TRAS LA VERDAD
Claro y fuerte lo ha dicho el presidente de los Estados unidos, la inseguridad pública que se vive con el gobierno de AMLO, a grado tal que gran parte del territorio mexicano es dominado por la delincuencia organizada.
No ha sido casual la llegada a México del director de la CIA, posteriormente dirían que fue el subdirector Davis S Cohen; luego vino la visita de la vicepresidenta Kamala Harris; para cerrar el círculo de las extrañas visitas, el arribo extraordinario del Secretario de Seguridad Nacional de los EUA, Alejandro Mayorkas. No puede ser casual.
Los nuevos diputados del PT hablaron ayer miércoles del tema. Que deben atender la inseguridad que se vive en el país, sin pasar por alto referirse a no permitir la militarización del país, contradiciendo al mismo AMLO, quien ha militarizado a México imponiendo funciones al personal del Ejército Mexicano y la Marina, funciones eminentemente de naturaleza civil.
Una vez redondeadas las visitas de “preocupación” en el ámbito de seguridad nacional, el presidente de la República propone que la Guardia Nacional, pase a formar parte de la Secretaría de la Defensa Nacional. En suma, formalizar la militarización de los cuerpos policiales.
Con la primera visita de la CIA, sin razón alguna el presidente, evidenció su preocupación al expresar que: “México no tiene nada que esconder” ¿Qué? Por el contrario, López Obrador esconde mucho, solo basta recordar su inaudita expresión al afirmar que le “delincuencia organizada se había portado bien el día de la jornada electoral”.
En lo que va del gobierno de AMLO, ha dejado huella de hechos contrarios a un buen gobernante. Rememoremos uno de ellos. Aquel acto que será recordado siempre cuando ordenó la liberación del hijo del Chapo Guzmán, sobre quien pesa orden de aprehensión. Flagrantemente adoptó la conducta de un delincuente más, al acudir en auxilio y darle protección presidencial a un delincuente que es requerido por la justicia norteamericana. Contrario a lo expresado por AMLO, al asegurar que “nada tiene que esconder”, el presidente esconde mucho, demasiado.
El crecimiento escandaloso del índice de la delincuencia que compete combatir al gobierno federal, es una preocupación de seguridad nacional de los estadounidenses, sobre todo porque esos grupos delincuenciales que protege el presidente de la República, no los combate su gobierno, se ha multiplicado, a grado tal que Joe Biden asegura que controlan gran parte del territorio nacional ¡Vaya preocupación! Y Morena gobernará todos los Estados colindantes con los EUA. Aumenta la preocupación.
Por eso el alto nivel de visitas de los funcionarios del gobierno estadounidense, todos relacionados con la materia de la seguridad nacional. Uno de los problemas nace y se agudiza con el “valemadrismo” presidencial al dejar pasar libremente a los centroamericanos para que crucen ilegalmente la frontera, se introduzcan a territorio mexicano, y se lancen, como nunca, a suelo norteamericano. De ahí la declaración del gobernador de Texas, al asegurar que ellos construirían su propio muro para evitar el paso ilegal de inmigrantes, entre ellos muchos delincuentes.
Problemas que abordaron los funcionarios norteamericanos y mexicanos, estuvieron los temas que comenté en Columnas anteriores y que AMLO rotundamente lo ha negado. Trataron y acordaron ayuda mutua en los asuntos relacionados con los problemas del narcotráfico, la delincuencia organizada, el tráfico de personas, así como el tráfico de armas. Son temas de seguridad nacional que preocupan al gobierno de Biden y despreocupan al gobierno de la 4T.
Morena obtuvo triunfos electorales en Estados en donde la delincuencia organizada tiene un amplio control territorial ¿Coincidencia? ¡Michoacán, Guerrero, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, entre otros! No es coincidencia. Esos grupos delincuenciales saben bien que cuentan con la protección y ayuda de Morena por medio del presidente de la República, por ello el presidente pretende uniformar la “seguridad pública” por medio de la Guardia Nacional y que sea el Ejército Mexicano, quien combata a quienes no ha podio eliminar durante más de 12 años. Ahora menos.
La política de defensa de los derechos humanos de los delincuentes, quienes “también son pueblo”, dijo López Obrador, es una muestra clara de la protección presidencial a esos grupos, a quienes la 4T combate que no abate por medio de abrazos. Es terrible observar que la delincuencia tiene mejores tácticas de combate que el Ejército, la Marina y las policías mexicanas, todo bajo el manto protector del presidente López. Aquellos son un enorme ejército con mejor armamento y el territorio se lo dividen, se pelean por controlarlo a la vista de las “fuerzas armadas de México”.
Un grave y serio problema sin atender ni resolver por el gobierno de la 4T. De ahí que Andrés Manuel López Obrador, siga manejando un discurso mediático eminentemente distractor que desvíe la atención hacia otros asuntos de menor o nula importancia.
Es el caso de subir a su agenda pública la sucesión presidencial, acto político-electoral que se dará hasta el 2024. O adelantar reformas constitucionales en temas torales, cuando sabe que no le alcanzan los números legislativos para ello. Qué decir del tema de los muertos por el accidente del Metro a casusa de los malos gobierno de la izquierda en la Ciudad de México. En este penoso y delicado asunto desvía la atención para liberar a sus aspirantes a la presidencia, Claudia Sheimbaum y Marcelo Ebrard, unidos hasta el cuello en el problema, presuntos responsables, coparticipes de la enorme tragedia que causó 26 muertos.
Bien que entretiene a todos como cirquero malabarista, mientras los delincuentes siguen haciendo de las suyas. Lo más lamentable, durante el mandato de AMLO las cosas no cambiarán en materia delincuencial. La seguridad pública depende de cada uno de los mexicanos, salvo excepciones en gobiernos de los Estados en donde no gobierna Morena.
Héctor Parra Rodríguez