La principal conducta de “alto riesgo” que se está atendiendo a través de la línea telefónica de atención psicológica del municipio de Querétaro es el intento de suicidio informó Adriana Bouchot, directora del Instituto Municipal para Prevenir Conductas de Riesgo
Además de esta conducta también se registra el abuso e incremento en el consumo de alcohol y/o alguna droga, además de diferentes tipos de violencia.
En total, los psicólogos de la línea han ofrecido 50 atenciones a situaciones de “alto riesgo”, de las cuales el 85 por ciento corresponden a situaciones de intento suicida; en segundo lugar, abuso de sustancias tóxicas o alcohol; y en 5 por ciento de los casos por algún tipo de violencia.
En los casos de intento de suicidio se ha dado atención psicológica telefónica, aplicación de protocolos, canalización a otras instancias y seguimiento. Hasta al momento en ningún caso ha habido algún deceso por este hecho. En un caso se ofreció atención psicológica telefónica por un periodo de 8 horas.
Este tipo de situaciones ya sucedían antes del confinamiento, sin embargo, ahora con el aislamiento social a algunas personas que tienen factores de riesgo o algún padecimiento emocional o mental se han activado con mayor frecuencia.
Ahora se percibe un aumento de consumo de alcohol o droga en casa, contrario a que antes de la contingencia se hacían fuera de casa; los casos de este tipo se han canalizado a la Comisión Estatal Contra las Adicciones (CECA).
La línea telefónica de atención psicológica del municipio de Querétaro ha ofrecido 341 atenciones, de las cuales 162 corresponden a situaciones de bajo riesgo, 129 de mediano y 50 de alto riesgo, que se consideran así porque se pone en riesgo la vida. De forma detallada, las atenciones se han ofrecido 235 mujeres y 106 hombres.
“La que más está siendo de alerta es el intento suicida. Cuando hablamos de código rojo es que hubo intención”, afirmó la funcionaria.
En tanto, los síntomas más frecuentes en las 341 atenciones que se han recibido en la línea son depresión, estrés, ansiedad y las emociones más frecuentes son angustia, miedo, preocupación, enojo y tristeza.
La directora reconoció que se acrecientan estos síntomas por la incertidumbre que se está viviendo por el aislamiento provocado por el confinamiento a causa de la pandemia por el COVID-19.
Se están presentando también problemas entre familiares, algunos presentan preocupación por los problemas económico y en algunos casos solicitan apoyo para el manejo de hijas y adolescentes durante la contingencia. También, algunos buscan atención para una persona en específico, por ejemplo, para algún adulto mayor.
En este sentido, se identifica un aumento generalizado de las llamadas gracias a la ampliación del sistema y la extensión del confinamiento, además de la disminución de las improcedentes. La mayoría de las llamadas son hechas por personas entre los 35 a 40 años o adultos mayores, siendo estos últimos algunos de los más vulnerables a la depresión y ansiedad por el confinamiento.
En algunos casos se ha ofrecido atención personalizada y también canalización a instancias especializadas, como el Centro Estatal de Salud Mental, además de que al mismo tiempo se capacita al personal de psicólogos de diferentes áreas del municipio que participan en la atención a la ciudadanía.