DEFINITIVAMENTE, AMLO NO ESTÁ BIEN DE LA CABEZA

TRAS LA VERDAD

 Mientras el Civd-19, causa estragos en todo el mudo y los jefes de Estado implementan medidas para contrarrestar la furia del coronavirus, entre ellas recomiendan y ordenan a la población que gobierna, “guarden cuarentena en sus hogares” para desaparecer de la vista del virus, López Obrador, en cambio, sigue desoyendo y actuando en contrario a todos, cual esquizofrénico que no alcanza a razonar con cordura, a pesar de las recomendaciones directas, personales y fuertes críticas de la OMS, en su contra que avergonzarían a cualquiera. El Presidente de México, se ha convertido en el hazmerreir de los mandatarios, por aquellos de combatir el virus con estampitas, disuadiendo al Covid-19 con un “fúchila, guácala, detente”. Por si no hubiese sido suficiente, sigue en sus giras públicas esparciendo el virus por doquier; López ya infectó –cómo no infectarlos con tanta maldad- a 2 gobernadores –eso dicen los que saben-, sí, al de Hidalgo, Omar Fayad y de Tabasco, Adán Augusto López, ambos dieron positivo al Covid-19. Cual desaforado volvió a hacer de las suyas López Obrador este fin de semana, visitó Mexicali, Baja California, donde fue vapuleado; también estuvo en Badiraguato, Sinaloa -tierra gobernada por el cartel del Chapo Guzmá- lugar en donde saludó de mano a la madre del Chapo; en este lugar el cínico dijo “hay que estar en nuestras casas”, cuando él se la pasa viajando y contaminando por doquier, advirtió que, había que hacer caso a las recomendaciones de los especialistas, aquello de la “sana distancia”. La semana anterior, de paseo por Yucatán. El Presidente hace lo contrario a lo que pregona, mientras el País se desmorona por sus irrazonables impertinencias.

Un poco de alivio cuando, por presiones externas, López Obrador, vacilante e impreciso ordenó en una de sus conferencias mañaneras, poner en práctica la segunda fase del coronavirus. Dejó de dar besos y abrazos a sus seguidores, pero no abandona los saludos de mano; si bien dejó de convocar a grandes concentraciones para la entrega de “dinero en mano”, continúa promocionando sus programas sociales. En sus viajes no lo han tratado con algodones, como está acostumbrado; no, lo increpan, lo asedian y López prefiere huir, sus guardias personales, vestidos de civiles –el antiguo Estado Mayor Presidencial, ahora sin uniformes-, le hacen valla y lo protegen de quienes lo hostigan. Mientras esto sucede, Human Rights Watch, ha asegurado que el comportamiento de López Obrador, “era sumamente peligroso que amenaza la salud de los mexicanos”; también reiteró el “desinterés temerario en brindar información veraz sobre la pandemia”. Lo que resulta cierto, no hace caso a las recomendaciones. La Institución calificó de “irresponsable” a López Obrador, por seguir besuqueando y apachurrando con abrazos, pese a las fuertes advertencias sanitarias para combatir al Covid-19. Casi de manera simultánea vendría la amenaza del gobierno de los EUA –solo así hace caso a Trump-, al advertir que cerraría la frontera con Canadá y con México. Bastó con cerrar el paso a los miles de centroamericanos asentados en  varias ciudades de los Estados del norte de nuestro país, para que el gobierno de la 4T, pusiera en práctica la segunda fase de la contingencia de la pandemia que crece en México. En la conferencia nocturna de ayer sábado, sin la presencia del Presidente paseador, Marcelo Ebrard, mostró un rostro demacrado y preocupado, al igual que el pelele de su homónimo López-Gatell, Subsecretario de Salud; estos no hayan dónde esconderse por tanta torpeza y necedades de su Jefe inmediato superior. Se hicieron acompañar de los “especialistas” en epidemias, contrariando la orden de la “sana distancia” ¿Para qué hacerlos ir en grupo a una conferencia de prensa? ¡Ah necios! Total, las amenazas surtieron algo de efecto, pero López paseos sigue desatado.

Como todos saben, el Presidente de la República se había burlado de todos, se enseñoreaba lanzando por la borda todas las recomendaciones de la cuarentena para evitar males mayores; seguía promoviendo fiestas y reuniones, besos y abrazos; criticaba a todos los gobernantes que ordenaron a millones de sus habitantes quedarse en casa. Frente las críticas y presiones externas –ignoró a las internas- terminó por acceder con tremenda lentitud, a tomar todas las prácticas que antes desechó y criticó. Apenas en la semana que terminó, el gobierno de la 4T, ordenó –sin medidas de presión- resguardarse en casa para amortiguar contagios masivos a fin de “aplanar la curva” del crecimiento exponencial del Covid-19, vamos, para disminuir los contagios. Manuel López parece no comprender el funcionamiento del razonamiento mental, aplicación práctica de la lógica. Entre más besos y abrazos –como lo proponía el Presidente-, más contagios; luego entonces, la lógica indica que, en ausencia de besos y abrazos ¡no hay transmisión del virus! ¿Tan difícil es comprender la lógica del razonamiento? Por la aberrante y profunda irresponsabilidad personal de López Obrador, se incrementaron los problemas que aquejan al sector salud, empezando por negarles los insumos, lo cual niega –como siempre-, en tanto que médicos y enfermeras de distintos hospitales lo han desmentido saliendo a la calle a protestar por la ausencia de insumos hospitalarios. La negación de la negación.

El Presidente de la República, ordenó abusivos y arbitrarios recortes presupuestales, con el abyecto propósito de seguir inyectando más dinero público a sus mega obsesiones de inviables e improductivos proyectos de obra, por esa razón no le cuadran los números, no alcanza el dinero. De tal suerte que, contrario a los incentivos puestos en marcha por gobiernos locales y extranjeros, Andrés Manuel, dirigente del desorden del gobierno de la 4T, hace lo contrario; anunció que no habrá condonación de impuestos, hay que pagar aunque no se trabaje, aunque cierren las empresas por el peligro de la pandemia; así que, ordenó emitir al SAT –donde ahora es titular Buenrostro, la causante de los desabastos en medicamentos y medicinas, antes responsable de las compras consolidadas- un documento para advertir –amenazar- a los contribuyentes, deben cumplir con sus declaraciones y pagos de impuestos; la pueril  y sinvergüenzada argumentación –que no lo es- del Presidente: necesita dinero para la compra de insumos, insumos que requieren los hospitales públicos para hacer frente a la pandemia del coronavirus.

Por supuesto, pregunta obligada para Andrés Manuel López Obrador ¿Dónde quedó el guardadito que admitió del Presidente de la República, qué hizo con los ahorros que tanto presumió? Para los empresarios y demás contribuyentes, regla distinta. Injustificada e inequitativamente pidió hacer el esfuerzo a los empresarios para el pago de salarios a sus trabajadores, aquellos que no irán a trabajar por aquello de la cuarentena y sana distancia. No cabe duda que el Andrés Manuel López aplica un gobierno de izquierda perezoso, mentiroso, incierto e ineficiente. Su rifa del avión que no era avión y que tantas horas de trabajo destinó a promocionar López Obrador, pasó al olvido, eso no lo olvida ni puede perdonar; por eso castiga al “sabio pueblo”, antes amado; López Obrador debió haber tomado y adoptado todas las medidas sanitarias oportunamente, debió demostrar y comportarse como hombre de Estado, preocupado por sus gobernados; pero no, prefirió desperdiciar el tiempo en la venta y promoción de boletos para una fraudulenta rifa, cuya finalidad de las ganancias -desde entonces promocionaba- serían -aseveró- destinadas para la compra de insumos hospitalarios. El Presidente presumió comprar el boleto 0000…

Más preguntas para el Presidente ¿Qué hizo con los 1,500 millones de pesos que le donaron los empresarios? ¿Qué hizo con los 2 mil millones de pesos que le entregó, en mano, el Fiscal General, Alejandro Gertz Manero? 3,500 millones de pesos no presupuestados ¿Dónde quedaron? Definitivamente los números no cuadran señor Presidente, ese dinero debe estar en algún lado ¿Sabrá Santiago Nieto Castillo el destino de ese flujo económico o la ESF? Andrés Manuel, sin lugar a dudas, tiene el dinero y no ha comprado insumos hospitalarios. Los necios hechos desmienten a López. Él quiere más dinero, no habrá perdón para los contribuyentes, es un pretexto lo de los insumos. En tanto que la mayoría de los evasores, comerciantes y empleados informales, quedan a salvo; muchos de ellos reciben “dinero en mano” de los programas “sociales” de Amlo. En síntesis, además de las oficiosas  mentiras del Presidente, se rehúsa a decir dónde está ese dinero perdido y a resguardarse, quedarse en “su oficina”, en Palacio Nacional, a cuidar a sus nietos y a su esposa. En contrario, ha preferido seguir con sus contagiosas e improductivas giras todos los fines de semana, seguir criticando a sus inexistentes e irreales pesadillas neoliberales, en lugar de gobernar con eficiencia, eficacia y responsabilidad. El caos institucional es herramienta eficaz de trabajo del gobierno lopista, la confusión es su método de gobierno. El Presidente solo piensa en recaudar para sus inútiles proyectos, por eso no le alcanza el presupuesto; no piensa en el beneficio y prosperidad solidaria de los mexicanos ¡La lógica no le cuadra a López Obrador!

 

Héctor Parra Rodríguez

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