Con la entrada de una nueva administración a partir del primero de octubre las cosas cambiaron para muchos que apostaron a seguir viviendo en la impunidad y el desorden, quienes se pintaron de color rojo, pensando que seguirían llenando sus bolsillos de dinero, hoy con temor ven que los sueños que tejieron adueñándose de las calles se desbaratan.
Los líderes de comercio ambulante, famosos por convocar a marchas sin importar la afectación a terceros, conocidos por inundar las calles de ambulantes ignorando el daño que provocan al comercio formal que paga impuestos, hoy preocupados por el retiro de sus agremiados sin permiso, manifiestan su inconformidad por el gran negocio que en los últimos meses les dejó tan jugosas ganancias.
Sergio Razo dirigente de la Francisco Villa, Pablo González de la Felipe Carrillo, Rocio Alvarado de FECOPSE, llenos de una vida de lujos y comodidades, todo gracias a las cuotas y pagos que piden a los inscritos a su organización y a la omisión de la autoridad.
Por nadie es ignorado el abuso de González Loyola en el tianguis de la Alameda con los comerciantes, apoyado de un grupo de golpeadores, al que no pague cien pesos semanales, se le expulsa del tianguis, contando con trescientos agremiados su ganancia es de treinta mil semanal, al mes ciento veinte mil, sin contar multas por marcha que no asistan y comerciantes fuera del alameda.
De Sergio Razo y Rocío Alvarado es similar su manera de trabajo, trescientos pesos por credencial que acredite pertenecer a su unión, cien pesos semanales por tener el privilegio de representarlos y exigir a la autoridad se les permita invadir las calles sin importar el daño que provoque a su alrededor, el único fin de los dirigentes es seguir enriqueciéndose mientras la pasividad de la autoridad lo permita.
Los últimos meses de la administración pasada, la puerta de la abundancia les fue abierta a los dirigentes en vía pública afines o por conveniencia al proyecto de Loyola Vera, las calles les quedaban chicas para colocar ambulantes, carritos, foto credenciales oficiales fueron otorgadas a diestra y siniestra por la autoridad municipal con cobros de cinco y seis mil pesos por parte de los dirigentes.
Hoy, con un gobierno diferente a lo convenido, la mina de oro se cierra, la posibilidad de ver perdido lo soñado aterra a los dirigentes del comercio ambulante, ahora la estrategia es volverse víctima, marchas, amenazas, declaraciones en los medios electrónicos y escritos, son el arma para no perder lo que tan fácilmente ganan y los mantiene con gran comodidad, hoy los que apostaron a ganar con el desorden sin importar el daño que hacen al comercio formal buscan la manera de seguir ganando dinero de la única forma que lo saben hacer, a costillas de los que menos tienen.