TRAS LA VERDAD
La sociedad queretana no quiere más partidos políticos, sin embargo es un derecho consagrado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que se hace valer por medio de la Ley General de Partidos Políticos, cumpliendo los requisitos que ahí se exigen.
Pasadas las elecciones del 2015, en el mes de enero de este año se abrió el periodo de registro para las asociaciones políticas, que deseen convertirse en partidos políticos, de acuerdo a lo establecido en el artículo 11, párrafo 1 de la Ley General de Partidos Políticos.
Acorde con este derecho fueron cinco asociaciones políticas las que levantaron la mano, a saber: Alianza Ciudadana de Querétaro, A. P. E.; Convergencia Querétaro; Humanistas Renovados por Querétaro, A. C.; Nueva Generación Azteca, A. C., A. P. N. y Querétaro Democrático y Ciudadano, A. C. una vez registrada la solicitud su primera obligación es dar cuenta de sus ingresos y egresos, siendo fiscalizados por el IEEQ.
La ciudadanía queretana ha dado muestra clara por medio del sufragio que no quiere más partidos políticos; así han dejado de existir en los últimos años partidos políticos como el “Ferrocarril” o Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, el Auténtico de la Revolución Mexicana, el Popular Socialista o el Demócrata Mexicano. Y en la última elección del 2015, cinco partidos pasaron a mejor vida, el voto ciudadano queretano no les dio su aprobación, no alcanzaron, al menos, el 3% de los sufragios efectivos. Acorde con la ley se perdieron el registro. En el caso particular todos los perdedores eran de registro nacional, pero con derecho a prerrogativas y a participar en las elecciones locales.
Los partidos políticos son una carga para el erario público, por ende se mantienen de los impuestos de los contribuyentes; reciben dinero federal y local, lo que se convierte en un jugoso negocio para unos cuantos, sin pasar por alto los beneficios de los cargos de elección popular.
En Querétaro, con recursos estatales, el PAN recibe 25 millones, 401 mil pesos; PRI 20 millones, 528 mil pesos; Morena 6 millones, 606 mil pesos; PVEM 6 millones 583 mil pesos y el PRD 5 millones 900 mil pesos. Poco más de 65 millones para actividades partidistas. Primer año fiscal en que vieron aumentadas las prerrogativas, pasando del 20 al 60%, gracias a las últimas reformas, por aquello de los acuerdos nacionales exigidos por la oposición.
Los partidos políticos se han vuelto pragmáticos, olvidaron sus doctrinas políticas, ya solo queda el recuerdo de la “izquierda y derecha”, creando el centro, hacia el cual todos se recorrieron y los partidos como el péndulo; y si a las alianzas electorales nos referimos, contratan la búsqueda del poder, repartición de cargos. Terminan por seleccionar candidatos de otros partidos que, al final reniegan de ellos, como lo fue en Oaxaca, Sinaloa o Guerrero; ahora en Veracruz y Quintana Roo. Pierden la personalidad puesto que no se sabe bien a bien quién gana con las alianzas electorales. Pero lo festinan.
Queda claro que la sociedad queretana no quiere más partidos políticos, quien los sanciona con su voto el día de la jornada electoral. Hoy día es muy sencillo lograr el registro. Basta con el 0.26% el padrón electoral de militantes y asambleas municipales en las 2/3 partes de los municipios. La conformación de sus documentos básicos y esperar al mes de julio del año previo a la elección. Eso es todo. Después a recibir dinero público.
Para colmo, algunos de los dirigentes de las asociaciones que buscan la constitución de su partido político, reconocen que la ciudadanía desconfía de los partidos políticos y aún así se atreven e inician la aventura. Claro, habría que reconocer el derecho que les concede la ley y eso es suficiente para intentarlo, aunque la ciudadanía desconfíe de ellos.