TRAS LA VERDAD
Ni los más avezados en el arte de la “rumorología” se enteraron cuáles serían los cambios en el gabinete presidencial. En el mes de agosto del año anterior, Enrique Peña, hizo diez ajustes en su gabinete. Hoy fueron dos ajustes, muchos esperaban más, quedaron insatisfechas las apetencias políticas.
Periodistas y columnistas de algunos secretarios ya proyectaban “enroques” y tiraron “buscapiés”, sin embargo ninguno le “atinó”. Aquellos que se jactan de ser coladeras de las más altas filtraciones de la información, esta vez no supieron nada. Seguramente más de algún Secretario –y su grupo- seguirá insistiendo en “tirar” a Miguel Ángel Osorio Chong, para acceder y trepar al segundo lugar en el mando de la Nación.
Los dueños de la especulación afirman que la caída de Videgaray se debe a la infausta visita de Donald Trump, misma que le es atribuida al ex Secretario de Hacienda. Lo cierto que ya era necesaria su salida para darle un nuevo impulso al ámbito fiscal; otros dicen y aseguran que prepara el terreno para pelear la candidatura al Estado de México. Lo cierto que ninguna de estas aseveraciones puede ser demostrada, solo el Presidente de la República sabe las razones de la salida de Videgaray.
El ex y super Secretario Luís Videgaray Caso, dejó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en su lugar fue nombrado el ultra super cinco veces Secretario de gabinete José Antonio Meade Kuribreña; dos de ellas lo fue con Felipe Calderón Hinojosa (Energía y Hacienda) y con Enrique Peña, es la tercera ocasión (Relaciones Exteriores, Sedesol y Hacienda). La “familia” panista festeja con singular alegría la llegada de Meade, lo consideran como parte de su equipo, puesto que este funcionario no es priista y si se identifica con el panismo.
Para Sedesol fue designado Luis Miranda Nava, amigo del Presidente Peña desde hace muchos años, quien se venía desempeñando en una de las SubSecretarías de Gobernación. Se dice que será el operador de recursos de los programas sociales del gobierno federal para destinarlos con meridiana puntería y no desperdiciarlos para que surtan sus efectos durante las campañas del Estado de México y por supuesto para la presidencial.
Los cambios esperados por los desesperados grupos políticos no dejaron satisfechas las apetencias; querían Gobernación, enroque con Sagarpa o la misma Hacienda; desde el enroque en el PRI a Osorio lo hacían en esta cartera; querían la salida de la Secretaria de Relaciones Exteriores, por la pifia de Trump; a la Procuradora más de alguno la mandaba a Sedesol; otros esperaban el arribo de Manlio, incluso periodistas afirmaban –Pepe Cárdenas- que estaba en la antesala del Presidente. Y así se desvelaron y develaron las dudas al medio día.
Por lo pronto, los panistas están de fiesta y dicen que recibirán de plácemes al nuevo Secretario de Hacienda ahora que acuda con los legisladores a explicar el nuevo paquete de iniciativas fiscales.
Entretanto el Presidente de la República le encargó a Meade, que apoye: “El Proyecto de Paquete Económico 2017 que presentará al Poder Legislativo, deberá contribuir a la consolidación de las finanzas públicas, logrando por primera vez en muchos años un superávit primario. Esto significa que los ingresos de la Federación deberán ser mayores que sus egresos, antes de cubrir el costo financiero de la deuda pública y los pasivos garantizados por el Gobierno Federal”. El paquete económico que habrá de presentarse a consideración del Congreso será profundamente responsable y de gran sensibilidad social”.
Igualmente le encargo: “Continuar con la aplicación de medidas de responsabilidad fiscal, a fin de contener y estabilizar el crecimiento de la deuda del sector público como proporción del Producto Interno Bruto”. Que “el esfuerzo necesario para garantizar la estabilidad macroeconómica deberá ser a cargo de un ajuste en el gasto público de la Federación; es decir, le tocará al Gobierno de la República apretarse el cinturón, no a las familias ni a las empresas de México.
El Presidente instruyó a Meade a: “No sólo contener el nivel de gasto público, sino también mejorar la calidad del ejercicio. Privilegiar los proyectos de inversión y los programas sociales más efectivos contra la pobreza, así como reducir el gasto corriente y los gastos innecesarios”. Para terminar, el Presidente Peña Nieto dijo que la prioridad de la política hacendaria es muy clara: “Garantizar la estabilidad de la economía nacional. La estabilidad macroeconómica no es un fin en sí mismo, sino un medio para proteger y fortalecer la economía de las familias mexicanas”.