Esteban Beltrán cierra ciclos, vendiendo más de 1200 juguetes antiguos.
Hace 40 años Don Esteban Beltrán empezó a dedicarse a la compra y venta de antigüedades, en la que destacaban las piezas de distintos metales, entre planchas, llaves y candados, ganándose el sobrenombre de Esteban “Fierro” quien a su vez empezó su gusto por los juguetes antiguos, adquiriendo más de 1200 piezas a su colección personal.
“Para algunos la basura de otros, será el tesoro de muchos. El juguete mexicano es muy atesorado, como el juguete japonés”.
Sin saber en qué momento comenzó su colección, recorrió varios tianguis, mercados, otras casas de colección y puntos de venta en distintas puntos de la República Mexicana, donde encontraba las piezas únicas, generándoles un cariño particular a cada una de ellas y anexándola a su colección personal.
“No lo sé a ciencia cierta, empezó inconscientemente, yo de Niño no tuve juguetes, la infancia era otra, era difícil. Quizá en el inconsciente empiezas a atesorar las piezas, el juguete es mágico”.
Después de 40 años de coleccionar juguetes, ha decidido poner a la venta cada uno de ellos. Con un nudo en la garganta y sentimientos encontrados, don Esteban ha decidido cerrar ciclos personales, poniendo a la venta y compartiendo la magia de cada una de sus piezas a nuevos coleccionistas.
“Es mucho más difícil encontrarlas, por sus costos y su cuidado, el tema aquí no es el covid, no es monetario, simplemente en la vida se cumplen ciclos para que otras gentes los disfruten.”
La colección personal del señor Esteban Beltrán es conocida como “el Museo Casa del Juguete Antiguo”, cuya colección se exhibe en venta en la calle de Venustiano Carranza no. 30 en el barrio de La Santa Cruz.
“Hay piezas que les he llorado, hasta con notas (de dedicatoria). Te das cuenta que van con otros coleccionistas, que quedan en buenas manos, que lo aprecian tanto o hasta más que yo, se reconforta tu corazón al saber que están apreciando lo que les están dando”
Don Esteban y su esposa Paulina se encargan de la atención del negocio, donde las ventas se han visto afectadas por la pandemia del Covid-19, buscando nuevas opciones de venta a través de plataformas digitales. Parte de sus juguetes comienzan una nueva historia, enterándose en algunos casos de sus compradores y destinos.
“Una muñeca de Sololoy de los años 50 entera, muy preciosa, de las primeras que yo vendía y si me dolió, en realidad todos, pero hay que dar paso a nuevas cosas, se comienza una nueva etapa, vives otros ciclos, otras cosas”.
Aseguró que no dejará la profesión de vendedor de antigüedades, así como el generar una nueva colección, más precisa y selecta.
“no creo dejar de vender, de coleccionar, me vuelvo más selectivo, las más cuidadas. Para mi vale más un juguete jugado que un juguete guardado, porque trae una historia distinta”. Concluyó