preferencia instalar calentadores solares, desconectar los equipos eléctricos y electrónicos cuando no se vayan a utilizar, uso más racional y de menor consumo de agua potable, en las plantas de trabajo hacer uso del reciclaje y tratamiento del agua para riego y aseo de sus instalaciones.
Preferentemente compartir con amistades y vecinos los viajes en autos, mediante lo que se conoce como “rondas escolares” o de “rutas de empresas”, conocido en inglés como “car van pool”; al circular en automóvil verificar el correcto inflado de las llantas, de preferencia inflarlas con el uso de nitrógeno, de esta manera con el rodamiento de las mismas se reducirá el consumo y la quema del combustible fósil (gasolina).
Se necesita también adoptar contundentes medidas tendientes para dejar de una buena vez y sustituir el uso de los combustibles fósiles y cambiarlo por las energías limpias (o “verdes”), como la eólica, solar, las renovables de bajas emisiones contaminantes.
Desafortunadamente existe marcado desinterés de parte de los gobiernos de Rusia, México, de Estados Unidos de América, de China, India, que no han querido ni aceptado que la humanidad entera se enfrenta ante una emergencia climática de proporciones mayúsculas; los hechs son claros y contundentes.
Otro de los fenómenos que contribuyen con el desequilibrio ecológico se relaciona con el aumento de la caza furtiva en regiones del África, la India y de Sudamérica, muchos de los guardias que se encargan de ahuyentar a los cazadores furtivos han sido despedidos, facilitando el incremento de animales muertos, catalogados en peligro de extinción.
Además de que la minería ilegal en países como Colombia, Perú, El Congo, Nigeria, contribuyen a poner más presión sobre los recursos naturales, con más caza, pesca irregular y la tala de árboles.
Seguir deforestando bosques y selvas no debe ser una opción más, si en verdad queremos sobrevivir en este único planeta que habitamos. No tenemos por qué auto destruirnos, mucho menos regresar a la vida salvaje.
Requerimos la estricta observancia legal que fomente políticas públicas que protejan bosques, selvas y áreas naturales; no provoquemos la desertificación de nuestro territorio mexicano con obras de infraestructura como el tendido de vías férreas para el “Tren Maya”, cuyo grotesco y brutal empecinamiento de parte del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) afectará el ecosistema del sur de México.
Insisto, estamos obligados a cuidar y fomentar el equilibrio ecológico natural.
Para el sociólogo y reconocido catedrático francés Alain Touraine, “habrá otras catástrofes, no me extrañaría mucho que en los diez próximos años no hubiese catástrofes ecológicas importantes”.
“Pandemia e impacto de la disponibilidad de alimentos y en la pérdida de empleos”.
El pasado martes 25 de mayo la ONU reveló que a nivel mundial podrían morir 265 millones de personas a causa del hambre, derivado de la escasez de alimentos y a la crisis global relacionada con el Covid-19.
Tan sólo, la pandemia del Covid-19 dejará este 2020 poco más de 130 millones de personas padecerá hambre; de esa manera, todos los grandes esfuerzos realizados por la ONU para mitigar el hambre mundial se verán reducidos considerablemente.
Lo anterior se resumiría por las siguientes razones: pérdidas masivas de las fuentes de empleo, por cierres de muchísimas empresas y de plantas industriales, al cambio climático y al descuido del medio ambiente, a las sequías, inundaciones que acaban con las cosechas, a la carencia de agua, además de las restricciones en cuanto a la movilidad en el transporte, en el levantamiento de cosechas, en el procesamiento de alimentos y de otros bienes críticos, eso se traducirá en el aumento de los tiempos de entrega de los mismos; de los alimentos destinados al consumidor final, pasando por los diferentes intermediarios. Este proceso termina irremediablemente en el elevado incremento en el precio de los alimentos, haciendo de ello, difícil acceso para mucha gente.
Según datos suministrados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), 1,600 millones de trabajadores, de un total de 2 mil millones que laboran en el sector informal de la economía a escala mundial 8casi la mitad de la población activa global), corre serio peligro de ver desaparecer sus fuentes de sustento. Debido al confinamiento domiciliario y consecuente carencia de ingresos; muchos de los cuáles estarían en búsqueda de adicionales y alternativas fuentes de ingreso familiar.
En todo el mundo hay poco más de 436 millones de empresas que enfrentan el riesgo grave de interrupción de la actividad. De ellas, 232 millones son del comercio mayorista y minorista, 111 millones a las manufacturas, 51 millones a servicios de alojamiento y comida; y, 42 millones al sector inmobiliario y otras actividades comerciales. Es urgente y se hace necesario la adopción de medidas flexibles que salgan al auxilio de los trabajadores y de empresas, a los trabajadores de la economía informal.
Desafortunadamente en México, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social no hace su tarea de proteger y favorecer la recuperación efectiva e inmediata y sostenible de las fuentes de empleos. A través del uso de medidas de estímulos que alivien a las empresas y a sus trabajadores a paliar la crisis laboral derivado de la pandemia del Covid-19.
Para las empresas, al no existir ingresos no hay razón de ser de la misma. Para los trabajadores, al no contar con su salario, los alimentos familiares, de seguridad e incertidumbre laboral les obscurece s presente y futuro, entran en fuerte depresión y angustia, desatándose falta de respeto y de violencia verbal y física al interior de sus hogares, desafortunadamente los hijos son testigos presenciales de los niveles de violencia doméstica, por el confinamiento obligado del Covid-19; es un círculo vicioso.