Cortesía de NCYT / Amazings (noticiasdelaciencia.com)
Un nuevo estudio sugiere que existe una relación entre unos niveles bajos de vitamina D y la depresión, al menos en mujeres jóvenes que por lo demás están sanas.
En la investigación, el equipo de David Kerr, de la Universidad Estatal de Oregón en Corvallis, Estados Unidos, encontró que las mujeres jóvenes que tenían niveles de vitamina D más bajos tenían una mayor probabilidad de mostrar síntomas de depresión clínicamente significativos a lo largo de un estudio de cinco semanas. Los resultados se mantuvieron incluso cuando los investigadores tuvieron en cuenta otras posibles explicaciones, como la época del año, el nivel de ejercicio y el tiempo pasado al aire libre.
De todos modos, tal como advierte el propio Kerr, la depresión tiene múltiples y poderosas causas, y si, como parece, la vitamina D forma parte del conjunto, es solo una pequeña parte del mismo. De todas formas, tal como él argumenta, dada la cantidad de personas que están afectadas por la depresión, cualquier hallazgo que pueda servir para combatirla mejor podría tener repercusiones importantes en la salud pública.
La vitamina D es un nutriente esencial para la salud de los huesos y la función muscular. Su escasez ha sido asociada con una función inmunitaria disminuida, algunas formas de cáncer y disfunciones cardiovasculares.
El cuerpo humano crea su propia vitamina D cuando la piel de la persona es expuesta a la luz solar. Cuando el sol es escaso, situación común en ciertos países durante el invierno, la gente de estos lugares puede tomar un suplemento de vitamina D, o procurar consumir, en cantidades suficientes, alimentos capaces de reabastecer de vitamina D al cuerpo.
El estudio de Kerr se centró en mujeres jóvenes residentes en el sector de América del Norte conocido como Pacífico Noroeste porque, según las estadísticas, tienen un mayor riesgo de padecer tanto depresión como insuficiencia de vitamina D.