TRAS LA VERDAD
El PRD continúa desangrándose, autodestruyéndose y alimentando tanto a Morena como a su líder Andrés Manuel López. El coordinador de la bancada perredista en el Senado Luis Miguel Barbosa Huerta, abiertamente declaró que apoya la campaña de Amlo a la Presidencia de la República.
Este cínico perredista advierte que no renuncia al PRD, pero no apoyará al candidato de su partido, su respaldo es para Andrés Manuel López. Lo irracional e interesante de esa izquierda ambivalente, que la mayoría de sus compañeros en el senado –del PRD por supuesto- dicen apoyar a Luis Miguel para que continúe al frente de la coordinación de la bancada ¡Por eso nadie los entiende!
María Alejandra Barrales Magdaleno, líder nacional del PRD, con su permanente confusión y tibieza dijo que Barbosa dejaba de representar los intereses del PRD en el Senado. Lo que la señora ignoraba en ese momento, que la mayoría de la bancada de 19 senadores le sigue apoyando como su coordinador. De tal manera que Barrales no puede hacer nada –solo patalear- excepción que el Consejo Político lo destituya.
Por su parte, la guerrerense y Secretaria del Partido, Beatriz Mojica Morga, también se molestó por la acción de su compañero de partido, afirmando que Miguel Barbosa ya no representa al PRD en el senado, pero que no lo expulsarán. Otra que no sabe de su partido. Las apetencias por los próximos cargos en el gobierno federal se vislumbran con claridad. Miguel Barbosa -que no ha ganado una elección de mayoría relativa- piensa y adelanta que si Amlo, ya en plena campaña electoral, logra el triunfo en las elecciones del año próximo para la Presidencia de la República, él podría ocupar un buen cargo; el futurismo político en su máxima expresión.
Jesús Ortega, también criticó acremente a su compañero de partido por la manifiesta deslealtad. Calificó de cálculo político la decisión de Barbosa y oportunista. A su vez, Barbosa dijo que los “Chuchos” son enemigos de Amlo, por eso lo están criticando y atacando. Ortega adelantó que Amlo no es la solución a los problemas de México, más bien los complicaría; es un autoritario, con él no hay libertad de pensamiento, solo debe estarse de acuerdo con lo que él piensa; en tanto que en el PRD, se puede estar hasta con “el diablo”, dijo que hay libertad de pensamiento.
Barbosa sostiene que Alejandra Barrales va a una alianza con el PAN, por eso no está de acuerdo con apoyar al candidato de ese partido. Estas declaraciones son una verdadera incongruencia de los perredistas, se alían electoralmente con el PAN, lo que ha fortalecido a este partido y sus candidatos; en algunas campañas electorales, ambos partidos han apoyado a candidatos tránsfugas del PRI, con lo cual obtienen triunfos, dejando a un lado a los verdaderos perredistas. Estas incongruencias de pensamiento, entre muchas otras razones, han dado pauta para el continuo y serio debilitamiento de las filas y preferencias electorales para el PRD. Bueno, así se constituyó este partido, con militantes de varios partidos, entre ellos del PRI, como el mismo Amlo.
Barbosa, seguramente hizo un cálculo político milimétrico antes de tomar su aberrante e incongruente decisión. Tener el apoyo de la mayoría de los senadores le asegura la permanencia en la coordinación de la bancada y el manejo del presupuesto millonario que a los perredistas les corresponde. De renunciar a la bancada, Morena no tiene un solo senador, por lo tanto no hay bancada y de declararse morenista le impide acceder al dinero público. Su perversidad en el cálculo le garantiza apoyar económicamente a “su candidato” con el dinero de la bancada perredista. Lo otro, si no le lleva a lo empuja a la extinción, al menos lo deja sin dinero y en tiempos electorales eso significa la muerte. Por eso el cinismo y la comodidad de Barbosa, de manifestar que su apoyo político es para un candidato ajeno a “su partido”, pero su corazón sigue vinculado al partido que lo llevó al Senado de la República, a su vez a gozar de millones de pesos en prerrogativas.
Por actitudes como las de Barbosa –que son el “pan” de cada día- la ciudadanía no logra entender a los políticos, quienes no tienen principios de ninguna especie. Pueden estar en un partido por beneficio eminentemente personal y cambiarse a otro que anteriormente fue su opositor. O apoyar a un candidato distinto al de su partido con la esperanza de que, ganando la elección les dé la oportunidad de continuar en el benévolo “sistema de cobro salarial” de recursos públicos y manejo del presupuesto. Políticos sin lealtad ni principios. En Querétaro tenemos varios ejemplos que bien se conocen; algunos vergonzosos y risibles; abandonaron un partido, se van a otro para vituperar a quien les dio oportunidades políticas; incluso para después volver al mismo instituto que ofendieron y no pasa nada. Vaya ámbito de libertinajes, deslealtades y traiciones.
Miguel Barbosa da muestra de qué están hechos los políticos mexicanos; están conformados de un material flexible, irrompible, dúctil y maleable que además puede cambiar de color sin perder su naturaleza política. El PRD se desmorona, instituto político que le dio vida al mismo Andrés Manuel López, partido que le aportó cargos políticos; ahora soterradamente promueve su extinción y lo califica como parte de la mafia a la cual él mismo pertenece. El PRD seguramente no desaparecerá del mapa electoral, pero al paso acelerado que va, probablemente se irá hasta en cuarto o quinto lugar electoralmente.
Una vez más el otrora fortísimo –estuvo a punto dos veces de ganar la Presidencia de la República- partido de la inestable e incongruente izquierda mexicana languidece. Deseable que no desaparezca electoralmente. Sin embargo es obligación de sus militantes encontrar los puntos de coincidencia política que les permitan levantarse de la lona y volver con más empuje, que se vislumbra muy complicado. Acción imposible con esa endeble dirigencia que solo piensa en la candidatura al gobierno de la Ciudad de México y las corrientes –muy corrientes- políticas que lo conforman se destrozan entre ellos por acaparar los espacios políticos que reditúan salarios asegurados, militantes pseudoizquierdistas que no pretenden el mejoramiento de la mayoría de los gobernados que sufren por falta de oportunidades. Así como van ¡Así definitivamente no se puede!