En la madrugada de este lunes, la avenida Plan de San Luis, al norponiente de Querétaro, fue el escenario de una riña campal que dejó más preguntas que respuestas. Según los vecinos, las pandillas de 10 de Abril y Eduardo Loarca se dieron con todo: golpes, gritos y hasta presuntas detonaciones de arma de fuego. ¡Todo un espectáculo de violencia gratuito para los trasnochadores!
¿El saldo? Varias personas lesionadas, al menos de acuerdo con lo que se murmuraba en las esquinas. Pero cuando las autoridades llegaron, minutos tarde (o horas, según el humor del narrador), no encontraron ni a los golpeados, ni a los agresores. Como si los pandilleros tuvieran un curso avanzado en magia: “desaparezco antes de que llegue la patrulla”.
El guion es siempre el mismo: las pandillas convierten la avenida en su ring, las balas suenan más que un mariachi en fiesta patronal, los vecinos graban desde sus ventanas para inmortalizar el caos, y la patrulla aparece cuando ya todos están disfrutando de un cafecito en casa.
Este no es un caso aislado. Las mismas pandillas llevan años calentando los ánimos y las balas en el barrio. Tan solo el año pasado hubo tres enfrentamientos similares, todos con el mismo sello distintivo: violencia, armas y una respuesta oficial que parece venir desde Marte.
Los vecinos, ya expertos en crónicas de batalla, lanzaron un mensaje contundente: “O las autoridades hacen algo, o mejor que nos den chalecos antibalas y una credencial de prensa para documentar todo”. Mientras tanto, la zona sigue siendo el escenario perfecto para una serie de acción que, lamentablemente, nadie pidió.
