TRAS LA VERDAD
Hace un año inició este penoso asunto, en donde fueron asesinadas varias personas en un departamento de la Colonia Narvarte, en el DF. Uno de ellos “fotoperiodista” esporádico de la activa revista política de izquierda: Proceso. De inmediato inculparon al gobierno de Cesar Duarte, por una la simple ocurrencia.
Al poco tiempo, aquellos que urdieron la falacia del homicidio de estado, se quedaron sin argumentos, fueron detenidos los delincuentes en el DF, habiendo confesado las razones de su delito. Aquellos, como acostumbran, simplemente reorientaron la información y ahí quedó la difamación.
Y a un año en que las autoridades judiciales de la CDMX se hacen cargo de la impartición de justicia, el asunto es retomado –que parecía olvidado- por organizaciones civiles, familiares y amigos de Rubén Espinosa –el fotoperiodista- convocaron a movilizarse el domingo pasado en la CDMX, Veracruz y Jalisco para recordar y exigir justicia para el fotoperiodista asesinado el 31 de julio de 2015 en la colonia Narvarte, junto a Nadia Vera, Mile Virginia Martí, Alejandra Negrete y Yesenia Quiroz.
Parte de la historia inventada y real. El 1 de agosto del año pasado, algunos medios amanecieron con la noticia del hallazgo de 5 homicidios cometidos en un departamento de la Colonia Narvarte. Y algunas organizaciones –dedicadas a movilizaciones y desordenes- denunciaban la desaparición del fotoperiodista, acusaban –sin sustento alguno- que había huido de Veracruz ante el constante acoso del gobierno de Javier Duarte, por publicar fotografías del Gobernador y por cubría marchas y movimientos sociales. Fue unas horas después se dijo que, entre las víctimas se encontraba Rubén y la activista Nadia Vera –esos que a nada se dedican y logran el titulo de activistas- quien, decían sus compañeros de actividad –otra vez sin sustento alguno- que había recibido amenazas en Veracruz.
Los “activistas” acusan a la Procuraduría de la Ciudad de México no ha investigado acuciosamente el múltiple homicidio y, según los manifestantes ha criminalizado a las víctimas y hasta el momento no hay verdad ni justicia. Una de estas organizaciones que acusa, sin sustento es: “Artículo 19” Y acusa por medio de las redes sociales.
Otras “organizaciones como Periodistas de a Pie, Foto Reporteros MX, Voz Alterna, Ojos de Perro y Derecho a Informar, fueron los que convocaron a través de las redes sociales a reunirse frente a la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, donde llevarían a cabo un acto de protesta para exigir justicia para los cinco asesinados en la colonia Narvarte. No tuvo eco la convocatoria. Lo cierto que tanto la Procuraduría como el juzgado competente se han hecho cargo del asunto. Y la defensa de los acusados intentará alargar al asunto lo más que puedan. Acusan a la policía de haberlos torturado para que se confesaran culpables. Esta táctica de defensa es muy socorrida por los delincuentes, le apuestan a salir libres; total, si pega logran la libertad, de lo contrario nada pierden.
Lo cierto que, de acuerdo a la versión oficial, en el lugar del multihomicidio, se comerciaba droga y prostitución, de ahí en gran medida la consecuencia de los hechos. Dicen que el fotoperiodista era afecto a la marihuana y una de las occisas –la colombiana- vendía droga y sexo. También dijo la autoridad del DF, que la colombiana se había apropiado de una importante cantidad de cocaína, razón de la desavenencia. Pero de esto nada comentan los “activistas”.
El “Colectivo Voz Alterna” hizo una serie de videos de familiares, amigos y compañeros de Rubén Espinosa, que recuerda al fotoperiodista y exigen justicia. En eso están, ha, pero el movimiento lo pretendieron vestir de luces políticas, sin embargo fracasaron al descubrirse la verdad, al menos la oficial.
Los detenidos: Daniel Pacheco, Omar Martínez y el ex Policía capitalino Abraham Torres, fueron acusados de homicidio, feminicidio y robo agravado. Todos confesos. Las investigaciones llevaron -víctima de origen colombiano- a Mile Virginia Martín. Trascendió que era prostituta, que traficaba con drogas e incluso que fue el gancho para que Espinosa –afecto a la marihuana- acudiera al departamento. También se dijo que trabajaba para una agencia de modelos.
Según los “activistas”, esos que a nada se dedican, aseguran que no hay autoridad que haga una investigación seria, justa, sin intereses políticas ni personales, sin dinero de por medio; una investigación clara, diligente, exhaustiva, eficaz y científica”. Ah que “activistas”.
Por cierto, cuando la autoridad supo parte de la trama –drogas y sexo pagado- de inmediato los amigos y familiares del “fotoperiodista”, se opusieron y pidieron a las autoridades que ya no se difundiera información, pidiendo se castigara a los culpables de las filtraciones del caso, que no se ha investigado a quienes se apropiaron de las pertenencias de las víctimas, y que no ha sido contemplada la actividad de Nadia Vera como activista y de Rubén Espinosa como periodista, en la ciudad de Xalapa, como un hecho que los colocó en una situación de vulnerabilidad. Total, que estos “activistas” intentaron, como otros, desviar el objetivo de la investigación para lanzar todos sus proyectiles en contra del gobierno, cualquiera que sea este.
Así es como los inconformes se indignaron en razón a que no se investigó al Gobierno de Veracruz. Eso era lo que querían, mezclar un asunto delictivo con crimen de estado. Por eso el apoyo que en un principio les brindó la revista política de izquierda: Proceso. Un año y el asunto en manos de la justicia, como debe ser. Habrá que esperar la sentencia.