De acuerdo a las proyecciones realizadas por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), los países del continente americano crecerán sólo un promedio de 0.5 por ciento en 2015, considerando que por subregiones México y Centroamérica presentarán un crecimiento de hasta el 2.8 por ciento, América del Sur del -0.4 por ciento y el Caribe de hasta el 1.7 por ciento.
De acuerdo a su análisis, México sólo podría llegar a alcanzar un producto interno brubo (PIB) del 2.4 por ciento, mientras países como Brasil o Venezuela llegarán incluso a números negativos.
Al presentar su más reciente informe anual, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) llamó a dinamizar el proceso de inversión para retomar el crecimiento y mejorar la productividad de las economías de la región.
De acuerdo a este informe, la desaceleración se debe principalmente al lento crecimiento de la economía mundial en el año, especialmente la desaceleración de China y otras economías emergentes,
También señala que el comercio mundial se mantendrá estancado y la tendencia es a la baja en cuanto a los precios de productos básicos; augura también que habrá una mayor volatilidad e incertidumbre en los mercados financieros internacionales.
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, aseveró que redinamizar el crecimiento en el corto y largo plazo requiere impulsar la inversión pública y privada en tiempos complejos.
Destacó que esto se puede realizar con reglas fiscales que protejan la inversión, recurriendo a asociaciones público-privadas y a nuevas fuentes de financiamiento, como los bancos de inversiones e infraestructura de los países y mecanismos alternativos como bonos verdes y préstamos triangulares.
En materia laboral, el estudio señala que el menor crecimiento tendrá un impacto negativo en el empleo. En promedio para 2015 se estima un aumento de la tasa de desempleo a cerca de 6, 5% de la población, desde el 6, 0% anotado el año pasado.
Bárcena recalcó que la capacidad de los países de la región para acelerar el crecimiento económico depende de los espacios que tengan para adoptar políticas contracíclicas que estimulen especialmente la inversión, lo que será clave en la disminución de los efectos de los choques externos y así evitar que las economías sufran consecuencias negativas en el mediano y largo plazo.