Me Lleva El Diablo 29 de diciembre
Diciembre fatal.
Estamos por cerrar el año más duro con una crisis sanitaria, económica y hasta sentimental.
Diciembre resulta un mes doloroso, intenso, duro, quizás el mayor dentro del amargo trazo de la enfermedad que fastidió el 2020.
La muerte ha estado rondando.
Siempre lo está, quizá, pero en este mes del año ha estado más cerca que nunca a mi familia, nos afectó, nos llegó al llevarse a María, una mujer ejemplar, en toda la extensión de la palabra.
Mis condolencias para Floyd, Bob, Lucy, Vic, y todos sus nietos y bisnietos.
Diciembre doloroso para el gremio, mi pésame a Joaquín Sanroman y a la Licenciada Aida Garfias Torres.
Diciembre fatal.
Este 2020 concluirá con un nuevo y significativo avance en el número de muertes en Querétaro.
La Secretaría de Salud reporta un importante exceso de mortalidad. Dentro del análisis presentado por la Vocería Organizacional sobre el comportamiento de COVID-19 en Querétaro, se mencionó que se inició el mes con 48.6 por ciento y luego pasamos a 50.5 por ciento.
Diciembre ha sido el peor mes en cuanto a lamentables fallecimientos en la entidad, con un total de 389 con corte al sábado 26 de diciembre, lo que representa un promedio diario de 15.1 personas fallecidas, mientras que en noviembre era de 9.8; es decir, diciembre registró un incremento de 50.1 por ciento con relación al mes anterior.
Los contagios crecieron en un entorno de agotamiento social, médico y político; con las angustias económicas que aprisionan en la temporada que más se vende, se gasta y se consume.
El freno del escenario C no fue suficiente y la evaluación que tienen que hacer en Palacio de Gobierno, las autoridades de salud, los jerarcas de la administración estatal, es poner sobre la mesa la cuesta de enero.
Lo que se incubó en diciembre, reventará en el arranque de 2021.
La que se refiere a la crisis económica familiar y social y a la durísima resaca de la pandemia.
Las aglomeraciones callejeras, las reuniones que no pudieron evitarse, las celebraciones consumadas, ¡los retornos vacacionales de los centros turísticos; el repunte de contagios en los lugares visitados y en los puntos de retomo.
El contagio de los que llegan a los que se cuidaron, de los que no pudieron
parar a los que estaban encerrados.
Querétaro tiene el 60 por ciento de ocupación hospitalaria, y puede tener un enero estrujante. No hay lugar en los crematorios hasta tres días tiene que esperar los deudos para cremar a sus seres queridos.
Por si fuera poco, las vacunas son motivo de disputa cuando deberían ser inyecciones de esperanza.
Los piquetes son de propaganda o de fanatismo. Los cargamentos no han llegado todos, pero ya se acusa monopolio y estatismo.
Es necesaria la desinfección en el ambiente en esta dramática tercera ola: no será Año Nuevo sino el retorno al Viejo.
La paranoia revienta. Las peores lecciones del 20 van que vuelan para amanecer en el 21.
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Repito, ratifico y suscribo: Lo que se incubó en diciembre, reventará en el arranque de 2021.
Alejandro Guillén