Alejandro Guillen
Lo gobernadores quieren ponerle la agenda al presidente Andrés Manuel López Obrador, y el escenario para llegar a un acuerdo, a la conciliación o a la confrontación será en San Luis Potosí el próximo miércoles.
Al advertir que es insostenible la falta de recursos para enfrentar la epidemia de Covid-19, los mandatarios adelantaron los cuatro puntos que prevén presentar ante el presidente Andrés Manuel López Obrador en la próxima reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), a celebrarse en San Luis Potosí.
Se presiona en los medios con la agenda que quieren los gobernadores.
El miércoles 19 de agosto, los mandatarios insistirán en revisar el pacto fiscal, fortalecer el sistema de salud en cada entidad, privilegiar las energías verdes y acordar las mejores medidas de reactivación económica del país.
La agrupación reconoció que México vive el momento más grave de la doble crisis sanitaria y económica, y que se necesita coordinación y diálogo para salir adelante.
Es verdad que la epidemia ha provocado una caída del 10 por ciento del PIB, según los pronósticos más recientes, que sumará a 10 millones de nuevos pobres, y en consecuencia se perderán los avances en combate a la pobreza de la última década.
Pero también es verdad que los gobernadores presionan al Presidente, no porque estén preocupados por la salud y la economía de los mexicanos, sino porque quieren más recursos para las elecciones del 21.
Los mueve la ambición económica y electoral, y lo más seguros es que salgan de San Luis Potosí con las manos vacías, y un gran coraje.
Y algunos como el de Tamaulipas, Querétaro y Michoacán, desviar la atención del caso Lozoya que lo tienen encima como una lápida.
Poco duro el distractor del edil de Colón; Lozoya pone la agenda local en materia de corrupción.
El caso de Guillermo Gutiérrez Badillo, no es de distracción, es de un proceso penal, que necesariamente tendrá un efecto domino, hasta llegar a su jefe, o a quien lo mando por el dinero.
¡Obvio es que no se manda solo!