La secretaría de salud abrió un proceso de contratación de personal médico, enfermeras y médicos, esto con la finalidad de ampliar la capacidad del Hospital General de Querétaro que fue reconvertido para atender pacientes por COVID-19 y para el anexo del nuevo Hospital General que también demandará personal, afirmó la directora de servicios de salud del estado, Martina Pérez Rendón.
Querétaro registra aún tiene 273 casos sospechosos, de los cuales aún 71 están en proceso de que se les realice la prueba de laboratorio, 29 casos son confirmados y una defunción.
Lo resultados indican que el 16 por ciento de los casos confirmador corresponden a hombres, el resto a mujeres. El 59 por ciento de casos provenían del extranjero. El mayor número de casos (14) se encuentran en una edad de entre 30 a 49 años.
Se han aplicado 273 pruebas de COVID-19 en Querétaro
En el estado se han aplicado 273 pruebas para identificar COVID-19, informó Martina Pérez Rendón, directora de los Servicios de Salud; de esas pruebas, 29 han resultado positivos acorde a la validación del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicas (InDRE). En Querétaro, solo un médico que labora en el sector salud estatal y el federal dio positivo, aunque no se identificó dónde fue punto del contagio.
Martina Pérez Rendón, directora de Servicios de Salud, informó que de los casos descartados a COVID-19: uno fue positivo a influenza AH1N1, dos a influenza tipo B y los demás negativos o asociados a otras enfermedades.
Reiteró que, acorde a los procesos epidemiológicos, las pruebas no se aplican a todos; en el caso de presentar síntomas leves solo se requiere reposo y asilamiento domiciliario. En las personas que son hospitalizadas con cuadros respiratorios sí se aplican pruebas al 100%.
De los 29 confirmados 16 son hombres y 13 mujeres; 26 casos los ha atendido la Secretaría de Salud del estado, dos en el sector privado y uno en el IMSS. 17 casos fueron importados, ocho asociados a importación y cuatro sin antecedente de viaje o asociación a importación, es decir, ya son contagios comunitarios.
El caso de fallecimientos por COVID-19 los cadáveres deben se incinerados en funerarias privadas cumpliendo un protocolo de salud.