LUCHAN POR LA CONCENTRACIÓN DEL PODER

TRAS LA VERDAD

SENADOR AMENAZA CON DESAPARECER LOS PODERES.

¿Pretenden los legisladores de Morena romper el Pacto Federal que le da vida a la República Mexicana? Con la lluvia de reformas a leyes secundarias y al texto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pareciera que incitan a los gobiernos de los Estados, no solo a que se inconformen con algunas de ellas por abusivas y centralistas, retorciendo el significado de algunos de los preceptos. Si bien los legisladores federales y locales han hecho de la Constitución un “mamotreto”, al menos habían respetado la esencia del Pacto Federal. No podemos olvidar que los Estados son libres y soberanos, unidos en una República y que esta se constituye con los Estados, lo cual quiere decir que sin ellos la República no existe, mucho menos el gobierno federal, tampoco el Congreso de la Unión.

Ante las últimas y urgentes reformas que han venido haciendo los legisladores de Morena, los 12 gobernadores panistas se han inconformado; el gobernador electo del Estado de Jalisco, abiertamente se ha opuesto a estas últimas en donde la federación pretende con nuevas figuras administrativas restarles soberanía a los estados, lo cual no están dispuestos a ceder. Los priistas guardan silencio ante los atropellos y tibiamente alzan la voz, que no se oye ni se escucha. Las actitudes “gansteriles” de algunos legisladores rayan en la soberbia y la esquizofrenia, como la del senador por Morena, Felix Salgado Macedonio, quien amenazó a los gobernadores con desaparecer los poderes en caso de resistirse a los cambios, que el Senado tiene esa atribución. Ni el coordinador de la bancada ni el presidente del Senado han avalado semejante estupidez. Pero lo desequilibrado de las amenazas de Salgado inquietan, molestan, irritan no solo a los que tienen responsabilidades derivadas de una elección popular, ofenden al pueblo esas barbaridades, que amenazar con desaparecer los poderes en los Estados ¿O es sumamente ignorante este senador o los morenistas están dispuestos a todo con tal de centralizar el poder absoluto y hacer lo que les venga en gana? Las amenazas de tal magnitud encierran un enfermizo poder delincuencial, más si vienen de un senador. Aunque a este delincuente ya se le conoce por bravucón y belicoso en otros tiempos, cuando formaba parte de las filas del PRD. Muy del estilo de Gerardo Fernández Noroña, actual diputado federal, otro delincuente, experredista refugiado, como tanto en Morena, aunque se dice independiente, de tal suerte que fue severamente “regañado” por el presidente de la Mesa Directiva, Porfirio Muñoz Ledo, cuando aquel se dijo independiente y el Porfirio le dijo: “es usted un diputado sin partido”. Son “kamizakes” de la política.

Las reformas, con la creación de los “supradelegados” en los Estados, pretenden quitarles funciones administrativas y capacidad de operación política de gobernar a los titulares del Poder Ejecutivo en los estados. La nueva figura jurídica tendría atribuciones para manejar cientos de millones de pesos y programas sociales en los estados, operando como una especie de “vicegobernador”, pero sin el control del gobernador, dado que estarán bajo el mando directo del Presidente de la República, entiéndase Andrés Manuel López Obrador. La justificación, entre otras, que ya no habrá corrupción, que no habrá compadrazgos en la designación de obras y nombramientos de personal. Un empleado administrativo con el mismo poder político que un gobernador emanado del voto popular. Vaya incongruencia. Y tanto que criticaron el presidencialismo y excesivo centralismo de los priistas y panistas; ahora están peor. Estos, poco a poco fueron cediendo el excesivo poder que emanaba de las leyes y de facto, creando múltiples figuras independientes, con autonomía constitucional. Los morenistas también se fueron hasta la cocina con el poder, para controlar a los medios de comunicación oficial, tomarlos de la mano y decirles qué sí y qué no pueden difundir; los directores de esos medios se inconformaron y de inmediato se organizaron; los morenistas, por voz de Olga Sánchez Cordero, sin saber bien a bien qué contestar, dijo que no era el propósito controlar a esos medios de comunicación, que se debió a una equivocación, que lo arreglarían. La evidencia del exceso quedó plasmada en las reformas aprobadas, no fue equivocación, bien saben lo que hacen; si ven reacción en contra, tienen la opción de cambiar, de lo contrario se van de frente. Otra prueba más de la pretendida centralización del poder omnímodo sobre el que van muy de prisa.

Luego la militarización de la policía de seguridad pública. Los gobernadores también se molestaron y con justa razón. Los morenistas buscan que sea la federación la que controle la seguridad pública y no los estados y municipios como hasta ahora lo prevé la Constitución en diversos artículos, 21 y 115; la seguridad pública es responsabilidad y competencia legal de las tres esferas de gobierno. Todo porque, justifican, han sido un fracaso en materia de seguridad pública los municipios y los gobiernos de los estados (cierto), por ello pretenden quedarse con todo el control. Otra mediada por demás peligrosa; todas las fuerzas del orden público, civiles y militares bajo las órdenes del Presidente de la República ¡Estado totalitario y militarizado! El nuevo cuerpo policial militarizado, bajo la jerarquía del Ejército y éste, del Presidente. Otra de las grandes molestias del grupo de gobernadores. Y si a ello se le suma que también quieren el control del presupuesto, las autoridades de los estados pasarían a ser meras figuras decorativas, cuando que, entre ellos y la federación no hay autoridades intermedias, por aquello de los dineros públicos; los Estados, dice la Constitución, son libres y soberanos en todo lo que concierne a su régimen interior, artículo 40. La Ministra en retiro y senadora, próxima Secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero, al pretender justificar que la policía no sería militarizara se hizo “bolas” y no atinó a justificar que los cuerpos militares del ejército y la Marina, que realizan funciones de policías, no son militares, que no son policías, aunque están en el Ejército, pero no son militares, que ellos tienen otro “chip”; así de risible fue el razonamiento de la constitucionalista que nunca ha trabajado en otra cosa que no sea la de impartir justicia. Se está estrenando en la política y ha dado múltiples muestras de su novatez a pesar de su avanzada edad. La soberbia y la ignorancia ha salido a relucir, no la experiencia. Todo deriva directamente en la pretensión del centralismo de funciones y por lo tanto del exceso de poder en una sola persona. Todo lo justifican con los 30 millones de votos que obtuvieron en la pasada elección y olvidan que cerca de 60 millones de votos no estuvieron con ellos; así es la democracia, en las votaciones de la mayoría relativa y no mayoritaria absoluta, de eso no se quejan, ni por equivocación lo aluden. A pesar de ello, ni al nuevo gobierno, ni a los legisladores federales les autoriza a desmantelar el sistema democrático de la República, de la unión de Estados libres y soberanos en todo lo que a su régimen interior concierne. Seguramente esto rompería con el pacto federal, al menos jurídicamente; veremos la lluvia de juicios de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la nación y si la Corte está dispuesta a hacer valer el equilibrio entre los Poderes de la Unión, cuando alguno de ellos está pretendiendo excederse en sus funciones.

Los pronósticos legislativos son graves al paso que llevan las dos Cámaras. La afanosa búsqueda de la concentración del poder presidencial es excesiva y la disminución de atribuciones constitucionales a los Estados es de suyo peligroso. Sin embargo, debemos acotar que, ante la soberbia sobresale la ignorancia constitucional de algunos de ellos, como la de Felix Salgado Macedonio, cuando amenaza con suspender los Poderes en los Estados en caso de desobediencia a las reformas constitucionales, como parte de las atribuciones de la Cámara de Senadores, dijo el “so penco”. Debe precisarse al senador Salgado, que está tremendamente equivocado, no es atribución del Senado de la República, suspender los Poderes en ningún Estado que compone la República Mexicana, en ninguna de las XVI fracciones del artículo 76 de la Constitución, se otorga esa facultad; a mucho, declarar cuando hayan desaparecido todos los poderes constitucionales en una entidad federativa, para entonces, nombrar un titular provisional del poder ejecutivo y este convocará a elecciones. No faculta ni autoriza al Senado a desaparecer los Poderes públicos de un Estado; solo tienen la atribución de “declarar” la desaparición de los poderes, cuando estos hayan desaparecido. O no entiende o es mucha la ignorancia de este senador; sin embargo, la soberbia los ciega y dan muestra clara de lo que están dispuestos a realizar en caso de no subordinarse a sus caprichos. México y los mexicanos no aceptan ni toleran los poderes públicos autoritarios que siempre llevan al fracaso y a la ruina. Las advertencias se han hecho evidentes, la suerte está echada, veremos qué sucede entre la disputa por la concentración de poder o el respeto a la libertad y soberanía de los Estados en cuanto a su régimen político y jurídico interior, esperando no intenten romper el pacto Federal, eso sí sería desastroso para todos. La incertidumbre está presente y el nerviosismo político aún es más fuerte. Nadie ha “roto lanzas”, mas la lucha por el equilibrio de fuerzas se ha hecho evidente.

Héctor Parra Rodríguez

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