“Frecuencias”.
Esa es una pregunta que constantemente se hacen las personas que atentas se encuentran interesadas en la actual campaña electoral, donde está en juego la gubernatura del Estado de Querétaro, 4 diputaciones federales, 25 diputaciones locales, 18 presidencias municipales y las correspondientes regidurías.
Surge a la memoria la famosa frase del personaje de la serie televisiva estadounidense “Dr. House”, interpretado por el brillante actor Hugh Laurie, cuando con frecuencia menciona lo siguiente: “En esta vida, Todos mienten”.
Lo anterior viene a colación por los frecuentes dislates en que casi de “a pechito” se acomoda el candidato del PRI a la gubernatura del Estado de Querétaro, Roberto Loyola Vera, al inquirírsele de ¿ por qué no ha hecho la presentación pública de las famosas “3 x 3”: 1) Declaración Patrimonial; 2) Declaración Fiscal; y, 3) Declaración de No encontrarse en situación de Conflicto de Intereses.
Aún y cuando Loyola Vera ya haya “cerrado el caso” de No hacer pública sus declaraciones y se arropa en expresiones legaloides referentes al Cargo de Notario Público que le imposibilitan realizar dichas Declaraciones públicamente. Ya que, según dice, no está obligado por Ley, a difundirlas.
Nos preguntamos, ¿acaso no solicitó licencia a ese cargo público para poder contender en una campaña electoral?
Habremos de insistir en ello, ya que el candidato priista asumió su personal compromiso de hacer posible la “Transparencia y la Rendición de Cuentas”.
Según Roberto Loyola Vera, “violaría el Secreto notarial si hace públicas sus “Declaraciones Patrimoniales” de “Contribuciones Fiscales” y de No Conflicto de Intereses”. Sin embargo, consideramos que eso es una afrenta a la razón, ya que el Secreto Notarial el estado de Querétaro exclusivamente aplica a los Actos que se autoricen y no respecto a su propio patrimonio. De ello inferimos que hizo a un lado una prerrogativa para “jalar otra”. ¿O no?
Cabe destacar que de acuerdo con el contenido del artículo: “Loyola, el Candidato con más propiedades”, publicado en el periódico universitario (UAQ), “Tribuna de Querétaro”, 20 de abril de 2015, páginas 10 y 11, el candidato a la gubernatura estatal por el PRI, Roberto Loyola Vera cuenta con 13 propiedades a su nombre, su esposa Luz María Huber Herrera posee 20 propiedades registradas a su nombre; dos de ellas son compartidas con su esposa.
La suma de las propiedades del matrimonio Loyola- Huber asciende a un total de $11 millones 977 mil 878 pesos. Surge la duda: ¿acaso las operaciones fueron exprofeso ´subvaluadas´ en su valor Catastral por una probable evasión por el correspondiente Pago de Impuestos? En el ámbito de los jurisconsultos, la Evasión de Impuestos se puede dar por: 1) Elusión (subterfugios legales); y 2) Por una explícita Evasión Irregular. ¡Vaya Usted a saber!
Por el contrario, de acuerdo con ese mismo artículo de fondo, el candidato del PAN, Francisco Domínguez Servién y su esposa Karina Castro de Domínguez cuentan con dos propiedades con un valor total de $6 millones de pesos.
Retomando lo declarado recientemente por Roberto Loyola Vera –aún y cuando ya había dicho que “daba el caso por cerrado”- acerca de que daría a conocer su Declaración Patrimonial pública y exclusivamente a la dirigencia de las cúpulas empresariales de Querétaro agrupadas en el Consejo Coordinador Empresarial (CCE, Capítulo Querétaro), en caso de que resultara triunfador en las elecciones para la gubernatura del Estado.
¿Por qué sólo a éstos y no la ciudadanía? ¿Querrá dar por sentado que su gobierno estatal realizaría todo lo más importante y significativo de su administración, “en lo obscurito” con los grupos empresariales? ¿Y los ciudadanos comunes no importamos?
¡La burra no era arisca, la hicieron a palos!
En ese mismo sentido, habríamos de exigirle resultados tangibles a las múltiples promesas que en su actual campaña ha estado haciendo. Es decir, si su gobierno llegara a ser eficiente y eficaz, luego entonces, estarían en condiciones los ciudadanos (por Ética y Congruencia) que todos los funcionarios públicos estatales de Alto Nivel, empezando por él mismo, puedan devengar sus salarios. ¡O todos coludos o todos ´rabones´!
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