TIEMPO DE REFLEXIÓN PARA SUFRAGAR

TRAS LA VERDAD

Por fin concluyó el periodo de campañas. No más publicidad político-electoral en radio, televisión y medios impresos; las redes sociales, ante el vacío legal, se saturan con campañas de desprestigio bajo la sombra del cobarde anonimato. Otros abundan en lo mismo.

 Lo cierto que la gran parte del electorado, a estas alturas del proceso electoral, bien sabe por quienes sufragarán. Los prácticos y teóricos coinciden en que, el electorado se divide en varios segmentos para emitir el sufragio el día de la elección.

 Aquí algunas de las razones que motivan al elector para decidir por quién sufragar y convertir su voluntad política en un voto que ayudará o perjudicará a los candidatos en el momento de los cómputos. Encabeza la lista aquella que forman el grupo del “voto duro” de los partidos políticos; a ninguno le alcanza para el triunfo, su militancia no da para ganar ninguna elección. Todos necesitan del voto de los indecisos o de aquellos que, sabiendo por quién votarán no militan en partido político alguno.

 Existe otro grupo de votantes que se inclina por la simple “simpatía” hacia el candidato o candidata, porque le “cayó bien”; sin mayores razonamientos decide a quien otorgarle la confianza y sufraga por ese o esa aspirante. Vota con el corazón y no con la razón.

 Otro grupo indeterminado de votantes se decide por el “estómago”; por aquel candidato que lo convenció de que, llegando al poder mejorará las condiciones salariales y ello le dará para satisfacer sus necesidades económicas más apremiantes.

 También se encuentra el grupo que decide con el “hígado”. Este o aquella candidata me cayó mal, por eso no voy a votar por ella y decide por cualquier otro candidato, al menos por quien no le cause rechazo o animadversión.

 Por último, está un grupo –se dice- importante de votantes que componen la masa de la “inteligencia”, aquellos que razonan el por quién votar. Este grupo es el que está enterado, se ha informado, ha seguido los procesos de campañas, sabe de las propuestas que son asequibles en su cumplimiento y cuales solo componen el marketing publicitario que no se cumplirá el día de mañana. Este grupo es el más importante, el que predomina sobre los anteriores.

 Por supuesto que las y los candidatos necesitan de todos los grupos para sumar voluntades, sin importar las razones que llevaron al sufragante para votar por ellos, la meta se fija en votos. Al final de la jornada, acorde con nuestro sistema electoral de mayoría relativa, quien acumule más votos es quien gana.

 En conclusión ¿En qué grupo se encuentra usted? Lo deseable en una sociedad democrática y altamente responsable, es que, el elector razone el sufragio; de él dependerá quien gobierne o legisle en beneficio –lo deseable- de las mayorías por los siguientes 3 o 6 años. Usted decide a quién otorgarle su confianza, ahí radica el triunfo de los candidatos. El sufragio que usted emita decidirá el rumbo de los próximos gobiernos queretanos ¡No se equivoque! No olvide votar el próximo domingo.

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