TRAS LA VERDAD
La entrega de constancias de mayoría no termina con el proceso electoral, restan por desahogar los juicios sobre impugnaciones, acompañadas por campañas de desprestigio de los perdedores.
Si bien en el Estado de Coahuila se llevó a cabo el cómputo estatal sobre la elección a gobernador y se entregó la constancia de mayoría al priista Miguel Ángel Riquelme, no significa que el proceso electoral haya quedado agotado. No, ahora siguen las impugnaciones reales o ficticias, pero que, las autoridades judiciales en material electoral, tanto local como federal, deberán de avocarse a resolver esas impugnaciones. El caso Nayarit está resuelto, sin impugnaciones.
Entre tanto, la polarización la agudizan los dirigentes de los partidos que acusan de “complo” en su contra, de elección de estado y un sinfín de irregularidades que deberán acreditar ante las autoridades jurisdiccionales; y si los inconformes también pierden los juicios, acusarán de contubernio a quienes haya participado. La campaña de desprestigio ante la derrota no tiene límites.
Ricardo Anaya Cortés, dirigente nacional del PAN, pretendió dar madruguete el mismo día de la elección, erigiéndose como ganador de tres de cuatro elecciones; como dijera López Obrador, intentó el “descontón” publicitario. Horas después de concluidas las elecciones, resulta que no ganó las que dijo alegremente había ganado; no, apenas si logró, con el PRD, el triunfo en Nayarit; el resto de las elecciones no las ganó. Pero sembró en el ánimo del electorado y simpatizantes a nivel nacional, la impresión del triunfo; triunfos que les fueron arrebatados por medio de estratagemas urdidas desde el poder central, desde los “corruptos gobiernos”, dicen sus campañas de desprestigio. Es aquí en donde entra la “otra campaña” la del desprestigio a pesar de no tener la razón, hasta en tanto no lo demuestren; y si pierden los juicios, en los simpatizantes y seguidores quedó sembrada la semilla del “fraude electoral”, la semilla del odio.
Otros más implementan campañas “leguleyas” a cargo de aprendices de derecho electoral. Cuales cátedras doctorales pueden ser vistas y oídas en las redes sociales, en las que pretenden explicar las irregularidades de que fueron objeto por parte del “estado”. Tal es el caso de la elección en el Estado de México, que en cinco minutos resumen las supuestas irregularidades, las cuales combatirán en los tribunales electorales.
Uno de esos “doctores en explicología” comenta que en el Estado de México no hay cómputo estatal a diferencia de otros estados. “Semejante barbarismo jurídico electoral”. Claro que hay cómputo estatal. A contrario sensu a lo que sucede en otras legislaciones locales, en el Estado de México, prefirieron los legisladores locales, esperar a que se desahoguen los juicios que se interponen y hasta el mes de agosto, a más tardar, emiten el cómputo de los 45 distritos, que se trata de la suma de votos de todos distritos electorales locales, la sumatoria que da o niega el triunfo.
El “leguleyo” que explica su estrategia dice que hay cinco distritos verdaderamente irregulares; y así hace una mezcla de argumentos que convencen a los ignorantes del derecho –que somos la mayoría- electoral. Por supuesto que la polarización de opiniones la agudizan no solo a través de las descalificaciones, también por medio de epítetos, adjetivos descalificativos y generación de más odio entre los “bandos” de seguidores o simpatizantes de los partidos políticos.
Conclusión. Ricardo Anaya no ganó las elecciones que dijo habían obtenido en las urnas. Ni Delfina Gómez, obtuvo el triunfo en el Estado de México que anticipadamente aseguró tenía en la bolsa. Las corrientes de opinión, sea verdad o mentira, no cesarán y todo por la falta de espíritu democrático de los participantes que acostumbran a no respetar las reglas del juego que ellos mismos crean; esos que solo son demócratas cuando ganan la elección, de lo contrario se duelen de “fraude electoral”. Así es nuestra clase política: doliente y fraudulenta.
Al final del camino electoral no les queda más remedio que esperar a que resuelvan los juicios de inconformidad las autoridades jurisdiccionales. Mientras tanto, cada vez se aproximan más los tiempos de los procesos electorales del 2018, que iniciarán en septiembre próximo, a menos de tres meses. En Querétaro se renovarán los 18 ayuntamientos y la LVIII Legislatura local; más 5 diputaciones federales, 3 senadurías, más la de representación proporcional y la Presidencia de la República; por eso la imperiosa necesidad de los “demócratas” de arreciar las campañas de odio, desacreditando al enemigo político.