El sector turismo no sólo deberá prepararse para recuperarse de la crisis que vive por la actual pandemia, con nuevos protocolos (como los que ya se preparan en Querétaro) y medidas sanitarias, además deberá reinventarse e integrar renovadas tendencias y expectativas en beneficio de los clientes, comentó Paulina Portillo, docente de la carrera de Gestión de Experiencias Turísticas de la Universidad Mondragón México (UMx) ubicada en El Marqués, Querétaro
“Sin duda, la industria turística es una de las más impactadas por la pandemia y nos ha obligado a hacer un alto en el camino. La nueva normalidad de la que hoy se habla, exigirá creatividad y compromiso para enfrentar los retos de la recuperación económica, una vez que logremos superar los rigores de la pandemia ocasionada por el coronavirus”, asegura la académica.
Aunado a esto –explica Paulina Portillo- , y como gran reto, la empresa líder internacional en gestión de riesgos INTEDYA, ofrece, aún como proyecto en puerta, el DISTINTIVO COVID-FREE. Su objetivo es garantizar el cumplimiento de estándares y recomendaciones sanitarias en la lucha contra la pandemia trabajando con la información que brinda la OMS (Organización Mundial de la Salud) y autoridades sanitarias para la prevención, como posible respuesta ante riesgos de propagación del coronavirus.
“Esto será uno de los factores más importantes dentro de nuestro sector, porque incrementará la protección de productos y servicios, así como la de quienes laboren las instalaciones y también de los clientes”.
“Ya estamos entendiendo que el enfoque de venta será distinto. Deberá darse más valor a los detalles y a las conexiones emocionales. Se pedirán nuevas medidas sanitarias para transporte y hospedaje, como los controles de temperatura en zonas con mucho flujo de personas como casetas y aeropuertos, entre otras medidas que llegaron para quedarse”, destaca la también egresada de la carrera de Administración Turística, de la UMx.
Argumenta que el tiempo de recuperación será lento y requerirá segmentarse en fases de acción. Cambiarán conductas de consumo, habrá nuevos conceptos, tecnologías, formas de viajar, mercados y temas de estudio, porque el negocio de gente para la gente no termina. La académica confía en la gran capacidad de salir adelante que tiene esta industria por su naturaleza anclada en la convivencia y la recreación social.
A lo largo de la historia, describe, el turismo se ha encontrado con cambios que dan más vida y significado a su encomienda. La rejuvenecen, la hacen cada vez más vivible y experimentable. Como en la llamada ola digital que propició la consolidación de la compra de servicios turísticos online, como parte de la nueva economía. “Ya se ve que habrá mucho que experimentar y aprender para evolucionar”, enfatiza Portillo.
“El turismo es un sector que enfrenta constantemente retos, reconoce la importancia de las oportunidades, valora el trabajo en equipo, de entender a las personas que nos rodean, sean clientes, o sean amigos, y, sobre todo, anteponer su bienestar como prioridad, menciona”.