Han transcurrido cerca de 8 años desde aquella detención de 3 mujeres de origen indígena, originarias de Santiago Mexquititlan, correspondiente al municipio de Amealco.
Parece que fue ayer cuando Jacinta Francisco Marcial, Teresa González Cornelio y Alberta Álcantara Juan, tres mujeres indígenas dedicadas al comercio, fueron acusadas de privar de su libertad a 3 elementos policiacos de la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI), motivo por el cual se procedió a su detención, purgando una condena cercana a los 3 años 8 meses de cárcel.
El proceso legal, fue largo y tardío, con una serie de inconsistencias, que interferían con que se llevara una defensa adecuada, pues en ningún momento se les leyeron sus derechos y mucho menos se les puso un traductor para su defensa, de tal forma que desconocían toda la legalidad en cuanto a sus derechos, situación que inclusive tuvo que llevar a la Corte Interamericana de los Derechos Humanos.
En fin, han trascurrido varios años desde aquel hecho tan lamentable que marco la vida de Teresa Alberta y Jacinta, y es hasta ahora que la Procuraduría General de la República (PGR) se digna a pedir públicamente una disculpa, misma que por cierto anunciaron con bombos y platillos, como si una disculpa borrara aquella pesadilla que tuvieron que vivir encerradas por tanto tiempo, apartadas de sus familiares y seres queridos.
Tras dicha disculpa pública, Teresa, recordó cómo es que tuvo que enfrentar su embarazo tras las rejas, motivó por el cual exhortó a quienes sean víctimas de injusticia a que no se queden callados, a que exijan sus derechos como ciudadanos, y evidencien la incompetencia de algunos servidores públicos.
“Que no se queden calladas, que luchen hasta que la autoridad y la sociedad las escuchen”.
” Volver a la sociedad no fue nada fácil”…“Señor procurador: espero que no sea la última ni la primera que reciba una disculpa pública porque hay muchas víctimas más que la esperan”.”, señaló. Alberta
Por su parte Jacinta señaló: “Yo estuve en la cárcel injustamente porque no sabía defenderme, ni sabía hablar -español-, es como cuando llevan un animalito que no sabe ni por dónde lo llevan. Me dicen que yo era secuestradora, yo pensaba, secuestradores son ellos porque me detuvieron indebidamente y no sabía ni adónde me llevaban”.