Este martes un grupo de aproximadamente 100 personas -que se ostentaron como militantes de un partido político- llegaron a Plaza de Armas, acompañados de “dos marranitos”, amarrados de una pata y al sentirse lastimados soltaron el “chillido”, fueron embolsados y enviados en taxi –encajuelados- a casa ¡Así se dan las migraciones de partido!
Dos exdirigentes de partido, observaron la escena con interés y cómo no, si las personas venían de los Municipios de Pedro Escobedo y El Marqués. Lo cierto que, fingidas o no -las migraciones- como las han calificado algunos “actores políticos”, la desbandada de militantes continúan en las filas de los partidos políticos ¡Irrefutable! Ahora que, si no lo reconocen ni valoran, eso es cosa distinta a la realidad.
Tal vez apliquen aquella fórmula de Carlos Salinas de Gortari, cuando siendo Presidente de la República, acuñó la frase de: “Ni los veo ni los oigo”. Lo cierto que en los grupos más importantes las molestias son manifiestas; traducidas unas de ellas en compañía de “marranitos”, tal vez en alusión a…; otras en silencio; más disgustos e irritaciones afloraron con la develación de nombres de las fórmulas para ayuntamientos.
Los dirigentes de partido y responsables de la toma de decisiones, no deben olvidar que el electorado queretano dejó hace años de votar en “cascada”; ahora se distinguen por diferenciar su voto, dependiendo de la o el candidato, la mayoría de ellos sin colores partidistas. Los antecedentes más inmediatos dan prueba de ello. Un partido político no alcanza los “carros completos”, mucho menos con las “llantas ponchadas”.
Al comentar con algunos de los manifestantes y cuestionarlos sobre el por qué de la manifestación y las razones de su presencia con los “animalitos”, comentaron que estaban molestos por las designaciones de los candidatos y una alusión directa a lo “cochino” –según su dicho- a la integración de las fórmulas. Con molestia platicaron que todo aquello que sucede en Plaza de Armas, trasciende.
Se sabe de “negociadores” que se fueron comisionados para calmar ánimos de militantes en varios municipios para que no aumente el malestar en la militancia. Las fotografías que dan cuenta de los registros de candidatos en espera del Dictamen, distan de la realidad. Claro que no es ni será la primera vez que esto sucede y si lo dudan habría que preguntarle a Manuel González Valle, que fue traicionado por muchos de su equipo; o el mismo Armando Rivera; sin embargo todo parece indicar que en esta ocasión el malestar es mayor que en otras ocasiones.
Los responsables de sumar voluntades afines a los candidatos tendrán una labor titánica. Las campañas deberán ser versátiles, atractivas e innovadoras para cautivar a los indecisos. A los inconformes no les queda de otra que aguantarse o votar por opción distinta. Está el voto de castigo que pudiera hacer la diferencia entre ganar o perder. La división manifiesta, el trabajo apenas inicia y las campañas no empiezan ¡Nada para nadie!