MIGRACIÓN POLÍTICA INCIERTA

TRAS LA VERDAD

 Militantes van, militantes vienen de un partido político a otro al verse desilusionados o traicionados y no encontrar opciones de candidaturas; las molestias y migraciones son múltiples; unas se realizan en voz alta y conferencia de prensa, otras con sigilo.

 No se escapan los partidos grandes y medianos; en estos la migración está al orden del día, aunque no falta quien lo niegue o le reste importancia. Lo cierto que dirigentes y negociadores no deben dejar que el malestar siga creciendo y continúe la migración.

 Unos felices cuando el anuncio es el arribo de desertores, haciendo caso omiso y mutis de aquellos frustrados que están dejando las filas de su propio partido; estos se regocijan porque ya aseguraron su pase a la segunda ronda. Lo que no saben o no quieren enterarse, que su equipo continúa debilitándose y disimulan abriendo los brazos a todo peregrino sediento de encontrar un escaso líquido apenas si para pretender sobrevivir la travesía.

 Lo advertimos hace poco en esta Columna, que faltaba la distribución de las regidurías, tabla de salvación para vivir bien, en caso de obtener el triunfo, por 3 años; además de los beneficios que conlleva el ejercicio de los cargos de elección popular. Hay candidatos y candidatas que van “amarrando” por las dos vías de elección popular; en cualquiera de ellas, ganan. Militantes de abolengo no saben de dónde han salido aquellos que ya están en las listas, lo cual ahonda el malestar.

 La deserción se ha dado en los 18 municipios, no vaya usted a creer que solo acontece escasamente en alguno de ellos; no, la molestia es galopante y puede adquirir mayor velocidad. Urge entonces acción de “salvamento” con aquellas promesas que siempre se hacen: “No te preocupes, ganando te incorporas al equipo, ayúdanos”. “Por lo pronto súmate al equipo y pon tus estructuras al servicios del partido y del candidato”.

 Las encuestas no reflejan dato alguno de las migraciones, ni enterados están de su existencia. Nadie se ha escapado hasta ahora del mal de la migración, hasta el chiquillerío participa. Y la diferencia numérica de las encuestas, entre los dos grandes, es mínima que roza la línea del error del más menos 2 ó 3 puntos porcentuales. Las fugas pueden hacer la diferencia, dado que tras de ellas van amigos y familiares que operan en contra al verse traicionados, defraudados. Y es que, en algunas fórmulas han incorporado a quienes ni militancia partidista existe y en otras “puros cuates”. Pocos premios a la militancia.

 Los medios de comunicación han dado cuenta de los tránsfugas “importantes”, dejando a un lados a la mayoría que nada alcanzará, ahí está el grueso de los inconformes. Aun es tiempo de operar antes de que sea tarde y la soberbia los derrote fuera de la contienda constitucional. Hay experiencias que dejaron huella profunda de las heridas que no se borran. Mientras tanto la migración sigue siendo incierta y peligrosa.

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