TRAS LA VERDAD
Después de haberse roto el virreinal, rígido y protocolario informe presidencial debido a las agresiones y abruptos de legisladores federales, que pusieron en riesgo al entonces Presidente de la República Felipe Calderón Hinojosa, desde entonces decidieron no acudir al Congreso de la Unión, y solo envían por escrito el informe del estado general que guarda la administración pública.
Así empezaron los gobiernos panistas con los informes “ciudadanos”. Por supuesto con una amplia difusión en los medios electrónicos, ya sin las presiones de la “oposición” que interrumpían la lectura que del informe hacía el Presidente de la República y vehementemente insistían en interpelar al Presidente, sin que se concediera tal deseo, dado que no se permitía por la legislación. Los informes eran desde entonces acartonados, largos y tediosos como aquellos que rindió Luis Echeverría Álvarez, que duraban varias horas; eran verdaderos actos virreinales.
La oposición, dependen de quien gobierne, insistían en modificar el formato del informe para lograr la interlocución con el mismo Presidente de la República. Unos y otros no lo han querido conceder. Mutis y los legisladores se han tenido que conformar con la glosa del informe y, si acaso, que los Secretarios de Estado disipan sus permanentes dudas.
Ahora que el Presidente Enrique Peña Nieto, en su Cuarto Informe decide implementar un nuevo formato de interlocución exclusivamente con jóvenes mexicanos de excelencia, las críticas no se hicieron esperar. Pocos han opinado de manera positiva. Han criticado desde el uso de la corbata, el traje, los calcetines y banalidades; aunque han respetado a los jóvenes. Sin embargo algunos periodistas de inmediato se dieron a la tarea de investigarlos para saber bien a bien si no estuvieron “orquestadas las preguntas” y los jóvenes solo fueron una comparsa. Los “aristegazos” se quedaron con una palma en la cara, las ganas de exhibir a unos y a otro.
En cada nación los protocolos son distintos en los informes anuales; casi nadie practica el debate entre legisladores y su presidente, excepciones como las de España, bajo reglas rígidas de respeto. Toso es pues un monólogo.
Entre los jóvenes que fueron invitados a participar con el Presidente de la República, en razón al Cuarto Informe de Gobierno, estuvieron diez atletas olímpicos y paralímpicos de alto rendimiento. Cinco médicos cirujanos y enfermeros que trabajan en hospitales de distintos estados. Cinco estudiantes que son un ejemplo de excelencia académica y han obtenido un promedio superior al 9.6. Un total de 25 jóvenes que han llevado la representación de México a concursos internacionales en ámbitos como matemáticas, ingeniería, robótica, sistemas informáticos, energía, avances agropecuarios e inclusión social.
También estuvieron cuatro abogados destacados por sus contribuciones en materia de juicio de amparo, juicios orales y derechos humanos. Un especialista médico quirúrgico y una egresada de la licenciatura en enfermería que trabajan en el ISSSTE. Catorce creadores y artistas que son conocidos en todo el mundo por su destreza y disciplina en varias áreas.
Las características personales, laborales y académicas de los jóvenes inhibieron a todos aquellos acostumbrados a la crítica destructiva, han respetado a los participantes. De tal manera que sus baterías las enfocaron hacia el Presidente de la República, lo cual no es novedad por su permanente crítica negativa, peyorativa y destructiva, abusando de la libertad de expresión y de escribir, dado que, más de alguno incurre en violación a la normatividad ofendiendo a terceros con vituperios y ofensas. Pero ¡Ah bendita libertad de expresión!
Lo cierto que Enrique Peña Nieto inauguró una nueva era de interacción con los jóvenes, con la generación que es mayoría en el padrón electoral, esa mayoría que decidirá en las próximas elecciones, quiénes serán los próximos legisladores y el Presidente de la República. Fue un buen intento de acercamiento con los jóvenes. Lo interesante será saber qué tan satisfechos quedaron esos jóvenes que se convertirán en promotores de una buena o mala estrategia que implementó el más joven de todos los Presidentes de la República, Enrique Peña Nieto.
Y por lo que ve al Cuarto Informe de Gobierno, ahí está en manos de los legisladores federales, quien lo desee, lo podrá consultar en el portal del gobierno federal y de las Cámaras. Ahí está para su crítica razonable. Lo demás ya es historia.