La Diócesis de Querétaro ha destacado que el incumplimiento de las normas de traslado, uso y almacenamiento de pirotecnia en los municipios se debe, en gran medida, a la burocracia en el papeleo.
Martín Lara Becerril, Monseñor y representante de la Diócesis de Querétaro, reconoció que a pesar de recibir cursos de capacitación periódicos por parte de autoridades federales, estatales y municipales, los organizadores de las fiestas patronales son los principales responsables de este incumplimiento.
“Existen legislaciones federales para armas de fuego, explosivos y uso de pirotecnia, así como disposiciones en los municipios. Cuando impartimos cursos, hay personal de ellos, incluso de la zona militar”, afirmó el monseñor Lara Becerril.
Sin embargo, en ocasiones, debido a los trámites largos y engorrosos, algunos organizadores tratan de ahorrarse tiempo incumpliendo la normatividad establecida. “A veces los usuarios, por mera tradición, dicen que no pasa nada y lo hacen a título personal. Consideran crear nuevas leyes no tiene sentido, ya que es más económico en términos de tiempo ahorrarse el papeleo con la Sedena (Secretaría de la Defensa Nacional)”, agregó el Monseñor.
El representante de la iglesia católica en Querétaro dijo que regular el uso de la pirotecnia no es mediante leyes o nuevos reglamentos, sino que es necesario trabajar en la suficiente educación de las personas, independientemente de las sanciones legales anunciadas. “En el tema del uso de la pirotecnia, las personas que la utilicen deben estar educadas, tener un conocimiento amplio y cumplir con la ley asumiendo su responsabilidad”, destacada.
Lara Becerril señaló qué la iglesia no es la única institución que hace uso de cohetes, ejemplificó con actividades realizadas por gobiernos y particulares en diversos eventos.
“Prohibir la pirotecnia no es el camino adecuado, de la misma manera que no eliminaríamos los automóviles para evitar accidentes de tránsito o desapareceríamos los aviones para prevenir accidentes aéreos. El camino correcto es la educación”, concluyó el Monseñor Martín Lara Becerril.
