TRAS LA VERDAD
Los detractores siempre al acecho y manipulación de la verdad, sobre todo Amlo y sus seguidores. Ahora argumentan sin razón jurídica alguna –la política es su herramienta- que se pretende privatizar el agua. Afirmación falaz.
La iniciativa de Ley General de Aguas, en su artículo Primero, afirma los principios establecidos en los artículos 4 y 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Vamos, que el agua es y seguirá siendo propiedad de la nación.
Y el párrafo cuarto del artículo 4 dice: “Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El Estado garantizará este derecho y la ley definirá las bases, apoyos y modalidades para el acceso y uso equitativo y sustentable de los recursos hídricos, estableciendo la participación de la Federación, las entidades federativas y los municipios, así como la participación de la ciudadanía para la consecución de dichos fines”.
Por cuanto al artículo 27 la Nación conserva la propiedad del agua. Es un derecho humano el acceso al agua. ¿Entonces? Simple y llanamente un ardid más que es aprovechado por los “contras”. Opiniones van y vienen, desde los que se dicen expertos hasta los legos en materia de agua. Para unos cuantos se reduce a detalles el problema de la iniciativa; para otros es aberrante dado que se privatiza el vital líquido. Al final no se ponen de acuerdo esos “expertos”.
El asunto está vinculado con varias ramas en las que sí es necesaria la participación de, efectivamente, verdaderos expertos; desde el jurídico hasta el ambientalista. De aquellos que saben de cuencas, de trasvases, de presas, de perforaciones de pozos, de escurrimientos de aguas naturales, de lagos, de lluvias, de sequías, de extracciones de agua, de potabilización, de agua tratada, de economistas, etcétera.
¿Qué se privatiza el agua? ¡Falso! Hace muchos años que se permite la comercialización del agua. Ahí están las industrias refresqueras, o aquellas que por medio de un pequeño método de “purificación” la vende carísima, aquellos que tienen concesiones de pozos, los ganaderos, los ejidatarios, los pequeños propietarios; todos lucrando con el agua desde hace muchos años. Sin embargo, en su origen el agua es propiedad de la Nación, aunque se comercialice.
Los gobiernos tienen la obligación de dotar de agua potable a la población y cobran por llevar el agua hasta los domicilios particulares. Que empresas cobran el agua, como en Querétaro lo hace ICA por virtud del convenio que suscribió el gobierno de Francisco Garrido, debido a las obras realizadas por la empresa en el Infiernillo para traerla hasta nuestra ciudad; a medias es cierto; la empresa cobra el trasporte, pero no el agua y el gobierno cobra el líquido. De tal manera que la empresa recupera su inversión y por supuesto la ganancia que ello implica ¡Pero no hay privatización! Otro cuento chino de los detractores.