TRAS LA VERDAD
El proceso de evaluación de los maestros, instrumentado de acuerdo a la nueva legislación que rige el ingreso, permanencia, promociones e incrementos de salarios, por medio de las evaluaciones, no solo es tergiversado de voz en voz; es mayormente ignorada la ley por el sector de los beneficiarios. Otros más lo comunican de de mala fe para generar malestar en contra de las instituciones y con ello inestabilidad social.
La misma Secretaría de Educación, por medio de las “redes sociales”, emite mensajes referidos a todos aquellos que emiten mensajes falsos que pretenden confundir a los maestros, como aquel que dice que deben renunciar a sus plazas para participar en el proceso de evaluación. Lo cual por supuesto que es temerariamente falso. Y por ello muchos maestros se resisten a participar en el proceso evaluatorio.
La Secretaría de Educación, así como tiene tiempo para enviar mensajes por las redes sociales, debió implementar un verdadero programa de información para generar confianza en los docentes; un programa en el que, incluso, argumenten los artículos que garantizan la permanencia de los maestros en sus fuentes de empleos, a pesar de que reprueben; que tienen hasta tres oportunidades y si en todas ellas no acreditan las evacuaciones, aún así no son despedidos, serán reasignados a otras tareas conservando sus derechos laborales adquiridos con anterioridad.
Pero no, la Secretaría simple y llanamente se pone al mismo nivel y envía “mensajitos” por las redes sociales o bien, están con la esperanza de que se difunda lo que quieran y puedan transmitir los medios masivos de comunicación. Se necesita un verdadero programa de difusión que informe objetiva y verazmente; vamos, la misma sociedad mexicana toma partido en el asunto y se dividen opiniones en pro y en contra, la cual también carece de mayor información excepto por aquella que le dijeron lo que aquel dijo sin saber bien lo que dijo.
En el caso de esta Columna, hemos referido incluso los preceptos del cuerpo de las normas, como los artículos transitorios en los que se lee con claridad que los docentes con plaza no pierden derechos adquiridos. El objetivo fundamental que conlleva la nueva legislación es mejorar la educación en beneficio de los educandos, de nuestra niñez mexicana ¿Acaso desconocen que de 34 países incorporados a la OCDE, México es el peor evaluado, el más atrasado? Y al referirnos a México, hablamos de la niñez mexicana. Es tiempo de cambiar para mejorar.
Bueno hasta Gustavo Madero, de visita por Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, habló bien de las reformas y el proceso de evaluación, confirmando que no afectan los derechos laborales de los docentes, que están garantizados; pero hay personas que se empeñan en confundir a los profesores y generan miedo.
Por eso es indispensable que las autoridades en la materia implementen una campaña de sensibilización y orientación, para lograr el apoyo tanto de la sociedad mexicana como de la masa de maestros que saldrán beneficiados, con la salvedad de los grupos de vividores que no quieren perder el privilegio de manejar a su antojo los programas de educación y el presupuesto público. Estos son los reacios al cambio. Estos son los que deben dejar la docencia y dedicarse a otra cosa ¡Pero ya!
Por otro lado, es lamentable y vergonzoso observar a muchas y muchos de los maestros que deseando superarse acuden a las instalaciones para ser evaluados y los grupúsculos de opositores no solo les impiden ser evaluados, además los agreden, los ofenden, los rapan; mientras las autoridades inermes observan como lastiman a quienes sí quieren el cambio en lugar de permanecer en la ignorancia.