TRAS LA VERDAD
Por los apoyos recibidos abiertamente a la CNTE en su movimiento provenientes de partidos políticos como Morena y organizaciones belicosas como el EZLN, incluso de algunos ciudadanos o las manifestaciones que en nombre de los docentes se ha realizado en otros estados, pareciera que la demanda magisterial se fortalece. Pero no, no se ha fortalecido el movimiento magisterial.
Lo cierto que diversas organizaciones proclives a la violencia, están aprovechándose del movimiento belicoso de los maestros. A este movimiento se han sumado, incluso, grupos subversivos que no solo buscan la desestabilización de la paz social, también el debilitamiento del gobierno peñista, para llegar a las elecciones de 2017 y 2018 con un priismo diezmado, debilitado; como sucediera en las pasadas elecciones, perdieron la mayoría de las elecciones estatales que pensaban ganar.
Ante un gobierno federal tibio y titubeante y varios estatales que lo emulan y superan en el bajo desempeño, han contribuido a fortalecer el malestar social por el bajo desempeño gubernamental; la suma de molestias se acrecientan y ello aprovechan los grupos subversivos para sumar voluntades en contra, que no precisamente a favor de la CNTE. La sociedad mexicana, en su gran mayoría, no coincide con los métodos de los violentos.
Entretanto las autoridades gubernamentales no saben cómo terminar con la CNTE. Si no lo hicieron antes, hoy parece casi imposible, más si han dado muestras de temblarles la mano para tomar decisiones fuertes, al amparo de la ley. La oposición y sus seguidores se oponen al uso de la fuerza, en tanto ellos abusan de ella; hacen quedar mal a las autoridades federales. La estatal pareciera que no existe, gobierno panista y perredista se oculta en Oaxaca.
La idea es clara y los motivos se los dio el gobierno federal. La tozudez en la política ha resultado fatal, los tecnócratas han fallado de todas, todas. Parece que no le queda de otra al Presidente Enrique Peña Nieto, debe hacer ajustes en su gabinete para enfrentar con mejores resultados en la gobernanza para el último tercio de su gobierno. Las promesas de campaña y mejoramiento de la economía no han dado resultado, por el contrario la economía en los bolsillos de los mexicanos se ha deteriorado, gran malestar que en la percepción ha fortalecido el movimiento violento del magisterio disidente.
El gobierno tiene la obligación de mantener el orden y no lo ha logrado por la tibieza mostrada. Varios incidentes involuntarios y no imputables al gobierno federal los ha cargado como si fueran responsabilidad del gobierno peñista; ahí están los 43 –ya muertos-, Tlatlaya –homicidios de delincuentes-, fuga del Chapo, ahora Nochixtlán, Oaxaca –muertos en manifestación docente-; asuntos penales que, como pretexto han servido para crear movimientos políticos en desprestigio del gobierno federal. La oposición ha sacado provecho de las fallas en la gobernanza, en la política, en la economía; para colmo las áreas de comunicación han fallado.
El problema del nuevo sistema de educación la CNTE lo transfó, primero en asunto laboral, ahora en un deforme ente político de mil cabezas que no se sabe cuándo y cómo va a detenerse. Entre Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Educación y Aurelio Nuño Mayer, Secretario de Educación y sus respectivos equipos -por supuesto- ¿Recuerdan cuando Osorio Chong, recibió a los estudiantes del Politécnico -en mangas- que en manifestación se hicieron presentes en Gobernación? Desde entonces, unos simples estudiantes le tomaron el pelo.
Si bien el movimiento gansteril de la CNTE no se fortalece, otras organizaciones afines a la violencia, hacen parecer que sí y les brindan apoyo para que resistan. Ahí está Amlo, Morena o el EZLN que se hacen visibles; también legisladores de izquierda dan dinero para el movimiento magisterial. El objetivo es el desprestigio y el debilitamiento del gobierno federal, no el apoyo a las tácticas por demás violentas de la disidencia magisterial. Eso no.
Mientras tanto, los responsables de pacificar y dar solución al problema no pueden, no saben o no quieren hacerlo ante el temor del juicio de la historia. Los mexicanos exigen, sin embargo, solución a este grave problema que, junto con la delincuencia organizada, pronostican agravar las cosas. Se acabó el tiempo, como dijera el mismo Chong.