Para ser un país desarrollado, el actual gobierno debería promover al sector educativo de manera óptima e integral.
Tenemos que contar con tres elementos fundamentales: 1) profundizar en la educación de alta calidad en todos los niveles, desde kínder hasta universitario, 2) creer en el Libre Comercio y fomentarlo, 3) fomentar la innovación tecnológica, social, es decir, pensar en grande y dejar de ser y actuar sumisamente.
En cuanto al tema del Libre comercio, en los últimos años, nuestro país se ha estancado como nación maquiladora, esto no debe ser el futuro para México.
Sólo observemos que el éxito de todas las naciones asiáticas, Estados unidos de América (EUA) y Europa se ha fincado en el desarrollo de la educación de alta calidad, en el libre comercio y en la innovación tecnológica.
Ejemplos hay muchos, destaca el de China, que en los últimos años 40 años y en muchos aspectos sobrepasó tecnológicamente a EUA.
En Corea del Sur y en China, ha sido gracias al trabajo constante basado en le educación de alta calidad, al libre y diversificado comercio y a la innovación tecnológica es lo que dio pauta para lograr el pleno desarrollo de esas naciones.
Gobernabilidad.
Para ello y como abono a lo anterior, habremos de pensar y actuar ante el gran desafío para México, a fin de tener gobernabilidad y lograr un verdadero estado integral del desarrollo.
En los últimos años hemos carecido de una real gobernabilidad. Actualmente se tiene legitimidad incuestionable, pero no debemos confundirla con gobernabilidad, son dos aspectos distintos; erróneamente se cree que con la legitimidad se puede hacer todo y de manera arbitraria y discrecional.
Para ubicarnos mejor, la legitimidad es un pilar que le otorga sustento a la gobernabilidad, pero para ello se necesitan tres pilares básicos: 1) generación de consensos, 2) crear un verdadero proyecto del desarrollo integral de nación, 3) profundizar en la identidad nacional.
Con legitimidad, generación de consensos, con el proyecto de interno y con la profundización de la identidad nacional se obtendrá la anhelada gobernabilidad integral. Con ésta se puede lograr transformar el sistema educativo a fondo, ahondar en el libre comercio e innovar tecnológicamente. De no ser así no se avanzará como nación.
Sólo de esa forma México saldrá de ser un eterno país en proceso de desarrollo a ser una nación desarrollada.
Las reflexiones anteriores son resultado del análisis personal efectuado en mis más de 30 años laborados en el Servicio Exterior de Carrera, así como de mis experiencias educativas como profesor por 30 años, enriquecidas por mis licenciaturas en Relaciones Internacionales, en Ciencias Políticas y Administración Pública (FCPyS, UNAM), de maestría en Ciencia Política por la Universidad de Pensilvania (Filadelfia, EUA), de los doctorados en Ciencia Política de la UNAM y en la Universidad de Columbia (Ciudad de Nueva York, EUA).
Lo cual se plasma en el por qué muchas naciones sí lograron avanzar y otras, como México no han podido hacerlo.
Lo medular es identificar a los Estados fallidos, y del porqué no funcionan sus instituciones políticas, sociales, jurídicas y culturales. No es gratuita la existencia de diversas formas de manifestaciones sociales, la esencia es porque fallan las instituciones. Al no dar respuesta oportuna y adecuada a los problemas, a las necesidades y a las demandas de la sociedad civil.
En razón de ello, es que no se ha podido avanzar, debido a las fallas institucionales y a la desvinculación y nula interacción directa con la sociedad civil. En México a esta última no se le escucha a profundidad.
Por otro lado, la educación mexicana transita en rumbo disperso y diferente con las industrias, además de que se encuentra tristemente desvinculadas; la oferta educativa no corresponde a la demanda efectiva de los sectores industriales y de los nuevos tipos de conocimientos prácticos.
Por ello, según el INEGI, en México hay 52% de jóvenes con título universitario en mano que se encuentran desempleados, ahora en la etapa del actual Covid-19
y más aún en el post Covid-19 probablemente esa cifra de jóvenes titulados desempleados aumentaría, con el cierre de tal cantidad empresas que no han podido posicionarse y habrán salido del mercado.
Adicionalmente, no existe correspondencia entre el mapa curricular que actualmente se ofrece y demandan los nuevos avances tecnológicos en el sector de la salud, social, político, tecnología y de la cultura. Debido entre otras razones, a que hay grupos de poder al interior de las propias instituciones educativas, universidades y en las estructuras político-gubernamentales a escala nacional y no se atreven o no les interesa modificar el mapa curricular que vayan acorde con la nueva realidad, se creen y manejan sus propios feudos.
Resultado de ello lo observaremos con niveles de jóvenes mexicanos altamente desesperanzados y que no cuentan con ningún tipo de seguridad multidimensional a nivel República Mexicana.
Estamos generando nuevas y mayores reservas de jóvenes desempleados, con grandes y desproporcionadas frustraciones entre la comunidad de egresados de las instituciones educativas de nuestro país; luego entonces, las instituciones mexicanas no están funcionando.