“Ciudades y comunidades rurales verdes”: Jesús Roldán Acosta

“Frecuencias”.

En la actualidad si se desea que la población cuente con una mejor calidad de vida, tanto autoridades, como los representantes de la sociedad civil organizada deberán considerar muy seriamente asuntos relacionados con la relocalización de la economía.

En este sentido, ya se cuentan con casos experimentados y exitosos en diversas latitudes geográficas del mundo. Ejemplos son variados, como el de Ithaca, en el estado de Nueva York (EUA); en Bristol (Inglaterra), así como en diferentes comunidades de América del Sur: Iquitos, Cuzco, entre otros.

Donde interactúan los mercados locales con elevada calidad y con alto contenido de nutrientes orgánicos en la mayor cantidad de productos alimenticios que siembran y cosechan en esas regiones, evitando a los hambrientos y especuladores intermediarios que incrementan los costos en detrimento del ciclo de la economía.

Los productos agrícolas (hortalizas, frutas y verduras) se ofertan a precios bajos y son accesibles para la gente consumidora.

Así, encontramos que en Ithaca (Nueva York), una población conformada por poco más de 30 mil habitantes, cerca de 8, 500 le dedica su valioso tiempo –además de que son otras sus principales fuentes de ingresos- a las granjas de hortalizas, verduras y frutas libres de pesticidas (químicos) y los venden a precios competitivos, con bajos costos. La dedicación voluntaria es con la finalidad de que exista una efectiva colaboración colectiva, sin gravar el bolsillo de la comunidad.

En los supermercados, el margen de ganancia es menor, la finalidad es que existan beneficios para todos los involucrados.

Otro caso concreto, lo ubicamos en la Ciudad de Bristol (Inglaterra), considerada orgullosamente como “Ciudad Verde”, donde se fomenta el uso del transporte público, con menores índices del uso de los vehículos automotores particulares.

Ahí, también existen mercados orgánicos a precios reducidos. El alcalde de esa Ciudad ha estado impulsando con gran ahínco y éxito colectivo ese tipo de actividades comunitarias.

Esos dos pequeños, pero valiosos ejemplos, muestran que es factible propiciar un mejor futuro habitable para la gente.

La “Ciudad Verde” y las comunidades rurales de ese tipo se enfocan a bajar los niveles de dióxido de carbono, que agiliza el calentamiento global, además de que fomenta el aumento sustancial de la economía solidaria.

El reciclaje amigable con la naturaleza forma parte de las acciones que a diario realizan en la “Ciudad Verde” de Bristol; las políticas públicas de esa parte del mundo apuntan a la idea de que sí es posible ese tipo de acciones positivas que cambian los paradigmas de una mejor calidad de vida para sus habitantes.

La transición a ese modelo de vida es –en verdad óptima-; se está diseminando de manera casi silenciosa, específica y regional, en la que participan de forma voluntaria cientos y o miles de personas, para asegurarle a las comunidades el bienestar.

En síntesis, el Bien hacer va de la mano con el Ser, y en defensa del medio ambiente. Donde los colectivos agrícolas sí promueven los productos del campo, limpios y amigables con la naturaleza, simbiosis perfecta y balanceada.

De ello, también se reflejan tanto en las pequeñas comunidades latinoamericanas, como las de Ecuador; hay que planear e instrumentar eficientes acciones prácticas, que alienten una mejor calidad de “vida verde”.

Claro que para ello también se debe contar con un claro ordenamiento territorial, preservando las vocaciones de las actividades económicas (artesanales, tradiciones y de consumo, así como de las costumbres propias de los diversos enclaves geográficos), sin imponerles lo ajeno, y que se identifiquen claramente los espacios urbano-rurales. Donde el autoconsumo incida también en la inhibición de la gran movilidad del transporte particular, fortaleciendo el transporte público.

En el caso particular de nuestra entidad, Querétaro, si bien se conoce que en tercer trimestre del 2014 alcanzó un crecimiento económico del 6.4%, se necesita aumentar las mejores condiciones de vida, de manera sostenida y para todos, que se reduzca el mercado de la informalidad y por supuesto, se requiere la mejoría de los ingresos.

Sabemos que la dinámica productiva en Querétaro fomentadas en las administraciones gubernamentales de Francisco Garrido Patrón y de José Calzada Rovirosa, enfocada a las industrias aeroespaciales y del sector automotriz, ha rendido su fruto en la generación de miles de empleos; sin embargo, tenemos la otra cara de la moneda. La de aquellos, que en su mayoría y en gran medida perciben salarios mensuales muy bajos.

Ante ello, se tiene una oportunidad, que como complemento y para disuadir el éxodo de la población rural a las ciudades queretanas, requiriéndose en consecuencia la permanente articulación de esfuerzos productivos que animen al arraigo de la población en sus propias comunidades; los sectores educativos y empresariales regionales y locales tienen ahí una gran oportunidad para contribuir con su importante grano de arena.
Correo electrónico: jroldanacosta@hotmail.com Twitter:@Jroldana

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