Estudiantes de la Facultad de Medicina (FM) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) llevan a cabo una investigación para determinar si es posible la aplicación de pruebas genéticas como herramienta para mejorar el pronóstico de los pacientes que ya padecieron un infarto.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en México, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte. La mortalidad media de otros países es de 7.09 por ciento; sin embargo, en México alcanza una de las tasas más altas, con 27 por ciento. El 11.6 por ciento del total de las muertes que ocurren en Querétaro son por infarto agudo al miocardio; y un tercio de los pacientes muere en las primeras 24 horas después del inicio del dolor.
Al respecto, la universitaria Lic. Leslie Marisol Lugo Gavidia, estudiante de la Maestría en Ciencias en Biomedicina y lideresa del proyecto, detalló que dicho trabajo de investigación pretende ayudar a los pacientes que han sufrido un Síndrome Coronario Agudo (SCA), para comprender las diferentes variables implicadas en el pronóstico a largo plazo del paciente; el estudio consiste en analizar el papel de ciertas variables genéticas que intervienen en la agregación plaquetaria.
Esta investigación deriva del proyecto “Evaluación del efecto de los polimorfismos rs6809699, rs6785930 y rs2046934 en el receptor plaquetario P2Y12 sobre la dinámica de agregación en pacientes con enfermedad coronaria bajo tratamiento antiplaquetario”, que forma parte del Fondo de Proyectos Especiales de Rectoría (FOPER).
“La población muestra de la investigación está integrada por personas que ya padecieron un infarto y fueron tratados exitosamente; posterior a ello, los pacientes deben estar en tratamiento de antiagregación plaquetaria para reducir el riesgo de que vuelva a ocurrir; es fundamental conocer las variables implicadas en este fenómeno, por lo que buscamos entender el rol que juega el factor genético para que, en un futuro, se pueda realizar una evaluación más amplia donde se apliquen escalas de riesgo al paciente que incluyan estos factores, lo que permitirá individualizar el uso de los medicamentos”, enfatizó la investigadora.
De esta manera, los universitarios proponen el desarrollo de una escala que sirva para evaluar factores de riesgo, además de los ya usados en el campo de la medicina, tales como edad del paciente, procedencia (debido a la genética de diferentes poblaciones), sedentarismo, historia de infarto en la familia u otras enfermedades como hipertensión, obesidad, diabetes o problemas de colesterol.
“Nos apoyamos en evaluar el riesgo que tiene el paciente hacia el futuro y, con ello, definir una mejor estrategia terapéutica. Actualmente, no existe una escala que incluya la parte genética; otros países las estudian y desarrollan para ésta y muchas otras enfermedades”, enfatizó.
Además, en dicho proyecto participan los estudiantes de la Licenciatura en Medicina Eduardo López Corte y Eduardo Arcos Hernández; y los tutores Dr. Marco Antonio Alcocer Gamba y Dr. Juan Carlos Solís Sainz.