“Desvaríos, latrocinios e ineptitud del gobierno de la 4-T”. Jesús Roldán Acosta.

Muchas personas, como yo, formamos parte de “la generación del esfuerzo”, como diría en su momento Luis Donaldo Colosio Murrieta, además de haber sido testigos de las recurrentes penurias económicas, derivado de las pésimas administraciones de gobiernos sexenales que tomaron excesiva presencia durante los períodos de José López Portillo (1976-1982), hasta la presente administración de Andrés Manuel López Obrador(AMLO) en las que ha prevalecido el incremento de la inflación, pérdida de la relación cambiaria peso-dólar, que entre 1976-1982, llegó a costar poco más de 100 pesos por  cada divisa estadounidense, corrupción, nepotismo e impunidad generalizada y permitida por ese mandatario. Aspectos similares se presentaron e hicieron caldo de cultivo en posteriores gobiernos federales.
En la actualidad el gobierno de la “4-T” para nada “canta mal las rancheras”, eso que apenas llevan transcurridos menos de dos años de impericia, acompañado de los “desvaríos, latrocinios e ineptitud del gobierno actual”; para la mayoría de la población mexicana esto es una fatal pesadilla; no nos merecemos esta “desgobernanza”.
Fue también durante los pésimos manejos de las finanzas públicas en el sexenio de López Portillo que se acumularon múltiples empréstitos y créditos internacionales, lo cual trajo consigo el aumento de impagables deudas.
Le siguió Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988), considerado un presidente mediocre y “gris”, reactivo con lentitud en su desempeño, se hizo famoso por privatizar miles de empresas públicas de todo tipo.
Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) continuó con la descomunal privatización de empresas públicas, así como en añadirle muchos ceros a los billetes; también vivimos la creación del Fobaproa, para enfrentar -según Salinas de Gortari- posibles problemas financieros, mismos que tuvieron antecedentes, derivado de los malos manejos generados en el gobierno de José López Portillo.
Durante el gobierno de Salinas de Gortari 18 bancos fueron vendidos a la iniciativa privada, para ahorrarse los gastos de la administración pública.
El Fobaproa le compró a los bancos privados todos los créditos incobrables, incrementando así el fuerte costo fiscal del rescate bancario; los beneficiarios directos fueron para los accionistas o grandes deudores,en tanto se redujeron las pérdidas de la banca privada, que pudieron pagar sus créditos, pero los transfirieron en automático, para que el Fobaproa saliera al rescate financiero bancario.
Dicho “rescate” fue mucho más dañino para el país, de esa manera fraudulenta el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari propició el robo en despoblado de la gente, convirtiéndose en cómplice.
Por su parte, Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000) prosiguió en el afán privatizador, para beneficio directo de innumerables amistades cercanas.
La “cereza ” del pastel derivado de los estropicios también le correspondió a Vicente Fox Quesada (2000-2006), Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), Enrique Peña Nieto (2012-2018); y, actualmente con Andrés Manuel López Obrador, las cosas no son menores en relación con sus antecesores.
Con Fox Quesada se presentaron también innumerables acciones de corrupción que rayaron en el nepotismo y conflicto de interés, favoreciendo en gran medida a su círculo cercano de amistades, lo mismo le sucedió con los hijos de esposa Marta Sahagún.
Ya con Felipe Calderón Hinojosa nos encontramos que en el inicio de su lucha temeraria y cuasi personal contra la delincuencia
organizada, misma que dejó a miles de familias en la orfandad, al morir bajo esas acciones en ese despiadada masacre. Hubo muchos decesos del lado de los criminales,otros tantos más de parte de los elementos del ejército mexicano, de la Armada de México y la Marina, de la Policía Federal y de las policías estatales y municipales. Estos hechos detestables superan ampliamente a las guerras escenificadas en varias naciones.
De Enrique Peña Nieto ya hasta pena da mencionar los múltiples engaños y robos instrumentados bajo su anuencia y cobijo, mismos que durante su campaña López Obrador se comprometió en solucionar tan pronto asumiera su alta encomienda; hasta este día no ha metido a la cárcel a ninguno de los ex presidentes que él mismo se encargó de señalarles como artífices de la corrupción e impunidad; mucho menos les ha quitado ni logrado resarcir los fuertes daños patrimoniales ocasionados a la Nación mexicana.
!AMLO es mucho ruido y pocas nueces!
 
Crisis actual del Covid-19:
La presencia de las crisis -en muchas ocasiones- se ven acompañadas de factores externos al país, aunque se agravan por la inconsistencia y malas respuestas, más aún por inacciones de los gobernantes, que no las han sabido encarar; lo más irresponsable es que estos sean los creadores o causantes y, lo peor, son parte del mismo problema que afecta a la sociedad mexicana.
Lentitud del gobierno federal para enfrentar a la pandemia.
Esa ha sido la constante que está en la mente y palabras del grueso de la población de nuestro país, que ya tristes, frustrados y enfurecidos por la clara dejadez e ineptitud del presidente Andrés Manuel López Obrador y que desde un inicio no ha dado respuestas convincentes ni tampoco oportunas para saber enfrentar el problema epidémico y posterior brote pandémico del Covid-19; al no saber reaccionar oportunamente, tal y como lo hizo Corea del Sur, en su momento.
Por cierto, en este mismo orden de ideas, nos encontramos en medio del desdén de muchas personas que de manera desordenada y masiva generaron compras de pánico contribuyendo al rápido des abasto de muchos artículos relacionados con la higiene y sanitización ante el problema del Covid-19, dejando prácticamente vacías los estantes de las farmacias supermercados y tiendas departamentales de cubre bocas, guantes de hule látex, gel con alcohol, entre otros. Desde luego que lo anterior fue con la permisividad al extremo de la Profeco, secretarías de Economía y de Salud.
Otro hecho reciente se dio a conocer por medios electrónicos mexicanos que desenmascararon la turbia e insana compra a precios demasiados sobre facturados correspondientes a la compra masiva de varios miles de equipos relacionados para enfrentar el Covid-19, procedentes de China, como son: respiradores mecánicos, además de millares de cubre bocas, batas y demás artículos médicos.
Quien intervino directamente para esa transacción fue la actual subsecretaria para Asuntos Multilaterales de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Marta Delgado, persona de la mayor confianza del titular de esa dependencia federal, Marcelo Ebrard Casaubón.
¿Acaso no existe para este tipo de menesteres la Secretaría de Economías y la misma Secretaría de Hacienda y Crédito Público, ésta última y por mandato de “la personal Ley” de AMLO es la encargada de realizar las compras directas a través de su Oficialía Mayor.
Así se las gastan en este sexenio infumable y altamente desacreditado gobierno dictatorial de la”4-T”, en el que hacen y deshacen las normas y reglamentaciones internas de las dependencias federales, todo ello según la disposición y “contentillo” de quien dice y se ufana ser presidente de todos los mexicanos.
Son verdaderos sinverguenzas y desmesurados rateros que “trabajan” como funcionarios públicos; al pueblo mexicano no debe faltársele al respeto, lucrar con la salud humana no se juega.
Lo antes expuesto, aunado a que la economía mexicana concluyó el 2019 con estancamiento, un buen número de sectores se ubicaron en recesión y contracción,se ha juntado como efecto de bola de nieve, arrastrando a México hacia graves problemas económico-sociales.
Así encontramos que desde el inicio del presente año nuestro país, más ahora, el 90% de los sectores que se encuentran en recesión económica son: 1) Secundario (minería y construcción) entre ambos conforman el 18.5% del PIB; 2) Terciario: Comercio mayoristas, financiero y seguros corporativos, de esparcimiento, salud y servicios educativos; todos estos representan el 21.1% del PIB.
Por el lado de sectores en contracción tenemos: 1) Secundario (manufacturas) que representa el 20% del PIB; 2) Terciario (Transporte y Almacenamiento, Inmobiliario y Otros), en conjunto representan  el 20.4%. del PIB.
En suma, el 90% de los sectores con afectación en el dinamismo y con alto riesgo de pérdida de empleos y cierre de negocios que aunado al gran problema de “gobernanza” propició rápida incertidumbre del sector privado en su afán de invertir y del propio consumidor.
Tiempos difíciles y críticos están por llegar, no se aprecia orden ni variedad de opciones destinadas a reportar soluciones oportunas, eficaces y viables , mucho menos calidad de respuesta de parte del gobierno federal, el cual seguramente será rebasado por la creciente ineptitud e inexperiencia para enfrentar los asuntos económicos y de finanzas públicas,en su aberrante e imparable deseo de continuar con obras innecesarias, de altísimo costo, l peor que serán sólo de membrete como son: Tren Maya, Tren tran-istmico, Refinería Dos Bocas, Aeropuerto de Santa Lucía.
Dichos gastos públicos postergarán invariablemente las inversiones y reducirá a  lo ínfimo los recursos críticos para contener la pandemia y blindar la economía que de por sí ya maltrecha, debido al creciente número de cierre de empresas y despidos masivos de  personal, las cuáles han estado engrosando el ejército de la reserva laboral.
Las pequeñas y medianas empresas (Pymes) serán las que más difícilmente podrán mantenerse a flote, en el mejor de los casos para respirar con mucha dificultad, con tal de no despedir a la mayoría de su plantilla laboral.
Por el contrario, las grandes empresas están reestructurándose a pasos forzados, también se han enfrentado a severos problemas en la logística, en el abasto y su relación con la cadena de suministro.
Ejemplo, ya han reducido el ingreso mensual de sus trabajadores, al tiempo que otras también han despedido y reajustado a su fuerza de trabajo, de tal manera que otros menos perjudicados les están descontando parte de su ingreso, de esa forma seguirían trabajando. O bien, les reducirán sueldos y prestaciones en varias exhibiciones antes de que concluya este 2020; para mitigar o compensar los ingresos menguados de las empresas, por la nula o muy castigadas ventas, o de las deudas adquiridas  con anticipación de parte de los directivos, para la anticipación de compras y su relación comercial con múltiples proveedores.
O como se dice: “dan patada y mordida”, con tal de no salir del mercado.
!Sálvese quien pueda sería la consigna!
Lo anterior recrudece más el panorama económico para México, ya que según estimaciones difundidas este martes (14 de abril) de parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), se espera que para lo que resta de este año nuestra nación cargará con una contracción de su economía del -0.6%; todavía a finales del año pasado, el mismo FMI pronosticó que México tendría para el 2021 un decrecimiento económico del -0.3%; es decir, vamos caminando como el cangrejo, para atrás.
Los periodos históricos en cuanto al desempeño económico negativo de nuestro país han sido del orden siguiente: para 1982 (-0.7%); del -4.3% en 1983; -3.8% en 1986; del -6.3% en 1995; -0.4% en 2001; -5.1% en 2009; y, -0.1% en 2019.
@JROLDANA

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