TRAS LA VERDAD
El diputado federal Jorge Triana Tena, pidió prudencia y cautela a la iglesia católica y no participar en temas políticos, muchos menos en temas polémicos como las reformas estructurales y la educativa. Pidió no echarle más leña al fuego.
Resulta un tanto cuanto difícil de entender que un panista, siempre aliados de la iglesia católica, se haya manifestado tan puntual. El mismo legislador panista hizo referencia al estado laico que constitucionalmente tiene nuestro estado mexicano, clara separación la iglesia del estado. Ni las corrientes ideológicas de izquierda como Morena o PRD se han expresado de manera tan clara y precisa en estos temas tan delicados.
Por supuesto tampoco el PRI o el Verde Ecologista y ningún otro partido del chiquillerío han defendido el estado laico que caracteriza al estado mexicano. Hoy día innumerable número de sacerdotes tratan temas políticos en el púlpito de la iglesia, inducen a la feligresía para adoptar “partido” en asuntos políticos. Sin rubor alguno critican a políticos de todos los niveles, empezando por el propio Presidente de la República.
Ejemplo de ello fue la crítica que ha hecho la iglesia católica respecto de la iniciativa presidencial que permitiría el enlace matrimonial entre personas del mismo sexo. Los clérigos de sotana larga confunden los derechos humanos con “principios divinos”; esa mezcla ente política y religión la traducen en animadversión en contra del Presidente de la República.
En Querétaro no se han hecho esperar las mismas críticas por parte del obispo en este y otros temas. Los ministros de la iglesia católica están más preocupados por la vida política que por la “salvación de las almas”. Han olvidado aquel principio de Jesús, según las escrituras que reza: “A Dios lo que es de Dios. Y a Cesar lo que es de Cesar”. Principio inequívoco que divide las competencias entre iglesia y estado.
Los panistas se han caracterizado, desde los tiempos de los cristeros, por ser fervientes creyentes de la doctrina católica, defensores de la misma; incluso su principio doctrinario que dicen practicar y defender es el más popular: “El bien común”. Mismo que fuera secuestrado de la doctrina católica. De ahí sus grandes coincidencias. Por eso extraña que un panista haya tocado este delicado asunto y pida prudencia y cautela a la iglesia católica; por la juventud del legislador panista defeño hace supones que son nuevas generaciones de avanzada, progresistas y exigen el respeto a la ley antes que ser católicos. El ejemplo debiera incidir en todos los políticos y hacer la misma exigencia a los sacerdotes.
Otro tanto para los clérigos de la iglesia católica, respetar el marco constitucional y legal, abstenerse de participar en política. Total, si desean hacerlo es muy simple, pueden colgar los “hábitos” y dedicarse a otra cosa, más no mezclar ambas, llegan al abuso y quebrantan la ley. Se propasan en razón a utilizar el dominio del “control religioso” –se manejan por dogmas de fe- para influir en el ánimo y voluntad política en pro de unos y en contra de otros.
Bien por el diputado federal panista Jorge Triana Tena. Ejemplo que debiera permear en unos y otros y evitar que muchos de nuestros problemas se agudicen más; como lo dijera el diputado “no echarle más leña al fuego”. Seguramente los “docentes” de la iglesia no harán caso. Sin embargo es una buena exigencia para que la autoridad ponga orden en este asunto ¿Sería mucho pedir?