ARMANDO, MAURICIO Y MARCOS POR SENADURÍA PANISTA

En las filas del PAN, la carrera por la senaduría arrecia y despuntan varios panistas con trayectoria política y un “ciudadano” que por segunda ocasión va en busca de otra candidatura. También se encuentra en la competencia la diputada Guadalupe Murguía Gutiérrez, quien hace rato levantó la mano para que fuese tomada en cuenta.

 Una vista rápida de las trayectorias de estos competidores, encontramos que hay de todo; desde éxitos hasta fracasos rotundos como aquellos en los que ha incurrido Marcos Aguilar, en el ejercicio como presidente municipal. También encontramos traiciones como si fuera parte de la escuela de la dirigencia nacional del PAN, en donde curiosamente Marcos Aguilar ha sido acusado de traídos al igual que su jerarca Ricardo Anaya, emanados de la misma escuela y excompañeros de bancada, por si fuera poco.

 Empecemos por el principio. Guadalupe Murguía inició su carrera administrativa en el gobierno de Querétaro, recién llegada de la capital de la República, ya desaparecida. Fue acogida con beneplácito por el gobierno de Enrique Burgos, en el área de la Secretaría de Gobierno, en el Departamento de Inmuebles. En poco tiempo la suerte le sonrió y su amigo personal y de carrera Francisco Garrido –el padrino de Ricardo Anaya- la llevó de colaboradora al gobierno municipal, después al gobierno del Estado, hasta ocupar importantes carteras; igualmente Ignacio Loyola Vera, le apoyó ofreciéndole trabajo en su gabinete. Carrera administrativa meteórica en poco tiempo, sobre todo sin haber tenido experiencia. Pero su seriedad y don de gentes fueron su soporte. Hoy se desempeña como diputada federal y presidió la Mesa Directiva de la Legislatura Federal. Ya encarrerada hoy pretende la candidatura a la senaduría por Querétaro; mucha diferencia entre ella y Marcela Peimbert, quien sin experiencia alguna llegó al senado de la República; entonces compañera de fórmula de Francisco Domínguez Servién. Es buena carta panista Guadalupe Murguía.

 Armando Rivera Castillejos quien llegara a gobernar la capital del Estado con su frase de campaña “Armándolo Juntos” –en alusión a su nombre, obtuvo el triunfo en las elecciones del año 2003. En sus inicios se destacó como empresario fundamentalmente. Ocupó varias Secretarías de Estado –en Querétaro-, también fue regidor y desempeñó varios cargos dentro de su partido. Ya como presidente municipal se echó a cuestas varias obras importantes que los queretanos de entonces aun recordamos, de las cuales incluso no eran de su competencia, pero los queretanos requerían de ellas. Baste recordad dos de ellas; el “acuaférico” que vino a solucionar los serios problemas de desabasto de agua potable; también amplió el drenaje pluvial en la Avenida Constituyentes, entre otros lugares; se amplió la capacidad de salida del agua y desde entonces no se sufren los grandes “encharcamientos”. Entregó buenas cuentas en el ejercicio de su administración. Hoy se desempeña como diputado federal. Ha sido uno de los críticos del actual presidente municipal -de su partido. A pesar de militantes del mismo instituto político, no le faltaron arrestos para hacer notar algunas de las deficiencias del presidente municipal; tanto él como su homólogo Gerardo Cuanalo; de entre las críticas destacaron que eran quejas de la ciudadanía por problemas de la recolección de basura cuando el servicio era de excelencia, todo por concesionarlo, así como del incremento a la inseguridad ¡Vaya que se ha disparado la inseguridad en el Municipio!

 Armando Rivera ha sido traicionado en varias ocasiones desde las trincheras de algunos de sus compañeros panistas. Uno de ellos es el actual presidente municipal Marcos Aguilar, quien fuera impulsado profesional y políticamente por Armando, terminó siendo traicionado por su pupilo. Las diferencias hicieron que Marcos Aguilar corriera de la administración municipal a todo aquel que “oliera” a Armando Rivera. La deslealtad en su máxima expresión por parte del Presidente Municipal a quien califican de soberbio y abusivo. La traición en grupo en contra de Armando, fue cuando quiso ser presidente municipal por segunda ocasión; panistas afines a Ignacio Loyola, apoyaron a Roberto Loyola, para que este llegar a la presidencia y no Armando, además el grupo perdedor de la contienda interna operó en contra del candidato panista. Hoy las cosas pintan diferente. Hoy las circunstancias enfrentan a quienes fueran amigos y aliados, Marcos Aguilar el traidor –dicen- compite en contra de quien fuera su mentor, Armando Rivera. Interesante la contienda.

 Por último, quien se dice hasta el cansancio “ciudadano” sin partido, Mauricio Kuri González, es actualmente presidente municipal de Corregidora, es de extracción empresarial. Habiéndole gustado el ejercicio del poder a este ciudadano, hace algunos meses dijo que no veía con malos ojos la posibilidad de reelegirse en el cargo, pero que solo competiría con las mismas siglas del partido que lo llevó al triunfo: el PAN. Ahora dice que le gustaría ser senador por Querétaro, pero que eso lo decide el PAN, no él. Fue dirigente de la Canaco y Coparmex. Vamos, sin experiencia en el ámbito burocrático no ha techo un mal papel en el municipio conurbado con la capital; aunque uno de sus mayores problemas de gobernabilidad ha sido la seguridad pública, en donde la dinámica de crecimiento del empresario inmobiliario, ha sido uno de los grandes problemas. Tiene cuentas pendientes que cumplir con quien fuera presidente municipal, Antonio Zapata, a quien le ha perdonado todo, a pesar de dar a conocer en más de alguna ocasión los abusos que se cometieron en la administración de su antecesor; seguramente algo ha de temer Mauricio, con aquello de que Zapata también lo puede castigar con sus cuentas públicas. A Kuri no se le conocen malos manejos en la administración, pero su inexperiencia y facilidad con la que llegó a la presidencia, seguramente le hacen pensar que puede ser lo mismo en la candidatura al Senado y un posible triunfo para lograr la candidatura; total, sabe que no requiere saber hacer nada para el desempeño de la función legislativa.

 Hasta ahora son cuatro los aspirantes panistas que pretenden las candidaturas; no olvidemos que dos de ellos pueden ser fórmula. Si por experiencia se tratara, seguramente la conclusión de quiénes conformarían la mancuerna sería simple; Armando Rivera Castillejos y Guadalupe Murguía Gutiérrez, encabezarían la fórmula del PAN, fórmula que sería difícil de vencer en la contienda electoral que está a punto de comenzar. Mauricio Kuri, debiera, tal vez, buscar la reelección y Marcos Aguilar Vega, esperar cuentas de sus malos manejos en la actual administración municipal. Pero este análisis, a pesar de ser riguroso, no se sujeta a la voluntad de las dirigencias o de quienes toman las decisiones; no, más bien se sujetan muchas de las veces a los caprichos de las dirigencias de los partidos políticos. Veremos que sucede en unos días. Claro que hay otros tiradores al senado; sin embargo, en orden a la importancia de los pretendientes, nos hemos referido a quienes puntean en las aspiraciones.

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