Incrementa paso de familias de indocumentados por Querétaro

Familias de indocumentados enfrentan desafíos extremos en su camino a través de México para poder llegar a los Estados Unidos y mejorar su calidad de vida, a pesar de los riesgos que implica recorrer el largo trayecto.

En una entrevista exclusiva, una familia migrante originaria  de Honduras,  comparte su historia y las penurias que han tenido que enfrentar en su intento de llegar a la frontera.

Enfrentando desafíos desde el principio de su viaje, la familia relató las difíciles condiciones de vida en su país de origen, la falta de oportunidades y la violencia generalizada que los llevó a tomar la difícil decisión de dejarlo todo atrás.

Ismael de 24 años de edad, quién es acompañado en dicho trayecto por su pareja de 26 y su hija de tan solo un año 7 meses, señaló que partió de Honduras hace poco mas de 3 meses: “No queríamos irnos, pero no tuvimos  elección, por la economía y la pandemia tenianos nuestro negocio propio pero tuvimos que cerrar por la cuarentena y cuando abrimos subió todo de precio y más con la Presidenta que subió los productos de la canasta básica, la gente prefiere comprar en las grandes tiendas y no por poco”.

El largo y peligroso viaje hacia la frontera de Estados Unidos a través de México ha sido una prueba de resistencia y determinación para esta familia migrante. A lo largo de su travesía, se encontró con una serie de obstáculos, incluida la falta de lugares seguros para dormir y la escasez de alimentos. “Hubo noches en las que dormimos en refugios improvisados o al aire libre en parques o en vía pública por que albergues o centros de atención al migrante permanecen cerrados”.

Dicha familia ha tenido que experimentar en carne propia la inseguridad que se vive en México, han sido victimas de asalto, por fortuna las perdidas han sido únicamente materiales y no agresiones fisicas contra su pareja o niña.

“Hubo momentos en los que pensamos que no íbamos a sobrevivir. Estábamos a merced de personas que solo buscaban aprovecharse de nosotros, nos contratan y luego no nos pagan, ha tratado de levantarnos grupos delictivos, en otros estados, pero nos hemos escondido y librarla, aunque a otros si se los han llevado cuando nos asaltaron se llevaron nuestro dinero y docunentos de identidad”, dijo Israel con voz temblorosa.


La forma en la que que recorren el territorio varía de acuerdo a sus posibilidades económicas, es decir en ocasiones se desplazan pidiendo aventón, otras haciendo uso de autobuses, o bien dentro de las góndolas del tren.

“Te amarras a las escaleras del tren cuando no hay espacio a veces son hasta tres días y si unonno sabe cuando va a parar el tren se cansan y puedes caer, por eso tratamos de viajar en las góndolas que cargan maíz, cemento o alimentos, algunos llevan una plancha donde te puedes sentar sin correr peligros”.

Han transcurrido 3 meses desde que partieron de Honduras y no se tiene una fecha de llegada a los Estados Unidos, aunque confían poder concluir con su trayecto antes de termine el presente año”.

” Hay conocidos que se han tardado hasta un año en llegar a la frontera y una vez llegando no hay garantía por qué se corre el riesgo de ser deportados”.

La historia de esta familia migrante refleja la realidad de muchas otras familias que se enfrentan a desafíos similares en su búsqueda de un futuro mejor. A medida que el número de familias indocumentadas aumenta, las organizaciones locales y los defensores de los derechos humanos hacen un llamado a una mayor atención y apoyo para estas comunidades vulnerables.

El incremento en el número de migrantes no solo plantea desafíos humanitarios, sino también dilemas políticos y sociales para México y Estados Unidos. Los gobiernos de ambos países han sido presionados para encontrar soluciones a largo plazo y abordar las causas fundamentales de la migración.

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